Vivimos entre esqueumorfos
Por donde quiera que mires, salta un esqueumorfo. Se trata de esos grafismos o elementos que imitan el diseño de lo que ha habido antes, para que el cambio no nos sobresalte. Es el dibujito de la papelera donde lanzamos toda la basura de nuestro ordenador, por ejemplo. O el carrito de la compra donde vamos acumulando nuestras adquisiciones en línea. Miren también su teléfono móvil: al llamar a alguien aparece de repente un auricular de teléfono antiguo de color verde y, cuando colgamos, uno de color rojo, artilugios que desaparecieron del mundo real de las comunicaciones digitales hace tiempo. ¿Siguen con su móvil en la mano? Hagan una foto: ¿verdad que han oído un sonido al disparar? Es el que producía el obturador mecánico de las máquinas fotográficas de antaño. O, en algunos relojes de esos que llaman inteligentes, la llamada corona digital se parece en diseño y ubicación al botón que se utilizaba para dar cuerjor, da a los antiguos relojes. Los diseñadores de e-books, asimismo, se han esforzado en que, en nuestros dispositivos de lectura, parezca que pasas la página de un libro de papel.
Todo esto era para decirles que, a lo mecualquier noche de estas encienden su televisor y de repente se aparecen en él unos señores y unas señoras, bien vestidos y maquillados, debatiendo sobre algún tema en un plató. Vista la escena, sin volumen, hasta parecería que se trata de un debate democrático y civilizado entre expertos, con el punto justo de pasión, para profundizar en alguno de los serios problemas que atravesamos como sociedad mediante el contraste de distintos pareceres. La imagen se parece incluso, con unos decorados más modernos y sin el humo del tabaco, a aquel programa, La clave, que dirigía José Luis Balbín. En ocasiones, además de esa atmósfera familiar, la emisión luce un nombre rimbombante que enfatiza conceptos como libertad, pluralidad o verdad. Pero suban el sonido y, a la que entiendan cuatro frases, se darán cuenta de que, ahí también, se manifiesta el esqueumorfismo, en su versión más perversa: nos venden algo muy distinto como si fuera lo de antes.c