En busca de 6.000 voluntarios para volver a recoger alimentos
El Gran Recapte llega el 25 de noviembre en un momento límite para los bancos de alimentos por la inflación
El Gran Recapte, la gran recogida de alimentos organizada por el Banc dels Aliments, vuelve este año a la clásica recolecta de bienes de primera necesidad en los supermercados, que se combinará con las donaciones monetarias que se impusieron en las dos últimas ediciones por la pandemia de la covid. Pero para que el método tradicional funcione se necesitan voluntarios.
Son ellos los que, entre otras funciones, animan a las donaciones en los establecimientos. Según explicó la organización ayer en rueda de prensa, 12.000 personas ya se han comprometido con la causa. Pero para que todo vaya bien calculan que necesitan a 18.000. Así pues, buscan a 6.000 almas solidarias más que ayuden a ayudar a aquellos que no llegan a final de mes en su necesidad más primaria: comer.
“La solidaridad se ha volcado mucho con Ucrania. Nada que decir. Pero las entidades locales hemos notado un bajón”, lamentó el presidente del Banc dels Aliments, Lluís Fatjó-Vilas. “En Catalunya tenemos identidad de voluntariado. Soy optimista con el Gran Recapte”, agregó Àngels Guiteras, gerente de la Associació Benestar i Desenvolupament (ABD), que entre otros proyectos gestiona La Botiga de El Prat de Llobregat, un supermercado que combina la atención alimentaria a las personas sin recursos económicos con itinerarios de inserción laboral.
Vaya mejor o peor el Gran Recapte, los bancos de alimentos de Catalunya viven una situación límite. La inflación que afecta a los precios, unida al bajón de la solidaridad, les ha obligado a reducir las raciones que
reparten a las personas más necesitadas. Durante el año pasado, el Banc dels Aliments calcula que pudo abastecer el 25% de las necesidades alimentarias de cada persona atendida a través de las entidades sociales colaboradoras. Sin embargo, en abril de este año ya se vieron obligados a reducir los kilos de alimentos entregados por persona y mes en un 12%. Una reducción que el mes pasado se elevó hasta el 14%.
En este contexto, el Gran Recapte, que se llevará a cabo entre el 25 de noviembre y el 6 de diciembre con el punto álgido de la donación física en el primer fin de semana, emerge como una oportunidad.
“El año que viene será más duro. En los alimentos, la inflación no es coyuntural, es estructural”, advirtió Fatjó-Vilas. Hoy por hoy, los alimentos en Catalunya se han encarecido un 13,7% de media. Pero el porcentaje es superior en los aceites, la leche, los huevos y las harinas, entre otros.
El objetivo del Gran Recapte de este año es conseguir existencias para que los bancos de alimentos catalanes puedan subsistir durante 100 días. El presidente de la institución calcula que en dinero o en alimentos eso equivale a unos cinco millones de euros. “Hace dos años se consiguieron siete, pero
Durante el mes de octubre, los kilos de sustentos entregados por persona se redujeron en un 14%
el año pasado la donación fue muy baja. Buscamos lograr una situación intermedia”, recalcó Fatjó-Vilas.
En toda Catalunya, la federación de bancos de alimentos atiende a 241.000 personas. Son un 20% más que antes de la irrupción de la pandemia de la covid.c