Elecciones en Kazajistán para dejar atrás la era Nazarbáyev
La violencia de enero aceleró las reformas del nuevo líder, Tokáyev
Este año Kazajistán ha vivido la peor crisis política desde su independencia. Tras sofocar con ayuda militar de sus aliados, especialmente Rusia, los violentos disturbios de enero, el presidente Kasim-Yomart Tokáyev aceleró unas reformas que parecen dejar atrás definitivamente la época de Nursultán Nazarbáyev.
Una de las consecuencias de la violencia de enero ha sido el adelanto de las elecciones presidenciales, que se celebran hoy, domingo. Con cinco rivales poco conocidos, la reelección de Tokáyev se da por segura. “Los representantes de la oligarquía del poder, asociados con el liderazgo anterior, no se distinguen por su independencia, en especial en un tema tan arriesgado como nominar a un candidato. Por otra parte, décadas de barrido de la oposición también han hecho su trabajo”, dice a La Vanguardia desde Almaty el historiador Bolat Asánov.
Estas elecciones son parte de un largo proceso de transición que comenzó en el 2019, cuando Nazarbáyev dejó la presidencia en manos de su aliado Tokáyev, pero manteniendo una gran influencia.
Esta se ha evaporado este año. Una subida del precio del gas licuado del petróleo, usado como combustible, provocó manifestaciones que se transformaron en protestas contra Nazarbáyev y se extendieron a numerosas ciudades, incluida Almaty. Hubo 230 muertos. Las autoridades han insinuado la implicación de miembros de la familia Nazarbáyev .
Tokáyev retiró al expresidente del Consejo de Seguridad, restauró el nombre de la capital Astaná (llamada Nursultán desde el 2019) y el Parlamento retiró la inmunidad a su familia. La reforma de la Constitución, aprobada en referéndum en junio, limita la permanencia del presidente en el poder a un solo mandato de siete años.
Fortalecido en el interior, Tokáyev ha marcado distancias con Rusia, su hermano mayor en la región. Al inicio del conflicto en
Ucrania se negó a reconocer Donetsk y Luhansk como estados independientes, como hizo Moscú.
Las elecciones se celebran en un ambiente de libertad de expresión no visto en décadas. Se ha notado en las redes sociales y entre los blogueros, que tienen gran influencia. Tokáyev logrará la victoria, pero “irá acompañada de críticas ”, ha dicho Arkadi Dubnov, experto en Asia Central, en RBK.
Tokáyev ha prometido crear una competencia política real, fortalecer la independencia judicial y eliminar los monopolios. “Los empresarios cercanos al poder han impedido el desarrollo de la competencia. Los ricos son más ricos, y los pobres, aún más pobres”, dijo el presidente.
Pero las elecciones no son el final del camino. “El yerno de Nazarbáyev, Timur Kulibáyev, sigue presidiendo el Comité Olímpico. Nazarbáyev no figura en la Constitución, pero la ley del Primer Presidente no ha perdido fuerza legal. Son detalles que subrayan la complejidad de la transición”, reflexiona Asánov.
En el debate televisivo de los candidatos, Tokáyev estuvo ausente, representado por su aliado Erlán Koshánov, presidente del Mazhilís (cámara baja). Ninguno de sus cinco rivales planteó críticas de enjundia, lo que levanta no pocas dudas. “Estamos viendo un reinicio del sistema político con actualizaciones cosméticas, no un reformateo verdadero”, decía en Eurasianet.org el politólogo Talgat Ismagambétov.c