El tercer país más corrupto de Asia
En el último año, los gobiernos ■ y embajadas de China, Indonesia, Vietnam, Tailandia, Pakistán o Malasia han alertado a sus ciudadanos sobre los peligros de acabar retenidos en uno de estos complejos de ciberestafas, y han creado organismos específicos para liberar a sus nacionales, como también han hecho grupos de voluntarios. Lu Xiangri formó parte de uno en Camboya que llevó a cabo varias operaciones exitosas. “Luego todo se volvió mucho más complicado, y tuve que irme”, cuenta. Camboya es el tercer país más corrupto de Asia, tan solo por detrás de Afganistán y Corea del Norte. Durante meses, sus autoridades negaron la mayor y sostuvieron que los casos denunciados eran simples desacuerdos entre patronos y trabajadores. Ahora reconocen el problema (inciden en que ellos también son una víctima de la que se aprovechan mafias extranjeras) y en las últimas semanas han ejecutado numerosas redadas en Phnom Penh, Sihanoukville y otras urbes. “Las autoridades encontraron a 262 extranjeros sin permiso de trabajo (...) y requisaron 78.840 dólares, 804 ordenadores, 8.776 móviles, 16 portátiles, 36 pasaportes, cuatro pares de esposas y diez aparatos para dar descargas eléctricas”, resumía el digital local VOD sobre una de las más recientes. El problema, advierten desde organizaciones como GASO, es que no se detiene a ningún pez gordo y que, ante el aumento de la presión, las mafias podrían optar por trasladar el grueso de sus operaciones a Laos o Birmania, donde la inestabilidad política y la corrupción las amparan.