Luces que abren caminos
La iluminación navideña del Raval crece con nuevos diseños elaborados por niños de la comunidad gitana del barrio que reivindican sus orígenes
El raval reivindica su lado más amable y saca su orgullo. El tejido asociativo del barrio escenifica su red de complicidades a través de un proyecto muy especial con luces de Navidad de fabricación propia. El iluminado navideño de este año regresa a la calles con nuevos diseños elaborados por una docena de niños de la comunidad gitana.
Al centenar de arcos ya fabricados desde el 2017 en el marco de la iniciativa comunitaria #ravalKm0, hay que añadir cuatro incorporaciones para esta edición. Una de ellas son las siluetas de los menores que han participado durante tres talleres. La otra pieza corresponde a la rueda de carro de la bandera gitana. “Es la que más nos gusta”, asegura sin dudarlo Levy, de diez de años.
También se rinde homenaje al rey de la rumba catalana, a Peret, inmortalizando un momento de una actuación suya cuando era niño junto a la tía Pepi en un festival infantil en el teatro Tívoli en honor a Evita Perón. “El papel de la mujer en la rumba catalana ha sido y es muy importante”, destaca Manu, alias Marchoso Júnior ,en honor a su abuelo y conductor del programa radiofónico L’hora del Ramunet de ràdio Ciutat Vella.
“La elaboración de este arco ha sido la más complicada porque la guitarra tenía muchas curvas”, reconoce Jocabed, de diez años. Su madre, Elisa, nacida en la calle de la Cera y profesora de rumba en el casal del raval, habla emocionada del resultado: “Ha quedado muy bonito. Nosotros queremos mucho el barrio”. La rumba también está presente en otro arco cuyo protagonista es el Chacho, consi
derado uno de los padres de este género.
Los niños han contado con el apoyo de los diseñadores Curro Claret y Maria Güell para elaborar los adornos, hechos con bombillas led y materiales reciclados, como antiguas vallas de obras. También ha sido clave la participación de Sam Garcia, representante de la asociación Carabutsí del raval y artífice del primer ecomuseo urbano gitano de Barcelona, ubicado en la calle Cera, donde se instatrechas,
larán los ornamentos navideños.
“Hemos creado comunidad y red vecinal. ¡Y a los niños les ha hecho mucha ilusión participar!”, comenta Sam. Además, se colocará el centenar de arcos elaborados en años anteriores que representan las figuras de otros vecinos y comerciantes de este barrio en el que viven cerca de 50.000 personas de más de 40 nacionalidades en apenas un kilómetro cuadrado. Uno de los objetivos es iluminar aquellas calles más oscuras y es
como Carretes y riereta. otra novedad es que se lanzará una aplicación para que cuando se fotografíe el arco se explique su historia. Algunas de ellas muy emotivas, como la de Maria Casas, luchadora vecinal que tras su fallecimiento su luz no desaparece del vecindario.
“Es un trabajo comunitario que impacta en un modelo de economía de ciudad diferente”, apunta Vanessa Cayuela, que forma parte de La Traginera, un proyecto de formación y de acompañamiento para fortalecer el desarrollo local e impulsado por las entidades Fundació Tot raval, Fundació Surt y las cooperativas Impulsem, Colectic y la Boqueria estudio de arquitectura. En esta ocasión han participado menores, pero en otras ediciones se ha fomentado la contratación de 25 personas en paro de larga duración. Las luces del raval se encenderán este jueves con las del resto de la ciudad. También se organizará una fiesta el sábado 26 de noviembre en la plaza del Pedró con una chocolatada y un concierto del Taller de Músics. “En el raval no se vive tan mal como dicen”, concluye con una sonrisa Abraham, de 11 años.c
Los adornos se colocarán en la calle de la Cera y se suman al centenar de arcos ya creados por los vecinos