Un piloto contra la Amazonia
Perú proyecta una reserva para proteger la tierra indígena ambicionada por una petrolera
El francés François Perrodo, ingeniero, de 45 años, preside la petrolera Perenco y tiene una de las mayores fortunas de Francia, además de una impresionante colección de coches deportivos, con los que posa habitualmente en las redes sociales. Apasionado de la velocidad, ha participado en numerosas pruebas de resistencia, incluidas las 24 horas de Le Mans. Su carrera más importante, sin embargo, se disputa en la Amazonia peruana.
Perenco tiene capital anglofrancés. François Perrodo la preside desde el 2006, a raíz de la muerte en un accidente de senderismo de su padre, el fundador de la compañía, Hubert Perrodo. Uno de los proyectos más controvertidos de Perenco tiene lugar en la Amazonia peruana, donde se sospecha que hay un inmenso yacimiento petrolífero. El problema es que la zona, en la frontera entre Perú y Ecuador, es el hogar de pueblos indígenas no contactados.
La petrolera, que extrae crudo en Perú desde el 2008, intentó ampliar su negocio en el territorio que debería albergar la futura reserva Napo-Tigre, en el departamento de Loreto. Su argumento es que el lugar está “deshabitado”. Sin embargo, Survival y Orpio (las siglas de
Organización Regional de Pueblos Indígenas del Oriente) han demostrado lo contrario con fotos aéreas del lugar en las que se ven malocas, las casas comunales de los pueblos amazónicos.
No era la única prueba de que Perenco pone en peligro a comunidades vulnerables y que permanecen aisladas por voluntad propia. Entidades de defensa de los derechos indígenas han presentado 400 evidencias científicas, además de declaraciones juradas de pobladores del entorno, para acreditar que esa parte de la selva también está habitada. Y, sobre todo, hay que tener en cuenta a los trabajadores de Barret Resources.
Esta empresa, la primera que descubrió el potencial de NapoTigre
y que fue absorbida por Perenco, ya vio en el pasado a los indígenas. Tanto es así que sus operarios tenían consignas sobre lo que debían gritar en caso de más avistamientos. Eran, en particular, tres frases tranquilizadoras: “Somos gente como vosotros”, “No venimos a por mujeres, tenemos las nuestras en nuestra tierra, lejos de aquí” y “¿Os molestamos?”.
Después de 20 años de tiras y aflojas, el Gobierno de Perú reconoció por fin el pasado 25 de julio la existencia de pueblos no contactados en este rincón de la Amazonia y dio los primeros pasos para la creación de la reserva Napo-Tigre. François Perrodo, que heredó sus rasgos exóticos de su madre, de origen chino, presentó inicialmente una demanda para paralizar la protección de este territorio, aunque ahora la ha retirado.
Perenco Perú Petroleum, la filial peruana, desactivó el procedimiento judicial el pasado día 3 ante la Corte Superior de Justicia de Lima. ¿Significa eso que el peligro ya ha sido conjurado? No, afirma Teresa Mayo. Esta investigadora de Survival International ve “sospechoso que la retirada se produjera justo después de una reunión entre
François Perrodo, que corre en las 24 horas de Le Mans, amenaza el mayor bosque tropical del planeta
la empresa y el Ministerio de Cultura de Perú”.
El Ministerio de Cultura es el encargado de velar por los pueblos indígenas. “Ni Survival ni otras organizaciones hermanas quisimos celebrar la retirada de la demanda porque estamos a la expectativa de si se ha hecho a cambio de promesas por parte del Gobierno”, agrega Teresa Mayo. De momento Perenco tiene dos lotes o concesiones, uno ya activo, para la extracción de petróleo en Napo-Tigre.
En teoría, esas explotaciones se cerrarían si se creara la reserva. ¿Se creará? Días después de que la petrolera diera marcha atrás en Lima, un diputado fujimorista presentó el proyecto de ley 3.518/2022-CR, que amenaza los derechos de los indígenas en aislamiento y contacto inicial. De aprobarse la medida, lamenta Teresa Mayo, “no solo peligrarían las futuras reservas sino incluso las ya creadas”.
François Perrodo y Perenco tienen aliados en el Gobierno regional de Loreto y en un grupo de presión autodenominado Coordinadora por el Desarrollo, que insiste contra toda lógica en que no hay indígenas en Napo-Tigre y defiende que las riquezas del subsuelo aumentarían la producción de petróleo en un momento económico delicado para Perú. No está escrito que David gane esta vez a un Goliat más veloz que nunca.c