¿Cuánto durará el castigo electoral por derogar la sedición?
El precedente de los indultos deja en el aire medio millón de votos pero no revela una caída del PSOE
Qué coste electoral tendrá para el PSOE derogar el delito de sedición en el Código Penal? Y, sobre todo, ¿cuánto tiempo se prolongará ese castigo electoral? La respuesta en ambos casos es “nada y mucho”. “Nada” porque cada bloque electoral se ha consolidado en torno a unos temas cuya contrapuesta visión mantiene congelada la correlación entre derecha e izquierda. Y “mucho” porque el ruido mediático que desatan este tipo de iniciativas puede reactivar a los electores de un bando y desactivar a los del otro. Al fin y al cabo, hay elecciones locales y autonómicas en seis meses.
En la modificación del Código Penal, la izquierda parte con una desventaja que, quizás, podría dar por amortizada. La opinión pública española (aunque pensando más en la delincuencia común que en la Constitución) se viene inclinando históricamente a favor de endurecer las penas. Los sondeos del CIS de las tres últimas décadas lo dejan muy claro. En 1987, más del 50% de los españoles juzgaba “blandas” las penas del Código Penal, y solo un 8% las creía duras.
En la década siguiente, y en paralelo a la reforma del código en 1995, casi el 70% de los ciudadanos pensaba que las penas debían endurecerse. Y cuando, ocho años después, el PP propuso elevar los castigos, el apoyo en algún caso (como en los delitos de corrupción) rozaba el 94% de los consultados. Sin duda, esa bandera consolidó mucho voto de centro en torno al Partido Popular, pero no impidió que perdiera las elecciones en el 2004 o en el 2008.
Además, la agitación en torno a la amenaza de “romper España”, atribuida al “sanchismo” y a su política de pactos con los nacionalistas, ya viene registrándose con intensidad desde junio del 2018 y tampoco impidió al PSOE ganar las elecciones en el 2019. ¿Significa eso que derogar la sedición no supone ningún riesgo electoral? En absoluto. Cualquier encuesta
La opinión pública siempre se ha inclinado mayoritariamente por endurecer el Código Penal en España
revelará la oposición mayoritaria –incluso entre el electorado socialista– a una medida de ese tipo, como ya ocurrió con los indultos a los presos del procés en el 2021.
De hecho, en junio de ese año, el PP firmó un empate con el PSOE en voto declarado, según el barómetro del CIS. Pero esa correlación coincidió con la victoria de Díaz Ayuso en Madrid. Y, además, ese impacto empezó a debilitarse al mes siguiente y se había evaporado a la vuelta de vacaciones. Los populares cayeron de nuevo por debajo del 15% en voto decidido, y el PSOE volvió a situarse en torno al 20% (su suelo de la pandemia).
La correlación electoral solo cambió tras la grave crisis interna del PP, a comienzos de este año y que se saldó con el relevo de Pablo Casado por Núñez Feijóo. Sin embargo, las encuestas más recientes parecen reflejar un agotamiento del efecto Feijóo y una cierta reactivación del electorado de izquierda en torno a los temas propios, como la defensa de lo público o una fiscalidad progresiva.
¿Puede apuntillar las expectativas socialistas una iniciativa tan impopular en el conjunto de España
como la reforma de la sedición? No hay que olvidar que la implicación del gobierno de Aznar en la denostada guerra de Irak le llevó a perder momentáneamente la Comunidad de Madrid (aunque no Valencia). Y tanto las encuestas como las oscilaciones de voto en las sucesivas elecciones revelan que al menos medio millón de electores pueden votar indistintamente al PP o al PSOE.
Por lo tanto, la rebaja en las penas contribuirá, sin duda, a mantener movilizado al bloque conservador, desmovilizará a un sector del progresista y puede decantar a ese medio millón de electores oscilantes. Pero, al final, pasados unos meses, ¿se acabará diluyendo ese impacto entre los potenciales votantes de centroizquierda, como ya ocurrió con los indultos? La respuesta es sencilla: solo la coincidencia de la reforma del Código Penal con un posible desatasco europeo de las extradiciones de los prófugos del procés puede apuntalar el relato del PSOE y revertir el desgaste.c