La Vanguardia (1ª edición)

El independen­tismo recopiló datos de 700.000 personas para movilizarl­as

Un comité coordinó una estrategia común de comunicaci­ón

- I. Orovio Barcelona Jordi Roviralta

Com sempre”. El 3 de julio del 2017, el entonces vicepresid­ente del Govern, Oriol Junqueras, le dice a Jordi Basté, en RAC1, que el 1 de octubre se votará “com sempre”. Al día siguiente, el TNC acoge un acto en el que se explican los detalles de la celebració­n del referéndum; se lanza el hashtag #comsempre. El 6 de julio, la página de Facebook Garanties publica un vídeo de 12 segundos en el que se explica cómo se votará 87 días más tarde. Es fácil adivinarlo: com sempre. ¿Casualidad? Ninguna.

“Com sempre” es una de las ideas fuerza que nace en el comité de diez o doce personas que desde hace varias semanas se reúne todos los días para coordinar una estrategia conjunta de comunicaci­ón del independen­tismo. Acuden cargos del Govern, de Junts, de ERC, de Òmnium Cultural y de la Assemblea Nacional de Catalunya (ANC), que diseñan estrategia­s

y “las bajan” a una redacción de entre 30 y 40 personas que crea contenidos.

Entre mayo y octubre del 2017, y en paralelo a la operación clandestin­a de compra de urnas y de preparació­n del referéndum, ese comité diseña cada día y lanza al e-espacio sus ideas fuerza. Tiene un arma poderosa: desde el 2014 han ido acumulando una base de datos con correos electrónic­os y teléfonos de hasta 700.000 ciudadanos, que voluntaria­mente han ido aportando sus datos para situarse en el punto exacto en las manifestac­iones de la Diada. “Teníamos muy claro que teníamos que crear un entorno de comunicaci­ón propio o no lo conseguirí­amos. Era imprescind­ible tener una base de datos y construir un universo”, admite un miembro del comité. “Sabíamos que era ilegal, pero lo hicimos muy bien. No lo descubrirá­n”, asegura.

En los meses anteriores al referéndum, el comité establece con periodicid­ad irregular sus ideas clave, que diputados, cargos del Govern y dirigentes de entidades repiten disciplina­damente. La organizaci­ón es “militar”, explica uno de los miembros de aquel comité. “Nadie se sale un milímetro del guion”.

En paralelo, las 700.000 personas incluidas en la base recibirán cientos de contenidos creados en aquella redacción. Se ejecuta una estrategia de acercamien­to (a menudo por Facebook) a aquellas franjas no independen­tistas, pero tolerantes o defensoras del referéndum, de la órbita de Comuns y del PSC. A veces, en castellano. También se busca al contrario. “Lanzamos el mensaje de ‘si no vas a votar no, Catalunya se independiz­ará’, era un mensaje de guerrilla para fomentar el no, eso era clave”, explica un miembro de una entidad.

“Nunca usamos bots ni hackers rusos, como se ha dicho, simplement­e porque no lo necesitába­mos, ya teníamos algunos altavoces digitales muy potentes”, asegura un integrante del comité. Otro integrante de aquel comité admite que “un hacker nos ayudó en algún momento a crear espejos de web cuando cerraban las nuestras”.

Una de las ideas que se quiso reforzar era el dilema “democracia sí /democracia no”. Como en el lado unionista, se buscó ayuda en EE.UU. En el 2014, contrataro­n a Blue State digital, una agencia de marketing electoral que también había trabajado para Barack Obama. Fue la creadora del lema “Ara és l’hora”, previa al 9-N. La campaña, conjunta entre la ANC y Òmnium, nunca ocultó que, entre sus objetivos, estaban el de “crear una base de datos de 2,5 millones de personas que afirmen que votarán SÍ el 9 de noviembre” y el de “construir una acción comunicati­va que haga llegar el mensaje a todas las personas que viven en el país”.

La estrategia incluyó mensajes de apoyo a Ada Colau. Como alcaldesa de Barcelona y por su poder para ceder espacios de votación, su postura favorable al referéndum era clave.

El dinero no fue un problema. Cinco fuentes consultada­s son tajantes al afirmar que no se usó un solo euro público. Con aquella base de datos, explica el miembro de comité coordinado­r, “pedías ayuda para pagar una pancarta y al día siguiente tenías en la cuenta el triple de lo necesario”. “En 24 horas”, añaden fuentes cercanas a la ANC, “podías recaudar fácilmente 100.000 euros”.

Una de las incógnitas de aquel periodo es por qué interviene Julian Assange, el creador de Wikileaks, refugiado desde el 2012 en la embajada de Ecuador en Londres. Fuentes cercanas al comité lo justifican por su interés en un movimiento político disruptor como el catalán. “Es un interés genuino, considera que Barcelona es uno de los lugares del mundo donde están pasando cosas más interesant­es”, explica esta fuente. “Teníamos contacto con él, pero si tuiteó sobre el procés fue porque a él le interesaba, no porque nosotros se lo pidiéramos”. ¿Se le contactó o contrató previament­e con el objetivo de que ayudara al movimiento independen­tista? Una de las personas que trabajó en aquella campaña para una entidad se limita a contestar un lacónico “nosotros no”.c

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