Ciudadanos hará primarias para elegir a los líderes de su nueva estructura bicéfala
Las desavenencias en el grupo parlamentario de Ciudadanos, sometido a una dolorosa prueba de esfuerzo por las consecuencias de su apoyo a la polémica ley del solo sí es sí, se trasladaron al debate de la ejecutiva del viernes, en el que la cúpula nado ranja tenía que decidir el modelo de partido que saldrá de la agónica asamblea de enero.
Tras días de filtraciones interesadas y movimientos precongresuales en la oscuridad, Inés Arrimadas llegó a la cita con los ánimos encendidos: algunos dirigentes temían que la bicefalia planteada por el equipo de refundación, con una dirección orgánica y otra política, escondiera la intención de la presidenta de seguir llevando el timón sin pasar por primarias.
Pero después de intensas horas de debate se impuso el consenso. Ciudadanos tendrá, efectivamente, una estructura dual, pero tanto el futuro secretario general, que acabará con el cesarismo presidencial instaurapor Albert Rivera, como el portavoz, que es el nombre que recibirá el nuevo líder político, tendrán que recibir el aval conjunto de la militancia.
Pese a los resquemores iniciales, Arrimadas anunció que ella no quería renunciar al refrendo de los afiliados, por lo que, al margen de que fragüe el triunvirato con el eurodiputado Jordi Cañas al frente –adelantado por La Vanguardia–, se acordó que las candidaturas se configurarán como ticket electoral, con un aspirante a la jefatura orgánica y otro a la política.
En la línea del PNV –pero también del Fianna Fáil irlandés, dicen en Ciudadanos–, el nuevo secretario general no podrá presentarse a las elecciones mientras ejerza el cargo y hasta un año después de abandonarlo.
Superado el trance de la ponencia estatutaria, aunque falta por ver cómo se articulan las dos patas del nuevo armazón, la dirección confía en recuperar la calma interna, sobre todo después de un proceso de refundación “constructivo” que no se puede echar a perder por “luchas de egos”.c