“Nos vamos a la ruina”
Las familias afectadas por una hipoteca creciente se organizan para reclamar un rescate
La abrupta subida del Euribor, que ha trepado más de dos puntos en medio año, no afectará por igual a todas las hipotecas a tipo de interés variable. El incremento será mucho mayor para los consumidores con una hipoteca creciente, un producto financiero en el que las cuotas aumentan en cada revisión en un determinado porcentaje –de entre el 1,5% y el 3%– y que, además, suelen estar referenciadas al Euribor más un diferencial. Se trata de préstamos que se comercializaron sobre todo al final de la burbuja inmobiliaria de principios del milenio, coincidiendo en un momento en el que el precio de la vivienda estaba por las nubes y las cuotas de las hipotecas comenzaron a ser inasequibles para muchos consumidores. “Se ofrecieron todo tipo de alternativas para poder asumir el pago que fueron perjudiciales para el consumidor”, recuerda Antonio Luis Gallardo, responsable de estudios de la Asociación de Usuarios Financieros (Asufin).
Y una de estas fórmulas fue la hipoteca creciente. “Su beneficio – comenta Gallardo– es que esperas que el poder adquisitivo de quien la suscribe aumente a lo largo de los años y, gracias a eso, el impacto de las cuotas, aunque crezcan, sea menor. Pero si esto no se cumple y, además, confluye en un momento de subida de tipos como el actual, el impacto de la subida es muy superior”.
En esta tesitura se encuentra
Sandra Fernández, de 44 años y aquejada de una aguda discapacidad visual que le impide trabajar desde el pasado mes de febrero. Tras 16 años pagando religiosamente su préstamo hipotecario, teme no poder seguir haciéndolo cuando el próximo mes de mayo le revisen la cuota mensual, que actualmente es de 972 euros. Fernández y su marido Paco pagaron 280.000 euros por un piso rehabilitado de 62 m2 ubicado en Santa Coloma de Gramenet. “En ningún momento nos dijeron que la hipoteca sería creciente, solo que era a tipo variable”, asevera. Se dio cuenta de esta particularidad cuando las cuotas seguían aumentando en cada revisión a pesar de la supresión de la cláusula suelo en el 2013 y la bajada del Euribor aquel año. “La subida de la hipoteca va a ser nuestra ruina económica y la de nuestras familias”, dice al tiempo que explica que le obligaron a suscribir el préstamo con el aval de sus padres y sus suegros.
Fernández tampoco tiene esperanza de poder beneficiarse de las ayudas para aliviar la carga de los hipotecados porque los ingresos de su unidad familiar son superiores a 29.400 euros. Ella cobra 790 euros de la baja laboral y su marido, 1.500 euros netos al mes. Le queda pendiente de pagar un capital de 185.000 euros, más de lo que vale actualmente su vivienda.
Los tenedores con cuotas crecientes comienzan a organizarse a través de redes sociales. Sandra Fernández ha conseguido unir a través de una página de Facebook a más de 170 personas en una situación similar. Así, ha conocido a José Luis Herrero, de Abrera (Barcelona), que contrató una hipoteca creciente en el año 2007 por valor de 235.000 euros y a quien le subirá la cuota este mes más de un 50% por el efecto del Euribor y la aplicación de un porcentaje –de un 2% anual– que se desprende de una fórmula que él asegura desconocer. “¿Cambiar de banco la hipoteca? Estoy estudiando varias opciones, pero todo son complicaciones: nadie quiere este tipo de producto”, argumenta. Óscar Sánchez, de 48 años y vecino de Sabadell, es otro de los consumidores que intenta encontrar una salida a la hipoteca creciente que firmó en el 2006 por un importe de 186.000 euros. “Me faltan 12 años para acabar de pagarla, pero de aquí a seis años mis cuotas serán disparatas. La previsión inicial era que la última fuera de 4.000 euros”, lamenta.c