Collboni plantea frenar la extensión de las supermanzanas
El líder del PSC apuesta por recuperar los interiores de manzana del Eixample
Las discrepancias entre comunes y socialistas en materia de movilidad en el seno del gobierno municipal de Barcelona se agravan un poco más.
El alcaldable del PSC y aún primer teniente de alcalde, Jaume Collboni, propone ahora recuperar los interiores de manzana del Eixample a fin de frenar la progresiva instauración de ejes verdes y supermanzanas en este distrito. Su anuncio se trata en verdad de todo un torpedo dirigido a la línea de flotación de las políticas de la alcaldesa Ada Colau y también de un guiño la mar de cómplice a la mayor parte de los comerciantes de la ciudad. No se trata de la primera vez que los socialistas ponen en cuestión la instauración del modelo de las supermanzanas en el Eixample, pero hasta ahora no habían planteado
ninguna alternativa tan concreta.
“Yo también soy partidario de alimentar el verde urbano y de mejorar el transporte público, faltaría más –detalló conciliador el líder socialista en su intervención durante el último Summit montado ayer por Barcelona Oberta, por la entidad que agrupa los ejes comerciales más visitados de la urbe–, pero la pacificación de calles no puede convertirse en sinónimo de inaccesibilidad. La palabra pacificación no puede convertirse en sinónimo de inaccesibilidad. Una calle puede ser pacificada, pero permitiendo la movilidad logística, el paso de los vecinos... En el debate sobre la generación del verde urbano, es el momento de incorporar elementos quizás no tan efectistas, pero sí realmente genuinos, como los patios interiores del Eixample”.
De todas formas, el ataque de Collboni hacia uno de los grandes buques insignia de la alcaldesa
Colau de cara a las próximas elecciones municipales fue de un corte más bien moderado. Probablemente, los envites se endurezcan en ambos sentidos durante los próximos meses. El alcaldable del PSC no se dejó llevar por el ánimo del encuentro de los comerciantes barcelo
neses y no prometió que desmontará la futura supermanzana y sus correspondientes ejes verdes ni nada parecido si acaso ganaba los comicios locales de mayo del año que viene.
“Entonces, en el próximo mandato –quiso subrayar el primer teniente de alcalde–, será el momento de echar el freno, de pararse, evaluar los resultados y reflexionar, y después decidir qué nuevas medidas tomar. No será ni la primera ni la última vez que se peatonaliza una calle del Eixample”.
Una vez más el Summit de Barcelona Oberta puso de manifiesto el profundo divorcio entre buena parte del tejido productivo de Barcelona y la alcaldesa Colau y los suyos. El lema de este año, Barcelona, la millor botiga del món, aquel famoso eslogan institucional desterrado por los comunes al poco de conquistar la alcaldía, se antojó más reivindicativo que nunca.
Ningún representante de
BComú se acercó al encuentro celebrado en esta ocasión en el Cercle d’Economia. Sí que lo hicieron, en cambio, representantes de la mayor parte del resto de fuerzas políticas con representación en el Consistorio. Y al primer teniente de alcalde Collboni lo acompañaron el teniente de alcalde de Seguridad y la concejal de Comercio, los también socialistas Albert Batlle y Montserrat Ballarín. “Nuestro objetivo es que Barcelona sea de nuevo la mejor tienda del mundo”, guiñó otra vez el alcaldable socialista.
Y el presidente de Barcelona Oberta, Gabriel Jené, lamentó que el comercio barcelonés luzca una cicatriz en la panza resultado de una intervención municipal realizada con un bisturí poco preciso. “Están trinchando Consell de Cent –dijo el comerciante en referencia a las obras en marcha de la futura su
“La pacificación no puede convertirse en sinónimo de inaccesibilidad”, dijo el socialista
“El Ayuntamiento está trinchando la calle Consell de Cent”, lamentó el presidente de Barcelona Oberta