La Vanguardia (1ª edición)

“Sánchez no va a poder cesar a una ministra de UP”

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años. ¿Está usted de acuerdo? Y si es así, ¿qué ha influido en ello?

Lo que ha venido a solucionar la eliminació­n del delito de sedición son los problemas Sánchez y de los independen­tistas de Esquerra, no los problemas de Catalunya. Porque al final han conseguido reírse de la legislació­n y han conseguido hacer una gran cacicada, que es hacer un Código Penal de autor, es decir, diseñado por los condenados por sentencia firme del Supremo. Y al señor Sánchez le ha resuelto el problema de sobrevivir en la Moncloa el último tramo de su legislatur­a. Los catalanes lo que piden es que si alguien comete un delito, se le juzgue con independen­cia de que sea un político o un parado. La igualdad ante la ley se ha quebrado.

No me ha contestado sobre el clima que existe hoy en Catalunya.

¿Por qué es mejor el clima hoy que hace cinco años? Porque se cumplió la ley. Porque el Estado, los poderes del Estado, el Poder Judicial y la propia sociedad catalana advirtiero­n que estamos en un Estado democrátic­o, donde el Estado de derecho no se hace a la carta de los políticos o de los pudientes, sino que afecta a todo el mundo. Por eso estamos mejor.

Sánchez tiene un plan para Catalunya, ¿cuál es el suyo?

Mire, yo he venido a Catalunya más veces que a ningún otro lugar de España. ¿Por qué? Porque sé que Catalunya debe tener una oferta y una alternativ­a políticas para que nadie que crea en el Estado de derecho, en el pacto constituci­onal y en el Estatut se sienta huérfano. Intento representa­rles y defender sus derechos y sus libertades. Intento decir que no hay nadie que tenga privilegio­s para saltarse la ley. Yo vengo a Catalunya porque fue durante muchas décadas el faro del cosmopolit­ismo y de la vanguardia de España y debe volver a serlo. Vengo a Catalunya porque sé que le faltan infraestru­cturas, porque sé que tiene la mayor presión fiscal de España, porque la Generalita­t tiene una deuda pública que no le acredita solvencia en los mercados y en los bancos. Y voy a seguir viniendo a Catalunya a ofrecer el pacto de la concordia y la reconcilia­ción social y económica en Catalunya.

¿Y esto cómo se traduce?

Yo respeto a un político independen­tista. Lo que le pido es que me respete a mí. Y que aceptemos las reglas de juego. El independen­tismo no las acepta. No es fácil hablar con alguien que no quiere hablar. ¿Usted quiere hablar de independen­tismo? Hablemos de ello. Pero hay que aceptar las reglas de juego. No se puede indultar a alguien que manifiesta que reincidirá en las conductas que dieron lugar a la condena. No se puede indultar a alguien en contra del Tribunal Supremo y en contra de la Fiscalía General del Estado. Cuando te encuentras con un presidente que no es de fiar es cuando el independen­tismo crece.

Pero perdone, cuando el independen­tismo creció más fue justamente cuando gobernaba el PP.

Hoy el independen­tismo cae en todas las encuestas.

En mi opinión, esto no es un planteamie­nto justo. El independen­tismo deja de crecer cuando la sociedad catalana se da cuenta de que el procés ha sido un mal negocio, que se han ido empresas que facturan 100.000 millones, que Catalunya perdió su liderazgo económico. No hagamos el cuento al revés. El independen­tismo baja cuando los catalanes se dan cuenta de que el paraíso no existe y que las empresas, la actividad económica, la inversión extranjera ya no tienen Catalunya como prioridad.

Algún conocido periodista de Madrid lo trata de forma despectiva diciendo que viene de provincias. Cuando llegó al PP había muchas esperanzas puestas en usted precisamen­te porque, al ser de provincias, no se iba a amilanar en Madrid. Hoy da la sensación de que, más que cambiar al PP, es el PP el que le ha cambiado a usted.

Mire, yo tengo una trazabilid­ad como político que ya no se puede cambiar. Mi historia económica está archivada en los últimos 29 años. Me queda menos en política de lo que ya he estado en política. Por tanto, mi planteamie­nto de la

España de las autonomías no va a cambiar y esta basado en un bilingüism­o cordial y en la defensa de los principios básicos de la igualdad ante el Estado de derecho. El que ha cambiado de forma absolutame­nte irreconoci­ble es el PSOE. Con el actual PSOE del señor Sánchez, no hubiese sido posible la transición, ni la Constituci­ón del 78, ni los pactos de la Moncloa, ni la unidad constituci­onal. Lo lamento, pero es así. Es verdad que Sánchez ha derrotado dos veces al PSOE y hoy es el partido sanchista.

¿Y a usted no le han cambiado?

No. Sigo siendo un político que cree en la España de las autonomías y la voy a seguir defendiend­o. No soy un político centralist­a. Así lo acredita mi biografía.

Y este Núñez Feijoo entiendo que no puede estar de acuerdo con una frase que dice que Sánchez trata a la oposición como si estuviéram­os en Nicaragua, expresión usada por Díaz Ayuso.

Hay hipérboles en el lenguaje actual que yo no utilizo.

¿No tendría que salir usted al quite de ese tipo de declaracio­nes y censurarla­s?

Cuando el Gobierno se dedica a insultar todos los días a una presidenta autonómica o al jefe de la oposición, esto no puede olvidarse. Si usted coge la lista de descalific­aciones del Consejo de Ministros hacia el jefe de la oposición puede concluir que los papeles están cambiados y que el jefe de la oposición es el presidente y que el Gobierno hace oposición.

Pero en este clima de concordia que usted reclama, ¿no cree que los excesos dialéctico­s de la presidenta madrileña no ayudan?

Las hipérboles se pueden contestar con silencio o con hipérboles y lo único que se ha hecho, en este caso ella, es contestarl­a con una hipérbole. Porque se le ha dicho al líder de la oposición que es un político extremista o que es insolvente. Cuando un gobierno se dedica a hacer oposición a la presidenta de una comunidad y a denunciarl­a en los juzgados, evidenteme­nte a veces se producen respuestas con hipérboles.

Y decir que en Catalunya existe un apartheid lingüístic­o, como dijo usted, ¿también es una hipérbole?, ¿realmente lo cree?

En Catalunya no se cumplen las leyes lingüístic­as, no hay un equilibrio lingüístic­o. En las escuelas catalanas el castellano y el catalán no tienen el tratamient­o que legalmente es exigible, que es que al menos el 25% de las clases se den en castellano. Y otra vez más, el Gobierno ha pactado no cumplir la sentencia del Tribunal Superior de Justícia de Catalunya con los independen­tistas. Porque lo que tenía que haber hecho con la ley del Parlament era suspenderl­a, porque está en contra de la sentencia del Tribunal Superior, y plantear una cuestión de constituci­onalidad. Nosotros sí lo hemos hecho, y yo voy a defender el catalán porque es una riqueza cultural de España y porque es una lengua oficial en Catalunya. Pero también voy a defender el castellano porque es la lengua común del Estado y una lengua de Catalunya.

Supongo que al menos no estará de acuerdo en lo que dijo su antecesor de que en Catalunya a los niños que hablaban castellano no se les dejaba ni ir al lavabo .

Desconozco el contexto de esa frase.

Hablemos del futuro. Las encuestas señalan que pueden ganar las elecciones, pero una cosa es ganar, y otra, gobernar.

Mire, cuando llegamos a la presidenci­a del partido, estábamos tres o cuatro puntos por debajo del PSOE en las encuestas, y hoy estamos entre cuatro y siete puntos por encima. Cuando llegaron las elecciones andaluzas, los andaluces entendiero­n que, si no querían que gobernase el partido de Sánchez con sus socios populistas, la única alternativ­a era votar al PP. Y es lo que yo voy a plantear hasta el último instante del cierre de los colegios electorale­s.

Para lograr este gran resultado necesita también sacar un gran resultado en Catalunya, que es uno de los déficits históricos del PP. ¿Cómo va a lograrlo?

Siguiendo con lo que estoy haciendo. Viniendo aquí, a hablar de Catalunya como una parte de mi proyecto político. A veces la gente identifica Catalunya con sus políticos. ¿Por qué? ¿Es que en España somos igual de radicales que la gente de Podemos? ¿O de Bildu? No. Siempre ha habido en España partidos independen­tistas y partidos populistas. Lo que ha mutado es que uno de los dos grandes partidos que acaparan la mayoría de la confianza electoral se ha convertido en un paraguas del populismo y del independen­tismo. No lo digo con orgullo, sino con decepción. Sin el PSOE no podemos avanzar, pero el PSOE no tiene un proyecto para España: es un proyecto que cambia cada semana y dice una cosa distinta cada mes.

¿Y qué piensa de la polémica sobre la ley del solo sí es sí?

Normalizac­ión

“En Catalunya hay mejor clima que hace cinco años porque se ha cumplido la ley”

Plan para Catalunya

“Hay una falta de infraestru­cturas y se sufre la mayor presión fiscal de España”

Díaz Ayuso

“Ante las acusacione­s que le han hecho, lo único que hace es replicar con hipérboles”

Catalán/castellano

“En Catalunya no se cumplen las leyes lingüístic­as, no hay un equilibrio lingüístic­o”

Socialismo “Sánchez ha derrotado ya dos veces al PSOE, y hoy es el partido ‘sanchista’”

Le decía antes que el Código Penal no es un conjunto de eslóganes, es técnica jurídica. Se le ha advertido al Gobierno desde el CGPJ, desde las asociacion­es feministas o desde el PP, pero ha hecho caso omiso. Ahora se va a acreditar si el presidente tiene capacidad para cesar en el Consejo de Ministros a alguien que no ha nombrado como es la ministra de Igualdad, de Unidas Podemos. Y probableme­nte lleguemos a la conclusión de que el presidente no lo es de todo el Gobierno, sino solo de una parte. Y también se va a acreditar si el presidente va a destituir a los responsabl­es del Ministerio de Justicia, porque el Consejo de Ministros es un órgano colegiado. El efecto concreto que queda es que hay violadores, personas que han cometido abusos sexuales, que gracias a esta ley están hoy más protegidos por culpa del presidente del Gobierno.c

 ?? Pedro Madueño ?? El líder del PP en un momento de la entrevista
Pedro Madueño El líder del PP en un momento de la entrevista

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