Ser coherente es muy complejo
La nueva trova cubana tiene una dimensión política como la tiene la nueva canción latinoamericana o la nova cançó. Aparte de su excelencia artística no se puede separar de su posicionamiento político, y lógicamente Pablo, como Silvio, son hijos y fundadores de la nueva trova con Noel Nicola y Vicente Feliu. Y son referencias de esa nueva manera de hacer canciones que tienen texto, contenido y que dicen cosas políticas. Y más para lo que significó la revolución cubana para muchas generaciones. Y Pablo, al igual que Silvio, no ha dejado de ser portavoz de lo que significó la revolución en la vida de millones de cubanos.
Además, supo convivir bien con esa visibilización política. Cuando uno tiene unas convicciones y unas ideas y las defiende, ya sabemos lo que pasa. El camino de la revolución nunca está asfaltado. Y menos la revolución cubana, que desde el primer momento sufrió un duro bloqueo. Pablo ha sido coherente con lo que ha pensado y lo ha hecho siempre de forma visceral, primero como portavoz, entre comillas, de la revolución desde la cultura, y con su posicionamiento más critico de los últimos tiempos. Pero había una cosa fundamental para él: si uno es acrítico, no es en realidad revolucionario, sino que se convierte en un burócrata.
Los dos últimos conciertos que hizo en escenarios de los países catalanes fueron el pasado abril en Castelldefels y en València. El público que asistió no era para nada ambiguo, y allí se vio que la coherencia de Pablo son sus canciones, que es lo que forma su obra, más allá de lo que en un momento determinado dijo o dejó de decir. La obra es la que marca su posicionamiento, porque ser coherente es siempre muy complejo. En ese terreno, si ahora ves la nueva hornada de cantautores y cantautoras en castellano, en general han aprendido poco de la nueva trova, la nova cançó o de todos aquellos que han intentado decir cosas con contenido.c