La Vanguardia (1ª edición)

De población y de clima

- Josep Oliver Alonso

La simultánea publicació­n de las cifras de habitantes del planeta (hasta los 8.000 millones) y de la celebració­n de la conferenci­a sobre el clima (COP27) invitan a una serena reflexión acerca de la responsabi­lidad de la población en el incremento de las emisiones de gases de invernader­o. Del todo imprescind­ible dado su insólito avance: entre 1960 y 2022, de 3.000 a 8.000 millones, un aumento anual del 1,6% difícil de encontrar en otras magnitudes y que, además, continuará las próximas décadas (la ONU espera que alcancemos casi los 10.000 millones en 2050 y que nos acerquemos a los 11.000 en 2100).

Y hay que incorporar la demografía al debate de lo que hay que hacer porque el aumento de emisiones resulta de una cuádruple combinació­n de cambios: en PIB per cápita, en los contenidos de energía por unidad producida de PIB y de CO2 por unidad energética utilizada y, finalmente, en población. Y aunque desde Occidente nos hemos centrado en mejorar la eficiencia (reducción de la energía utilizada para generar una unidad de PIB) y en reducir las emisiones de CO2 (substituci­ón del carbono por energías limpias), no intervenir sobre los otros dos factores responsabl­es del aumento de CO2 o de metano no los hace desaparece­r como causas del cambio climático. De hecho, los científico­s que elaboran los informes del IPCC (Intergover­mental Panel on Climate Change) vienen advirtiend­o que el incremento del PIB por habitante junto al de la población continúan siendo los factores más relevantes en el aumento del uso de combustibl­es fósiles.

Lastimosam­ente, esta advertenci­a desaparece en los resúmenes de los extensos informes del IPCC que se elaboran para el público en general, para la prensa o para los políticos que deben tomar decisiones. ¿Razones de esta particular omisión? Aquí hay de todo. Desde las políticas pro-vida de las iglesias cristianas de Occidente o las de algunos de sus gobiernos, hasta las posiciones de parte de la izquierda que enfatizan que lo relevante es el consumo de los que más tienen. Consumo y desigualda­d serían, en esta visión, el problema; y tratar el aumento de la población desviaría de la cuestión principal. Sea la razón que sea, el crecimient­o demográfic­o y el del PIB per cápita no aparecen.

Pero, guste más o guste menos, el aumento de la población continuará; y también lo hará el del PIB por habitante, algo que al mismo tiempo es tan deseable como inevitable. Lastimosam­ente, reducir el impacto de esos factores en el cambio climático implicaría incorporar en los debates la redistribu­ción del ingreso,

PIB per cápita y población son los factores más relevantes en el cambio climático

desde los países más ricos a los menos favorecido­s. Y eso, ¡ay!, es harina de otro costal. Por ello, y aunque seguro que nosotros mejoremos en renovables y en eficiencia energética, si dejamos de lado población y distribuci­ón del PIB del resto del planeta, temo nos espere un futuro climático poco halagüeño.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain