La Liga italiana quiere dar 20.000 euros a quien se case por la Iglesia
Una propuesta de ley presentada por parlamentarios de la Liga, uno de los partidos ultraderechistas italianos que componen la coalición gubernamental, ha causado estupor en el país transalpino. Se trata del llamado “bono matrimonio”, que consiste en ayudas de hasta 20.000 euros para sufragar los gastos de una boda a través de detracciones fiscales para las parejas de menos de 35 años que quieran casarse por la Iglesia. Una idea para incentivar a los jóvenes italianos a pasar por el altar que ha generado tanta polémica, incluso dentro del Ejecutivo, que parece destinada a terminar en la papelera.
Esta medida de la Liga no es una novedad, porque ya lo intentaron en el 2019, pero entonces no compartían gobierno con los también ultraderechistas Hermanos de Italia y con Forza Italia, el partido de Silvio Berlusconi, por lo que ahora podrían tratar de llevarlo adelante. La base de la que parte el partido de Matteo Salvini –que suele recurrir a símbolos religiosos para su propaganda electoral– es que cada vez menos jóvenes optan por casarse por el rito católico a causa, entre otros motivos, de que cuesta más dinero que por lo civil. “Las razones que alejan a las parejas jóvenes del altar y que las llevan a plantearse
única y exclusivamente el matrimonio civil son muchas y de diversa índole. En primer lugar, el matrimonio civil es en sí mismo una celebración menos onerosa que el matrimonio religioso”, aseguran los redactores de la propuesta de ley.
Así que, para ayudarles a decidirse por las bodas religiosas, quieren dar ayudas a través de reducir un 20% de los gastos hasta la cifra de 20.000 euros, en cosas como la decoración de la iglesia, las flores, los vestidos de los novios, el banquete, la peluquería, el maquillaje o los fotógrafos de la boda. Todo ello supondría un desembolse para el Estado italiano de 120 millones de euros en el 2023. Bajo una serie de condiciones. Además de tener menos de 35 años, los novios deben tener ingresos inferiores a 23.000 euros, poseer la ciudadanía italiana desde hace por lo menos diez años y casarse en iglesias italianas.
La oposición rápidamente protestó por la medida, tachándola de “inconstitucional” por discriminar tanto por motivos religiosos como por ser un beneficio solamente destinado a las parejas heterosexuales, ya que el matrimonio homosexual sigue estando prohibido en Italia. Hasta el
La oposición ve la medida “inconstitucional” y hasta Hermanos de Italia la censura
ministro de Defensa, Guido Crossetto, uno de los hombres más cercanos a la primera ministra, Giorgia Meloni, lo ha censurado sin reservas: no es algo que interese al Estado laico”. En declaraciones a La Stampa, otro miembro gubernamental de Hermanos de Italia critica que da la impresión que se quiere “reavivar la fe de los creyentes con una detracción fiscal”. “Un beneficio reservado para hombres y mujeres
italianos durante al menos diez años, que han elegido el matrimonio religioso, obviamente heterosexual. Una perla del analfabetismo constitucional, mejor que el mismísimo impuesto fascista al celibato”, criticó Benedetto Della Vedova, secretario del partido izquierdista +Europa.
Ante la polémica, rápidamente, los relatores del proyecto de ley dieron marcha atrás y aseguraron que “durante el debate parlamentario se extenderá a todas las bodas, independientemente de que se celebren en la iglesia o no”.c