Héroe del pub rock y padrino del punk
Wilko Johnson fue un coloso del rhythm and blues británico, un superviviente del pub rock que gestó junto a Dr. Feelgood. Su espasmódica forma de tocar la guitarra y el sonido callejero del grupo fueron una gran influencia para el punk. Por la cazallosa voz de Lee Brilleaux pero sobre todo por la fundamental guitarra de Wilko, cuya personal manera de tocar le
Con Dr. Feelgood, Johnson popularizó su espasmódica forma de tocar la guitarra
permitía alternar riffs y solos en un sonido contundente.
Además, estaba su look, con mirada penetrante y movimientos cortantes, como el duck walk, heredado de Chuck Berry, o la guitarra ametralladora, tocando sin púa, a lo fingerstyle. Nada daba a entender que estábamos ante un graduado de la Universidad de Newcastle upon Tyne, un personaje culto, viajado y que hizo incluso de profesor, antes de adentrarse en el circuito de clubs de su natal Essex para foguearse con
Pigboy Charlie Band.
Rebautizados Dr. Feelgood, se convierten en punta de lanza del pub rock. Con sus características guitarras Fender Telecaster desarrolló un reconocible sonido que, tras superar las influencias de Johnny
Kidd and The Pirates y Bo Diddley, se convirtió en el signo más distintivo de los cuatro álbumes clásicos del grupo.
El debut fue Down by the Jetty (1975), piedra angular del pub rock, con el gran hit Roxette.
Siguieron Malpractice
(1975) –incluye el gran clásico Back in the night,
autoría de Wilko Johnson–, Stupidity (1976) –disco en directo histórico, número uno en las listas británicas– y Sneakin’ suspicion
(1977), la despedida del guitarrista, crepitando aún su salvaje mezcla de r&b, r&r y pub rock.
En 1978 funda Solid Senders, editando un álbum para Virgin. Luego, como The Wilko Johnson Band, se dedica a confraternizar con el ambiente del punk rock. Su peregrinar le llevó a formar parte de los Blockheads de Ian Dury. Toca en Laughter, el tercer y último gran álbum del grupo. Junto al bajista de la banda, el carismático
Norman Watt-Roy, graba Ice on the motorway (1981). Desde entonces publica varios elepés, como Don’t let your daddy know (Live in Japan 2000), prueba de su éxito internacional.
En el nuevo milenio editó Red hot rocking blues (2005), con versiones de Ray Charles, Sony Boy Williamson y Lead Belly. Aparece en el documental sobre Dr. Feelgood, Oil city confidential (2009) de Julien Temple, que lo califica como uno de los últimos grandes excéntricos británicos. El mismo director lo inmortaliza en The ecstasy of Wilco Johnson, que triunfó en el festival In-Edit, en el que afirmaba que ya “debería de estar muerto”.
En el 2012 publica su autobiografía Looking back at me y poco después le diagnostican cáncer terminal de páncreas. Los pronósticos no se cumplen y logra poder seguir tocando en ocasiones señaladas, como cuando comparte escenario con Alan McGee, fundador del sello Creation, que dijo de él que era uno de sus grandes héroes. También se deshacía en elogios Jean-Jacques Burnel, el bajista de Stranglers, afirmando que Wilko era el puente entre los viejos tiempos y el punk.
Actúa en la serie Juego de tronos y ejerce influencia en las nuevas generaciones. The Waves Pictures le rindieron tributo en el EP Canvey Island baby (2017). Un año antes arrasó en el Teatro Apolo de Barcelona, en lo que fue una autentica celebración de la prorroga vital que le había concedido la enfermedad, en la gira de presentación de Going back home, disco compartido con Roger Daltrey, manteniendo viva una tormenta de riffs secos y afilados que convertían el añejo rhythm and blues en una bola de fuego. Aun pudo grabar un último disco, Blow your mind (2018), que incluye Marijuana. Finalmente ha acabado por sucumbir a un segundo cáncer, aparecido a finales del 2021. Tras superar cirugía y el tratamiento durante una década, falleció el pasado lunes, a los 75 años, en su casa de Westcliff On Sea.