La Vanguardia (1ª edición)

El Govern anima a gastar 20 litros menos de agua por persona y día

La alerta por sequía obliga a cerrar las fuentes ornamental­es con agua potable y a regar solo por la noche

- Antonio C Tarc lona rrillo

El Gobierno catalán aprobó ayer la resolución por la que se declara la situación de alerta por sequía y entran en vigor las nuevas medidas para conservar los recursos hídricos en toda la zona central de Catalunya (las comarcas de Barcelona y Girona). La falta de lluvias en los últimos meses ha hecho bajar las reservas en los embalses hasta el 34% en las cuencas del Ter y el Llobregat, la principal fuente de suministro de agua. La Administra­ción catalana ve deseable una reducción de consumo de unos 20 litros por persona y día en la zona central catalana para mejorar las garantías de suministro.

El consumo medio de agua para usos domésticos en la región central de Catalunya se cifra entre 120 y 135 litros por persona y día, según fuentes de la Agència Catalana de l’Aigua (ACA), que ve necesario reducir esa cifra.

En el caso de Barcelona, la dotación media (incluyendo todos los servicios municipale­s) totaliza 147 litros por persona y día, mientras que el consumo estrictame­nte doméstico se sitúa en 106 litros.

Son cifras muy inferiores a la media estatal (140 litros por persona y día) o la de Valencia (143 litros) o Madrid (133), según recordó Eloi Badia, edil de Emergencia Climática y Transición Ecológica de Barcelona.

En las cuencas de Catalunya (ríos que nacen y mueren en esta comunidad) ya hay 514 municipios en alerta por sequía en 27 comarcas, y representa­n una población de 6,7 millones de habitantes (el 80% de la población catalana).

En el actual escenario de alerta (la resolución entra en vigor el viernes en Catalunya, aunque Barcelona adelanta las medidas a hoy), las primeras restriccio­nes afectan a los consumos agrícolas, ganaderos, industrial­es y lúdicos, pero no domésticos.

Samuel reyes, director de la ACA, indica que los ámbitos domésticos y de servicios urbanos son los que pueden cosechar mayores ahorros de recursos, puesto que apenas hay necesidade­s de riego agrícola. Afirmó que “si cada ciudadano ahorrara unos 20 litros de agua al día, teniendo en cuenta que somos casi 7 millones de personas, al cabo del año se podría conseguir el equivalent­e al volumen de producción de la desaliniza­dora de Blanes (unos 20 hm3)”.

De media, un ciudadano “podría ahorrar entre un 5 y un 10%, aunque depende de las circunstan­cia”, explicó. “Apelo al ahorro del ciudadano, aunque no notaremos una restricció­n en casa”, añadió reyes. Los recortes en el ámbito urbano (restriccio­nes de riego en zonas verdes y limpieza de calles, cierre de fuentes ornamental­es, limitacion­es de limpieza de vehículos...) podrían permitir ahorros de entre el 10 y el 15%.

En el actual contexto están resultando clave los recursos que aportan las dos desaliniza­doras (El Prat de Llobregat y Blanes), que han evitado que los embalses registren siete puntos porcentual­es por debajo de su volumen actual.

Las desaliniza­doras han sido proverbial­es para evitar la entrada en una fase de excepciona­lidad

Sin el agua desaliniza­da, el sistema Ter-Llobregat estaría cerca del umbral de excepciona­lidad, lo que implica restriccio­nes mucho más severas.

El cierre de los surtidores ornamental­es de agua potable en Barcelona afecta al 42% de estas fuentes de la ciudad. Solo funcionará­n las que tengan agua de las reservas subterráne­as (del nivel freático).

Además, el arbolado y el verde urbano solo se regarán por la noche, y en los casos en que se riegue de día, será con agua del freático.

Eloi Badia apuntó que “si no llueve, las restriccio­nes irán in crescendo”, pero recalcó que la ciudad está en mejores condicione­s para afrontar la sequía que en el 2018 (desaliniza­dora, reutilizac­ión, agua freática...).c

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