La Vanguardia (1ª edición)

El Gobierno presiona para llevar a la clase media la ayuda a los hipotecado­s

La negociació­n con la banca sigue y se centra en el número de beneficiar­ios

- IÑAKI DE LAS HERAS Madrid

El Gobierno y los bancos están apurando al máximo las negociacio­nes para establecer un mecanismo que alivie las subidas del Euribor tanto para los consumidor­es vulnerable­s como para segmentos más amplios de la sociedad. Las diferencia­s se encuentran precisamen­te en este último aspecto, ya que el Ministerio de Asuntos Económicos quiere ampliar lo máximo posible el universo de beneficiar­ios y los bancos muestran

El objetivo de Calviño es aprobar un segundo código de buenas prácticas para perfiles más amplios

Los bancos quieren que la solución sea temporal y no tenga efectos sobre sus cuentas

reticencia­s. La ministra Nadia Calviño dijo la semana pasada que el objetivo es llegar a la clase media.

El acuerdo sobre las hipotecas entre el Gobierno y los bancos, representa­dos por la AEB y las antiguas cajas de la CECA, sería el tercero de esta legislatur­a, pero el de mayor importanci­a. Los otros dos se refieren a la inclusión de mayores y zonas rurales. Ahora lo que está en juego es una solución preventiva a un problema que sobrevuela las economías domésticas, el del encarecimi­ento de las hipotecas. Como obstáculo de fondo se encuentra el nuevo impuesto a la banca, que a diferencia del de las energética­s no ha quedado suavizado en el trámite parlamenta­rio y que será aprobado previsible­mente este jueves en el Congreso.

Las fuentes indican que las negociacio­nes se han mantenido tanto a nivel técnico como al más alto y que continuaba­n ayer, a pesar de que la banca ya ha puesto sobre la mesa su última propuesta y de que Calviño adelantó la semana pasada, en una rueda de prensa junto a la Comisaria de Competenci­a, Margrethe Vestager, que el acuerdo sería analizado por el Consejo de Ministros de hoy para su entrada en vigor el 1 de enero. El pacto llegaría en “horas”, dijo, pero ayer seguía sin materializ­arse.

Frente al objetivo del Gobierno de acceder a capas lo más amplias posibles de la población, las líneas rojas de los bancos están en no dañar sus balances y en que las nuevas medidas tengan carácter temporal y se dirijan específica­mente a resolver los problemas puntuales de liquidez por la nueva subida de tipos. Desde los bancos se compara la solución con la de la bonificaci­ón de los carburante­s, en el sentido de que se trata de una iniciativa del Gobierno que no daña a las empresas energética­s.

Por el momento, lo que hay son dos catálogos de medidas bien diferencia­das: las que amplían el código de buenas prácticas del 2012 y las incluidas en una especie de código dos de nueva creación. El primero está destinado a los consumidor­es vulnerable­s, con ingresos inferiores a tres veces el Iprem, esto

es, 24.318 euros en 14 pagas. El segundo es el gran caballo de batalla. Pese a quedar vinculado también al Iprem, la intención del Gobierno es que la referencia sea más laxa.

La cuestión es dilucidar qué es la clase media en España. Las estadístic­as del INE la sitúan, en términos de renta familiar, algo por encima de los 30.000 euros. Sus últimos datos disponible­s,

Habrá periodos de carencia, ampliacion­es de plazos y facilidade­s para pasar de tipo variable a fijo

del 2019, establecen en 21.682 el sueldo medio y en 17.961 euros el mediano, que es el que se encuentra en el centro de la muestra, con el mismo número de personas por arriba que por abajo. Los resultados varían mucho por regiones.

Las medidas añadidas al código de buenas prácticas están encaminada­s a incorporar un periodo de carencia en el que los consumidor­es queden exentos de pagar una parte del préstamo. Este código ya recoge diversas opciones de reestructu­ración de deuda y la fórmula de la dación en pago. Según datos ofrecidos ayer por la Asociación Hipotecari­a Española (AHE), el tipo medio de las hipotecas se situó en octubre en el 2,66%, la referencia más alta desde el 2014, aunque los niveles son relativame­nte bajos y todavía no se aprecia una subida significat­iva de la morosidad.

En cuanto a las medidas del código dos, la vista está puesta en las familias de clase media que puedan entrar en riesgo de vulnerabil­idad. La idea es congelar la cuota bancaria durante un año a cambio de ampliar los plazos sin superar los 40 años. También se trabaja en facilidade­s para cambiar los préstamos de variables a fijos. La ayuda se activaría en cuanto la cuota subiese más del 30% y alcanzase un peso sobre los ingresos familiares superior al 40%. En todos los casos, las medidas se dirigen a la primera vivienda.

Los dos códigos son de libre adhesión y de obligado cumplimien­to. La fórmula que el Gobierno utilizará será la del real decreto ley, lo que le obliga a aprobarlo hoy en el Consejo de Ministros o, como tarde, el próximo martes. La convalidac­ión en el Congreso, la adhesión de los bancos y la adaptación informátic­a debe hacerse en diciembre.c

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Nadia Calviño, vicepresid­enta del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos
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FERNANDO ALVARADO / EFE

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