La plaza de los escondrijos del Gòtic ya tiene hartos a sus vecinos
Piden revitalizar la plaza Vila de Madrid con usos culturales e infantiles para que la tome la gente del barrio
Vecinos y comerciantes de la plaza Vila de Madrid y de sus alrededores ya están hartos. Algunos de ellos ya la conocen como la de los escondrijos. De los escondrijos, los recovecos y las sombras, un siniestro rincón del barrio Gòtic muy apropiado para esconderse entre sus penumbras, para beber unos cuantos litros de vino, para ocultar con disimulo un teléfono móvil recién robado...
Y el resultado de esta situación, prosiguen estos vecinos y comerciantes, es que este rincón a una manzana de la Rambla, en un lado de Barcelona muy falto de espacios abiertos, que languidece ante la falta de gente dispuesta a vivir aquí, se convirtió ya en una lugar de paso, la mayoría de peatones trata de dejarla atrás enseguida, muy pocos se atreven a pasar aquí un rato de asueto...
“Tenemos por un lado los trotamundos, en la parte de arriba, que pasan el día bebiendo, que orinan por todas partes, que saltan las vallas para dormir en los jardines... Allí dejan sus colchones, sus cartones, sus latas... ¿Quién va a llevar a sus hijos a esta zona infantil si al lado...?”. “Y luego tenemos a los ladrones y a los traficantes, en el lado mar, en la parte de abajo”. “A lo mejor roban un móvil en la calle de al lado y luego lo tiran por aquí para disimular”. “Pasa continuamente. El otro día, un guardia del Decathlon tuvo que...”. “También guardan aquí la marihuana que venden”. “Y, bueno, a veces inhalan pegamento, y entonces discuten, se pelean...”. No pocas clientas de la tienda de hilos de la esquina de siempre dejaron de venir porque se sienten amedrentadas.
Así que estos vecinos y comerciantes se arremangaron para ir más allá de la mera queja y plantear al Ayuntamiento una alternativa constructiva. “Tenemos que acabar con tantos escondrijos, recovecos y sombras, y quizás el mejor modo de lograrlo sea ampliar la zona infantil para que los críos sean los protagonistas. Además, tantas paredes podrían servir para montar un rocódromo”. “Y el Ayuntamiento debería potenciar las actividades culturales. Hablamos con varias entidades culturales, y aquí podrían montarse conferencias, cines de verano, exposiciones fotográficas”. “Nos gustaría que Miss Van, una muralista muy importante, hiciera un mural sobre el papel de la mujer en los tiempos de los romanos...”. “Así, la gente haría uso del lugar”. “De lo que se trata es de que la gente del barrio disponga de auténticos puntos de encuentro.
Pocos se atreven a traer a sus críos, porque a un lado están los que se pasan el día bebiendo, y al otro, los carteristas
De lo contrario, perderemos lo poco que nos queda aquí de vida de barrio”. “Y entretanto, bueno, para recuperar la convivencia, no nos vendría mal tener presencia policial las 24 horas del día”. “Últimamente los barrenderos vienen por las mañanas acompañados de agentes de la Guardia Urbana,porqueyallevamostiempo quejándonos, pero no es suficiente”. “Primero habrá que tomar algunas medidas drásticas”.
Esta plaza es otro experimento urbanístico que requiere de una profunda revisión. Desde sus barandillas y vallas pueden contemplarse restos funerarios romanos, también unos jardines en pendiente y un camino con unos cuantos requiebros. El espacio fue inaugurado en 1998. Y sus escondrijos, recovecos y sombras lo convirtieron pronto en un lugar problemático. Ante las quejas vecinales, el Ayuntamiento lo valló en el 2010. Pero la medida nunca solucionó los problemas del lugar. Y la recuperación de la normalidad tras la pandemia no hizo otra cosa que agravarlos.n