La Vanguardia (1ª edición)

Desaparece un futbolista

La prensa iraní anuncia la detención en Teherán de Voria Ghafouri, futbolista internacio­nal, por sus críticas al régimen

- Sergio Here ia Barcelona

Cuando regresen a su país, ya veremos qué ocurre con los internacio­nales iraníes que el otro lunes, en su debut ante Inglaterra, se habían negado a cantar el himno nacional: convendría seguirles la pista.

(Luego, Irán perdió 6-2; hoy, los iraníes se miden a Gales)

Por ahora, parte de las consecuenc­ias las pagan quienes están allí mismo, en el país, levantando la voz contra el régimen que brutaliza a sus mujeres.

Son confusas las noticias que nos llegan desde Irán, pues así lo quiere su Gobierno, pero dos medios locales comunicaro­n ayer la detención de Voria Ghafouri (35), importante lateral izquierdo que ha defendido el uniforme iraní en 26 ocasiones, aunque no había sido reclutado para la Copa del Mundo.

Según Fars y Tasnim, dos agencias nacionales, Ghafouri ha sido detenido por “insultar al equipo nacional y divulgar propaganda contra el Gobierno”.

La noticia complica aún más las relaciones del régimen iraní con los grandes organismos internacio­nales, y entre ellos la ONU: mientras Ghafouri desaparecí­a, los 47 miembros del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas se encerraban para debatir una respuesta al caso Mahsa Amini (22), arrestada y golpeada hasta la muerte el 16 de septiembre por no llevar el velo.

“Los países occidental­es no tienen ninguna credibilid­ad moral”, protestaba Khadijeh Karimi, la representa­nte iraní ante la ONU, ante el beneplácit­o de China, Rusia, Venezuela y Cuba, gobiernos que, indisimula­damente, se alinean con Teherán.

Todas esas cuestiones políticas enervan a Ghafouri, una celebridad en su país (en su nombre se han abierto más de un centenar de cuentas de Instagram) y un martillo pilón para el régimen. Ghafouri no se calla. En público, Ghafouri decía no entender el porqué las mujeres no podían acceder a las gradas de los estadios en un partido entre hombres.

En septiembre, tras la muerte de Amini, había declarado su apoyo a los familiares de la joven.

Y en los últimos días había pedido el fin de las represione­s militares en el Kurdistán, su región y también la de Mahsa Amini, y cuyas tiendas permanecía­n ayer cerradas en protesta.

Más allá de ello, un halo de misterio envuelve el caso Ghafouri. Mientras el Gobierno iraní se resiste a desvelar su paradero actual, la Federación de fútbol no confirma ni desmiente el motivo

Ghafouri, celebridad local, se ha manifestad­o contra la muerte de Mahsa Amini y el veto a la mujer en los estadios

de la ausencia de Ghafouri en la Copa del Mundo de Qatar.

¿Deberíamos hablar de represión política?

El país protesta –lo hacen incluso sus futbolista­s, exprimiend­o las palancas del fútbol– y el régimen carga contra su gente. Las cifras de víctimas se multiplica­n. Van más de quince mil detencione­s y seis condenas a muerte en las últimas semanas, cifras que los activistas iraníes denuncian y el régimen cuestiona.c

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Ronald Zak / AP Ghafouri, en un partido del 2015 ante la Chile de Alexis Sánchez

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