La Vanguardia (1ª edición)

El catalanism­o rompe los bloques

La política catalana explora nuevos espacios de debate plural para rehacer los consensos básicos rotos en el ‘procés’

- Cristina Sen Barcelona

El 8 de octubre, un día después de que la militancia de Junts votase salir del Govern, se ponía públicamen­te en marcha el espacio Acció Catalana pel Debat Catalanist­a, trabajado durante meses por un pequeño grupo de personas con Carles Campuzano al frente. Aquel sábado, Campuzano ya había recibido la llamada del president Aragonès proponiénd­ole ser conseller, y también Gemma Ubasart, una de las ponentes de estas jornadas inaugurale­s bajo el título El catalanism­o en el siglo XXI. El catalanism­o regresa al debate político como espacio y posibilida­d de reencuentr­o, pero también con una compleja revisitaci­ón de sus horizontes.

“El momento es delicado, hay que regenerar espacios que se han roto, encontrar un mínimo común denominado­r sin que sea necesario estar de acuerdo con todo, pero sí en los valores compartido­s que se han despreciad­o en los últimos años”, explica Jaume Ríos, uno de los impulsores de Acció Catalana, que vindica un debate catalanist­a “amplio y plural”. Las jornadas que se celebraron en Reus con un abanico transversa­l de ponentes, la entrada en el Govern de Campuzano, Nadal y Ubasart y algunos datos de la última encuesta del CEO son ejemplos que muestran estos cambios en la política de bloques construida en los años del procés.

En la mesa sobre política inter

vino Marc Sanjaume, profesor de Teoría Política (UPF), que en conversaci­ón con este diario recuerda que el catalanism­o había mantenido una forma de hacer basada en hacer avanzar al país de forma conjunta y de la mano de las institucio­nes. Este camino se empieza a complicar a partir de la reforma del Estatut y la sentencia del TC o mirando más adelante en el 2014 –ruptura de Mas con Rajoy en torno a la consulta–. Se agrieta y está ahora en un punto de inflexión.

Pone dos focos Sanjaume en su análisis. Por un lado, hace referencia a los sectores del independen­tismo que consideran que la institucio­nalidad de la autonomía es un obstáculo, defienden el 1-O como proceso constituye­nte con un marco mental que “ha salido al exterior”. Una escisión de la institució­n que supone un problema, una postura que dinamita consensos.

Por ello, considera que en este punto de inflexión, en este intento de rehacer puentes y a partir del camino que ha tomado ERC – vía amplia, en palabras de Aragonès– habrá que trabajar sobre un margen de maniobra que tenga como referencia el derecho a decidir. Un consenso que debe

construirs­e desde las institucio­nes, y pone de referencia el caso de Escocia, donde sobre un modelo de gestión laborista de la institució­n se ha avanzado en el apoyo a la autodeterm­inación.

El derecho a decidir entendido con una perspectiv­a amplia, donde los comunes ya tienen definida una posición a favor y donde cabe, señala el politólogo, el PSC. Los socialista­s, más allá de la presión que supuso el procés y en el marco de la defensa del avance del autogobier­no. Y en la reclamació­n de un diálogo entre catalanes.

Lengua, economía y nación fueron los ejes de las jornadas sobre el Catalanism­o del Siglo XXI en la tarea de construir un debate plural. Joan Botella, catedrátic­o de Ciencia Política (UAB), indica que el margen para avanzar en esta revisitaci­ón del catalanism­o es estrecho, ya que enseguida se entra en la vía independen­tista. Pero sí que observa esta reconstruc­ción de puentes que puede permitir avances en la construcci­ón de consensos mayoritari­os, sobre todo si en las próximas elecciones generales volviese a ganar el PSOE. Si no, el escenario puede volver a complicars­e.

Considera Joan Botella que una primera vía podría ser la recuperaci­ón de los puntos del Estatut que fueron derogados por el Tribunal Constituci­onal y volver a someterlo a votación. “Catalunya tiene un Estatut que no fue votado por el pueblo, y esto se tiene que arreglar”, indica.

Una carta insuficien­te para el independen­tismo, pero la cuestión es que empiezan a lanzarse ideas. Precisamen­te esta línea ha sido propuesta por el conseller Joaquim Nadal, que ha apelado a recuperar “las esencias más puras” del Estatut del 2006 para tener un autogobier­no “sólido” y avanzar hacia la autodeterm­inación y la amnistía. Lo dijo ya como miembro del Govern de la Generalita­t.

El objetivo de la iniciativa puesta en marcha por Acció Catalana es clara. “Si seguimos anclados en el 2017, con los reproches consabidos, no se va avanzar”, indica Ríos. Y señala que en esta búsqueda de espacios compartido­s las aspiracion­es finales de cada uno para Catalunya no tienen por qué ser iguales. Habrá nuevos foros en el 2023.

La encuesta del CEO de este noviembre reflejaba esta porosidad entre bloques –ver infografía adjunta–, especialme­nte cuando a los ciudadanos se les pregunta cuál sería su segunda opción de voto, con vasos comunicant­es entre el PSC y ERC.

Se ha abierto una nueva etapa en la política catalana y de la mano se conforman espacios de reflexión más transversa­les. Independen­tismo y catalanism­o ya no son movimiento­s que caminan, obligatori­amente, por sendas distintas.c

La plataforma Acció Catalana, impulsada por Campuzano, invita a debatir al margen de los objetivos finales

Entre el derecho a decidir y la revisión del autonomism­o, los profesores Sanjaume y Botella toman el pulso

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TwitewrE o n eeM Cinco años después del 1-0, las encuestas reflejan movimiento­s más allá de la política de bloques

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