El Gobierno amarra los presupuestos con el apoyo de sus socios habituales
ERC encauza su sí al pactar una transferencia de 900 millones en infraestructuras
El presidente del Gobierno con la mayoría parlamentaria más exigua en democracia ha amarrado sus terceros presupuestos generales consecutivos. Los del 2023 probablemente sean los últimos de la legislatura. 175 síes están confirmados ya, y el objetivo es cerrar el trámite en el Congreso con 188, como el año pasado y como en el 2020. Serían 21 votos más que en la investidura y ocho más que en la moción de censura. Se desbroza el camino que permitiría a Pedro Sánchez agotar los cuatro años de mandato. La clave, un año más, vuelven a ser los socios habituales del Ejecutivo. PNV, EH Bildu, el PDECat, Más País, Compromís… y ERC, que muy probablemente se incline por sumarse a esta amplia mayoría. Los de Oriol Junqueras aún no han dado por hecho su voto afirmativo, pero la negociación paralela para eliminar el delito de sedición y quizás redibujar el de malversación atan a los republicanos.
De hecho, pese a que el voto favorable de los 13 diputados de Esquerra no es imprescindible, el grupo que lidera Gabriel Rufián en Madrid allanó ayer el camino a su sí con un acuerdo para transferir a la Generalitat de Catalunya 900 millones para infraestructuras pendientes. El modelo es similar al que se aplica en el País Vasco: ceder obras con inversión garantizada por parte del Estado, de tal manera que el Gobierno central se sacude toda responsabilidad y cualquier incumplimiento corre a cargo de la administración autonómica.
Para los republicanos el quid de la cuestión presupuestaria era garantizar la ejecución de lo presupuestado. Las comisiones de seguimiento pactadas no sirvieron para mucho. Ejemplos: en el 2021, solo se materializaron el 32% de las inversiones previstas en Catalunya por el Gobierno; en el primer semestre del 2022, el presupuesto ejecutado ha sido de solo el 16%. Ahora ERC cree que por fin han logrado asegurar esa inversión con esa fórmula de cesión de la obra a la Generalitat.
El acuerdo entre el PSOE y ERC también incluye toda una retahíla de partidas, entre las que destacan los 40 millones para la
Autoritat del Transport Metropolità (ATM) y 60 millones para el hub audiovisual Catalunya Media City.
Con todo, EH Bildu se adelantó a Esquerra y fue la formación que inclinó ayer la balanza. Tras intensas conversaciones con el Ministerio de Hacienda, los cinco diputados dirigidos por Mertxe Aizpurua confirmaron ayer su apoyo a las cuentas públicas del próximo año. A cambio, el Ejecutivo se comprometió, entre otros, a prorrogar dos de las medidas más importantes del escudo antiinflación: el tope del 2% a la subida de los alquileres, que no fue nada sencilla por las reticencias de Economía, y la mejora del 15% de las pensiones no contributivas. De esta decisión se benefician 450.000 pensionistas, una mayoría
mujeres. La financiación estimada, según el texto difundido por la formación vasca, es de 420 millones.
Con los cinco votos favorables de la izquierda abertzale el Gobierno ya tiene amarrados 175 votos, suficientes para superar el trámite del próximo jueves. A los 154 votos de PSOE y Unidas Podemos (sigue vacante el escaño de Alberto Rodríguez), hay que sumar los seis apoyos del PNV, los citados cinco de EH Bildu, los cuatro del PDECat, los dos de Más País, los dos de Coalición Canaria, el de Compromís y el del Partido Regionalista Cántabro. En la Moncloa han echado estas cuentas y afrontan la votación final del jueves con tranquilidad. Teruel Existe mantiene hasta última hora la incógnita de su voto.c
A la espera de Esquerra, Sánchez ya tiene los 175 apoyos necesarios para salvar la votación del jueves