Alerta roja por la sequía
Las sequías en Catalunya son cíclicas, como atestigua la historia, y a partir de ahora se producirán más a menudo, a causa del cambio climático, como demuestra ya la grave escasez de lluvias registrada este año. vivimos la peor sequía desde el 2008. el nivel tan bajo al que han llegado los pantanos (33% de media) debe hacer reflexionar sobre el hecho de que las reservas de agua que se pueden acumular en las cuencas catalanas son insuficientes ante la repetición acelerada de episodios de sequía que pronostican los estudios científicos.
De momento, pese a que las dos plantas desalinizadoras que hay en Catalunya funcionan al máximo de su capacidad, las autoridades se han visto obligadas a declarar la primera fase de alerta por sequía en el sistema Ter-Llobregat, que es el que abastece a la mayor zona de población de Catalunya, concentrada en el área metropolitana y todo su entorno. Con ello se demuestra, de entrada, que se hace necesaria la construcción urgente de nuevas desalinizadoras. Lo realmente paradójico –y en cierta manera escandaloso– es que las dos nuevas desalinizadoras que ahora como mínimo harían falta ya se planificaron hace doce años, después de la gran sequía del 2008, pero los proyectos no se ejecutaron y nadie ha dado explicaciones. La triste realidad es que Catalunya arrastra un grave retraso en las obras hidráulicas que precisa para garantizar el suministro de agua a sus ciudadanos.
es urgente actualizar la planificación y ejecución de las inversiones necesarias en el ámbito del agua, tanto a corto como a medio y largo plazo, ante el escenario de menos precipitaciones que todos los modelos meteorológicos vaticinan. De entrada, si este invierno no llueve lo suficiente, podría ser obligado ampliar y extender las actuales restricciones del consumo a toda la población. en la situación actual, por tanto, lo más necesario es promover de inmediato campañas para que los ciudadanos, los agricultores y las empresas intensifiquen al máximo el ahorro en el consumo de agua. La solución más eficaz para contribuir a mantener el nivel de los embalses es consumir menos y, ahí, el margen de ahorro podría ser muy importante. Pero tiene que ser rápido antes de que sea demasiado tarde. Una nueva política y una nueva cultura del agua son imprescindibles.
en las políticas de ahorro del agua es clave, asimismo, el aumento de la eficiencia en las redes de distribución para evitar fugas. Lo que sucede en la conducción de agua del barrio deCanyet de badalona es un ejemplo de la enorme cantidad que puede llegar a perderse.
La gran esperanza, ahora, está puesta en las nuevas tecnologías para la reutilización de las aguas regeneradas. Si en las próximas semanas se agrava la situación, entraría ya en servicio el retorno de caudales de la estación regeneradora de aguas depuradas en el Prat. Pero eso no bastará. en el marco de los fondos next generation, en este sentido, se ha presentado un proyecto de inversión de 1.300 millones de euros para reutilizar el agua del área metropolitana para uso doméstico a través de incrementar el tratamiento en las depuradoras, devolver el agua a los ríos y luego volverla a usar. eso podría desvincular en gran parte el consumo de agua de las reservas de los pantanos y poner fin a la escasez por causa de la sequía. Dicho proyecto, que aún debe ser aprobado por la generalitat, podría entrar en funcionamiento en el 2025.
en Catalunya ya hay 514 municipios en alerta por la sequía, pertenecientes a 27 comarcas, y que representan 6,7 millones de habitantes, el 80% de la población. Las restricciones en la mayoría de los municipios, sin embargo, son mínimas. Pero si se agrava la situación por falta de lluvias, evidentemente, irán a más. nadie puede decir que no estuviéramos avisados. La falta de previsión de las autoridades catalanas ha sido flagrante en el ámbito del agua, y ahora, si no llueve, todos pagaremos las consecuencias.c
El retraso de los proyectos para asegurar el suministro de agua agrava la situación