“No tocaré en Cuba mientras sigan estando su presidente y la porquería de ese sistema”
El compositor y clarinetista cubano Paquito D’Rivera (La Habana, 1948) es una figura indiscutida de la escena internacional, especialmente del ámbito jazzístico. Prolijo y muy amplio de miras estilísticas, en su amplia biografía artística destaca su relación con el pianista también cubano Chucho Valdés, con el que coincidió por primera vez en 1962. Luego volverían a colaborar muy fructíferamente, entre otros proyectos, en el legendario grupo Irakere, hasta que en 1980 D’Rivera se marchó de Cuba por desavenencias con el régimen. Este 2022 se han reencontrado y de ello surgió el álbum I missed you too y una gira por Latinoamérica, Estados Unidos y Europa (este pasado verano actuaron, por ejemplo, en el Festival de Porta Ferrada). Y hoy
habrá oportunidad de volverlos a ver actuar en el Festival de Jazz de Barcelona (Palau de la Música, 20.30 h), en el formato de sexteto. Una velada que servirá también para que D’Rivera reciba la Medalla de Honor del festival. El músico habló con La Vanguardia por teléfono tan solo unos días antes de irse a Las Vegas, donde anteayer le dieron un reconocimiento a toda su carrera artística en el marco de los Grammy Latinos.
¿Qué siente cuando le dan un premio de estas características? ¿El peso del paso del tiempo?
Siempre hay que estar agradecido cuando una, varias o muchas personas han dedicado su tiempo a reconocer mi trabajo. Aunque la verdad es que yo nunca he trabajado para los premios; para mí el premio es haber conocido a tanta gente interesante a lo largo de todos estos años. El premio es para mi padre por haberme dado esta carrera tan maravillosa como es la de ser músico.
¿Confía en volver a tocar en su Cuba natal algún día?
No paro de pensar en eso cada
día, pero si la gente y los gobiernos del mundo siguen apoyando la porquería de ese sistema, pues eso no va a pasar nunca. Y yo no regreso mientras esté el presidente ese en el poder y mientras ellos culpen de todo al bloqueo y al embargo en vez de por lo que ellos son y hacen. En resumen, el fracaso absoluto de su sistema durante más de un siglo de socialismo. Porque el socialismo es como un cajero automático que está roto, y que pese a eso se forma una fila de pelotudos y que, aunque vean que no funciona, siguen yendo.
Pues usted conoció a uno de los iconos del castrismo como fue el Che Guevara, ¿no?
Sí, sí. No sé si fue en casa de una novia que tenía. Yo tendría 15 o 16 años y quería conocer al pelotudo ese, como todo el mundo en aquella época, y me acuerdo que en un momento dado me preguntó que a qué me dedicaba y le dije “soy músico, comandante”, y me contestó, “no, no; te pregunto que en qué trabajas”. Siempre odió a los gais, a los negros y a los artistas.
Escribió frases muy despectivas sobre los negros, no lo olvide, y también escribió aquella frase que decía que “los escritores llevan el pecado original”. Es decir, que el pecado original para él era el pensar y el hablar. Y musicalmente hablando, parece que tenía el oído triangular, no le llegaba ni a cuadrado.
Y ahora usted ha vuelto a tocar con Chucho Valdés después de muchos años.
Oficialmente hemos vuelto a tocar
Reencuentro El músico actúa hoy de nuevo con Chucho Valdés, con quien dejó de colaborar en 1980 Versátil “Me aburro haciendo siempre lo mismo; acabo de estrenar una obra sinfónica con Yo-Yo Ma”
después de 42 años. Yo llegué a España el 5 de mayo de 1980 y no he vuelto a Cuba. Y ahora decidimos hacer esta reunión, hemos hecho un álbum y no hemos parado de girar en solo un año. Y ahora en el Palau de la Música, que es uno de mis sitios favoritos.
Sin olvidar que al día siguiente, este sábado, le hacen un homenaje en el Conservatori del Liceu.
Eso es debido a que grabé con una formación maravillosa que se llama The Barcelona Clarinet Players. Y presentaremos el disco titulado Fantasías barcelónicas, que es una pieza que me comisionaron.
¿Tocarán lo que se pudo oír en verano, en el festival de Sant Feliu de Guíxols, por ejemplo?
En una música improvisada como el jazz nunca sabes lo que va a a pasar. Puede que sea el mismo repertorio pero no los mismos solos ni las mismas improvisaciones. El jazz es una cosa aleatoria.
¿Interpretarán algo de la época del grupo Irakere?
Sí, el Adagio, que es el segundo movimiento del concierto de Mo
zart para clarinete y orquesta que tuvo mucho éxito en aquellos tiempos de Irakere. Y también tocaremos la primera pieza que grabamos Chucho y yo cuando yo tenía 14 años y que se llama Mambo influenciado. Apareció en el álbum Jesús Valdés y su combo.
Mirando al pasado, ¿cómo recuerda su reencuentro con Bebo Valdés, el padre de Chucho?
En 1981 yo estaba de gira con Dizzy Gillespie por Europa. Cuando llegamos a Suecia, Dizzy me dijo que quería ver a Bebo Valdés. Él desconocía que yo ya lo conocía, ya desde niño porque era amigo de mi papá y después de mi familia en Nueva York. Le llevé a un restaurante muy bonito donde Bebo tocaba. Y allí pensé que algún día le produciría algún disco a él, cosa que pude hacer en 1995 con el título de Bebo rides again.
Cuando mira hacia atrás ¿siente nostalgia o melancolía en comparación con el presente?
Yo estoy encantado con el presente, pero este siempre tiene máculas. Y sí, tengo melancolía y mucha tristeza con el destrozo que han hecho en nuestro país.
Después del concierto con Chucho, ¿cómo seguirá su colaboración con él?
Yo tengo mi propio grupo y él tiene su propio proyecto que es muy bonito y que se llama La Creación. Haremos una combinación de las dos cosas. Seguro que alguna vez sonará el teléfono para que hagamos algo conjuntamente. Y además yo trabajo mucho con orquestas sinfónicas, big bands y otras cosas. Mire, es que yo soy géminis y me aburro haciendo lo mismo siempre. Ahora acabo de estrenar una obra sinfónica muy importante con Yo-Yo Ma titulada The journey, que es un concierto para violonchelo, clarinete y orquesta.c