Ocaso y futuro
Davidsen,Meiery heorin Intérpretes: Iréne Theorin, Waltraud Meier, Lise Davidsen. Orquestra S. del Gran Teatre del Liceu, dirigida por Josep Pons
L ar y e ha: Gran Teatre del Liceu (13/ XI/2022)
Furor del público, casi un cuarto de hora de ovaciones, en un concierto Wagner-Strauss que pasará a la memoria colectiva del liceísta. Se presentó oficialmente la soprano noruega Lise Davidsen (Stokke, 1987), potencia vocal ideal para el repertorio germánico, con un instrumento lustroso, sin par en el
actual panorama lírico. La más joven de las tres cantantes de raza que protagonizaron la velada, demostró por qué a la Davidsen se la pelean todos los coliseos líricos del mundo. Actual reina de Bayreuth, meca wagneriana, donde ya ha sido Elisabeth y Sieglinde, se comió la sala del Liceu con su inabarcable registro, de graves mórbidos y agudos boreales. Además demostró una inusitada maestría en la modulación de la voz, apianando y controlando la emisión.
La sueca de Gislaven Iréne
Theorin (n. 1963), ha sido la Brunnhilda más expresiva y querida del siglo XXI para la historia del Liceu. Siempre emotiva, buscó colores, matices y compensó un registro ya castigado, de agudos que aún son imponentes pero faltos de brillo, y un registro grave que ha perdido presencia. Como Elektra, estalló su personalidad con un enfrentamiento vocal con Klitemnestra salpicado de drama y lirismo.
La despedida oficial de los escenarios españoles de la gran mezzo Waltraud Meier (Würzburg, 1956), fue un regalo en el ocaso de una personalidad operística legendaria. La Meier, mostró su carisma con una escena cortada del monólogo de Waltraute, del Götterdämmerung wagneriano, para luego rematar como Klitemnestra, donde mostró su dominio de la articulación, expresión idiomática y ese canto magnético característico único.
La orquesta del Liceu lució secciones, sobretodo el metal y las maderas, con detalles en los solos, y mostró su reconocida mejora de calidad general, con un Josep Pons digno, pero falto de incisión emocional.c