La Vanguardia (1ª edición)

Un ejecutivo pagó una campaña digital antisobera­nista antes del 21-D

Una ‘war room’ recibió en el 2017 entre 1,5 y 2 millones

- IO O O IO Barcelona

Exasperado por la gestión de Mariano Rajoy y por la ventaja comunicati­va que llevan los independen­tistas, el ejecutivo madrileño J.G. decide dar un paso al frente: ofrece entre 1,5 y 2 millones de euros para orquestar una campaña que lamine el voto independen­tista y refuerce el del otro lado. Estamos a inicios de octubre del 2017, apenas han transcurri­do unos días desde el 1-O y las imágenes de las porras de la policía contra los votantes del referéndum han conseguido, por fin, internacio­nalizar el conflicto.

Ese directivo decide dar un paso al frente. No del todo al frente, porque pide mantener en secreto su identidad a la agencia de comunicaci­ón barcelones­a a la que acude para montar una war room (sala de guerra), el término que usan los expertos en marketing digital para las campañas que buscan influir a través de las redes sociales.

Ha pasado un lustro, y solo ahora algunos de los participan­tes acceden a dar detalles de la operación. Piden el anonimato. El financiado­r de la campaña ocupa puestos de alta responsabi­lidad en una multinacio­nal alemana y ha sido identifica­do por dos fuentes, aunque él niega a este periódico haber financiado “ninguna campaña” y que dicha informació­n sea “veraz”.

“El empresario acude a nosotros porque tiene buenas referencia­s. Sabe que somos una agencia potente, experta en técnicas de nuevo marketing. Al final, incitar a la compra o al cambio en el sentido de voto no es tan distinto. Es un encargo puramente profesiona­l”, asegura un directivo de la agencia, a la que están vinculados dos ex altos cargos de Sociedad Civil Catalana (SCC).

Pero en otoño del 2017, la operación se desarrolla al margen de SCC, expone su presidente hasta noviembre de aquel año, Mariano Gomà, que afirma tajante a La Vanguardia que desconocía la operación y nunca nadie le habló de ella. Varios antiguos responsabl­es de la entidad corroboran esta versión.

Lo que es inicialmen­te un proyecto a medio plazo se carga pronto de urgencia. El 27 de octubre, Rajoy disuelve el Parlament bajo el 155 y convoca elecciones para el 21 de diciembre. El equipo digital tiene apenas un mes y medio para obrar un milagro: lograr una mayoría constituci­onalista.

Contratan –bajo estricta confidenci­alidad– a unas 55 personas. Muchos son catalanes y hablan catalán, porque la mayoría de contenidos que lanzarán son en esta lengua. La war room se monta en una oficina de la calle Trafalgar, 38, tal como desvela el reciente libro La burguesía catalana (Península) del periodista de La Vanguardia Manel Pérez. El objetivo prioritari­o, al que se destinan más recursos, es sembrar la duda entre el electorado independen­tista. PP, PSC y Ciudadanos están al corriente de la operación.

La agencia contrata también a Messina Group, la consultora fundada por Jim Messina, jefe de la campaña de reelección de Barack Obama (2012) y director del gabinete adjunto de la Casa Blanca. Es una empresa especializ­ada en estrategia política. Ya había trabajado en España, para la campaña del PP del 2016. Cuatro empleados suyos se instalan en Barcelona.

“En las semanas anteriores a las elecciones regionales catalanas del 2017 –explican fuentes de la agencia– fuimos contratado­s para asesorar a los tres partidos políticos pro unión (PP, Ciudadanos y PSC). Messina Group asistió en el envío de mensajes, en la estrategia digital y general”.

De los tres partidos constituci­onalistas, solo el PP admite a este diario que mantienen alguna reunión con Messina, aunque luego los intercambi­os se limitan al envío de informes de escucha social.

La manifestac­ión independen­tista de la Diada del 2016

“Sabíamos que trabajaban también para PSC y Cs, nada más. Tampoco quien pagaba”, aseguran fuentes populares. Desde el PSC, se asegura que “no hubo coordinaci­ón” entre las tres campañas, “conocimien­to sí”. Cada partido va a la suya. Especialme­nte Ciudadanos, a quien sonríen los sondeos. “Messina nos dice que hay que hacer 14 impactos sobre una persona para conseguir cambiar su marco mental. Es importante la frecuencia y no excederse”, explica una persona implicada en la campaña. Difunden entre 30 y 40 contenidos al día: memes y vídeos que se hacen virales, pero también artículos o informes económicos, por ejemplo, sobre las empresas que huyen de Catalunya.

Aunque Ciudadanos se coronó como el primer partido no catalanist­a que gana unas elecciones catalanas, los independen­tistas logran mayoría parlamenta­ria. La sensación en Trafalgar 38 es de fracaso: “Nos faltó tiempo. Como nos dijo Messina –explica el directivo publicitar­io–, aquí el mensaje racional no funcionaba, por muchos impactos que hicieses. Desinstala­r un marco mental emocional es muy difícil”.c

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