El Govern anima a gastar 20 litros menos de agua por persona y día
La alerta por sequía obliga a cerrar las fuentes ornamentales con agua potable y a regar solo por la noche
El Gobierno catalán aprobó ayer la resolución por la que se declara la situación de alerta por sequía y entran en vigor las nuevas medidas para conservar los recursos hídricos en toda la zona central de Catalunya (las comarcas de Barcelona y Girona). La falta de lluvias en los últimos meses ha hecho bajar las reservas en los embalses hasta el 34% en las cuencas del Ter y el Llobregat, la principal fuente de suministro de agua. La Administración catalana ve deseable una reducción de consumo de unos 20 litros por persona y día en la zona central catalana para mejorar las garantías de suministro.
El consumo medio de agua para usos domésticos en la región central de Catalunya se cifra entre 120 y 135 litros por persona y día, según fuentes de la Agència Catalana de l’Aigua (ACA), que ve necesario reducir esa cifra.
En el caso de Barcelona, la dotación media (incluyendo todos los servicios municipales) totaliza 147 litros por persona y día, mientras que el consumo estrictamente doméstico se sitúa en 106 litros.
Son cifras muy inferiores a la media estatal (140 litros por persona y día) o la de Valencia (143 litros) o Madrid (133), según recordó Eloi Badia, edil de Emergencia Climática y Transición Ecológica de Barcelona.
En las cuencas de Catalunya (ríos que nacen y mueren en esta comunidad) ya hay 514 municipios en alerta por sequía en 27 comarcas, y representan una población de 6,7 millones de habitantes (el 80% de la población catalana).
En el actual escenario de alerta (la resolución entra en vigor el viernes en Catalunya, aunque Barcelona adelanta las medidas a hoy), las primeras restricciones afectan a los consumos agrícolas, ganaderos, industriales y lúdicos, pero no domésticos.
Samuel reyes, director de la ACA, indica que los ámbitos domésticos y de servicios urbanos son los que pueden cosechar mayores ahorros de recursos, puesto que apenas hay necesidades de riego agrícola. Afirmó que “si cada ciudadano ahorrara unos 20 litros de agua al día, teniendo en cuenta que somos casi 7 millones de personas, al cabo del año se podría conseguir el equivalente al volumen de producción de la desalinizadora de Blanes (unos 20 hm3)”.
De media, un ciudadano “podría ahorrar entre un 5 y un 10%, aunque depende de las circunstancia”, explicó. “Apelo al ahorro del ciudadano, aunque no notaremos una restricción en casa”, añadió reyes. Los recortes en el ámbito urbano (restricciones de riego en zonas verdes y limpieza de calles, cierre de fuentes ornamentales, limitaciones de limpieza de vehículos...) podrían permitir ahorros de entre el 10 y el 15%.
En el actual contexto están resultando clave los recursos que aportan las dos desalinizadoras (El Prat de Llobregat y Blanes), que han evitado que los embalses registren siete puntos porcentuales por debajo de su volumen actual.
Las desalinizadoras han sido proverbiales para evitar la entrada en una fase de excepcionalidad
Sin el agua desalinizada, el sistema Ter-Llobregat estaría cerca del umbral de excepcionalidad, lo que implica restricciones mucho más severas.
El cierre de los surtidores ornamentales de agua potable en Barcelona afecta al 42% de estas fuentes de la ciudad. Solo funcionarán las que tengan agua de las reservas subterráneas (del nivel freático).
Además, el arbolado y el verde urbano solo se regarán por la noche, y en los casos en que se riegue de día, será con agua del freático.
Eloi Badia apuntó que “si no llueve, las restricciones irán in crescendo”, pero recalcó que la ciudad está en mejores condiciones para afrontar la sequía que en el 2018 (desalinizadora, reutilización, agua freática...).c