“Una imagen ‘virturreal’ nos dirá en el móvil: ‘¿Por qué no pruebas esto?’”
Tengo 65 años e investigo para que Google nos brinde a todos los ‘baby boomers’ prótesis neuronales para mejorar nuestra vejez. Nací en Londres: soy cibernético como quiso mi padre y lucho para que el viejo que crece en mí no domine al niño y ser así un adulto.
Usted recordaba esta entrevista al levantarse esta mañana? He consultado la agenda del móvil. ¿Lo ve? Del mismo modo que yo he llegado hasta aquí, al CCCB, usando el Maps. ¿No son ya el chip y el software parte de mí? Y le anticiparé algo: pronto veremos en el Maps la línea virtual que seguir...
¿Cómo?
Será más directo que el Maps, más individualizado con realidad aumentada. Será como ver lo que tengo delante de mí en mi pantallita o mis gafas virtuales, pero con una línea amiga que me dirá por dónde ir.
¿Cómo lo sabe?
Soy consejero de Google y, aunque he firmado una cláusula de confidencialidad, puedo apuntarle algunas tendencias.
¿Ver esa rayita guía no es predictivo?
Nuestro cerebro es sobre todo un ente predictor que lanza hipótesis sobre qué va a pasar a cada instante para que actuemos.
¿Y esa rayita sería cerebro extendido?
Como la personalización de la inteligencia artificial en nuestro día a día: le dirá cuántas veces ha hecho cada cosa que usted quiera saber para mejorar sus hábitos cotidianos...
¿Desde el agua que he bebido hasta las personas con la que hablo más cada día?
Y otros patrones de conducta de los que seguimos sin ser conscientes. Y que tal vez le interese mejorar. Será inteligencia artificial que solo usted controlará y gestionará para su propio progreso. Otra tendencia que experimento es la generación de imágenes...
¿Más imágenes aún?
Serán imágenes en parte de usted mismo, en parte de realidad aumentada...
¿Son necesarias?
¿Eran necesarios los mapas? Serán imágenes entre virtuales y reales, virturreales.
Me siento como la primera vez que me hablaron de internet y no entendí nada.
Eso es fácil. Esas imágenes fomentan la creatividad. Serán una especie de... “¿por qué no pruebas a hacer esto?” adaptado a cada uno de nosotros. Son divertidas. Créame.
¿Y tardarán mucho en ser no realidad? Son una tendencia de investigación. Y la tercera está relacionada con el envejecimiento, porque investigamos todas las extensiones del cerebro, estas sí prótesis claramente, que nos ayudarán cuando el cerebro empiece a fallar y que pueden ayudar ya a los enfermos mentales...
¿Cómo?
Dándoles esa asistencia en cada instante que hoy no siempre les podemos facilitar.
Eso son aplicaciones: ¿y la neurociencia?
La tecnología de resonancia magnética computerizada (MRI) en dispositivos móviles ya permite ver qué hace el cerebro cuando actuamos y revelará parte de cómo pensamos al interactuar con el entorno...
¿No falta mucho para eso?
Ya existe hace miles de años. ¿Sabe cuál fue la tecnología externa que incorporaron nuestros ancestros a su cerebro y hoy es nosotros? ¡El lenguaje! Escribir y leer hoy es ejercicio mental. ¿Tiene hora?
Algo más de las once...
Sin mirar el reloj lo sabe porque hemos empezado a las once. Usted, su mente, calcula el tiempo: es el reloj. Lo mismo hicimos con el lenguaje...
¿Integramos lo que antes son chips artificiales en el cerebro carnal?
Investigamos esa coevolución con neurocientíficos de la visión, informáticos, antropólogos, arqueólogos..., algunos españoles.
¿No habrá diferencia entre carne y chip? Ya Avicena en el siglo X definía brazos y piernas como extensiones del cerebro que podríamos quitar y poner...
¿Y qué anticipaba al decirlo?
Que hoy ya no somos sin nuestro móvil, nuestro ordenador, softwares, aplicaciones... Nuestro cerebro se expande con ellos.
¿No son meros accesorios externos?
No.
¿Por qué está tan seguro?
Porque, entre otras cosas, alteran nuestra percepción del tiempo: ¿usa TikTok?
Al menos intento enterarme de qué va.
Es un algoritmo que va detectando en cada uno qué capta su atención y lo hace tan bien que va ofreciéndole vídeos de minutos hasta que sin darte cuenta pasan horas...
Supongo que si no tienes otro trabajo ....
Michael Lynch sostiene que solo podemos extender la memoria o la capacidad de cálculo con chips, pero el momento eureka de la creatividad que conecta todo lo que sabemos y anticipa lo que descubrimos solo lo logra el cerebro humano con o sin esas extensiones.
¿El “¡ya lo tengo!” es solo de neuronas?
Pero yo creo haber demostrado que nuestra percepción acaba de algún modo fundiéndose con el instrumento que nos la proporciona. Usted no recuerda un nombre, lo busca en el móvil; ya no distingue si es su memoria o el móvil el que lo recuerda; usted es su reloj, su móvil, sus chips... Somos nuestro cerebro extendido.