Tras una década de sequía inversora
Las dos desalinizadoras planificadas en el 2010 se quedaron en el camino
La alerta por sequía ha obligado al Govern a implantar restricciones en la región central de Catalunya (Barcelona y Girona), aunque en la actual fase no hay limitaciones relevantes para los usos domésticos. Todo es fruto de dos años de escasas lluvias, que han desplomado el nivel de los embalses del Ter y el Llobregat (principal fuente de recursos hídricos en esta zona) hasta al 33% de su capacidad máxima. Sin embargo, a este precario panorama se llega tras un decenio de sequía inversora en las grandes obras de abastecimiento.
“Llevamos 12 años de retraso en inversión en obra hidráulica. Llegamos tarde”, explican expertos en gestión del agua. Algunas grandes infraestructuras planificadas en el 2010 para incrementar los recursos en esta región no se han materializado. El primer ciclo de planificación (2009-2015) preveía dos desalinizadoras más, aparte de la de El Prat: una segunda en Blanes (60 hm3) y otra en
Cunit (Foix, 60 hm3). Para la de Blanes, el programa de medidas preveía invertir 160 millones de euros, mientras que en Foix se hizo una estimación de 175 millones más 74 millones en obras de conexión. Asimismo, durante la etapa del gobierno tripartito, y para afrontar la sequía del 2007-2008, se planteó la interconexión del caudal del Segre con la red regional de abastecimiento (ATLL) conectándola en Abrera, aunque eso resultó un tabú.
Mientras tanto, las dos desalinizadoras programadas se han quedado en el camino. No se ejecutaron las obras y, además, en el segundo ciclo de planificación hidrológica (2016-2021) esas infraestructuras “desaparecieron”; todo quedó al albur de lo que se decidiera en el plan hidrológico estatal.
Este “olvido” coincidió con un período (2011-2007) en que la inversión de la Agència Catalana de l’Aigua (ACA) se desplomó, tras haber acumulado una deuda de 1.300 millones de euros (fruto de las cuantiosas inversiones hechas durante años para la depuración
de los ríos y su mantenimiento, así como para afrontar la sequía del 2008, con casi 600 millones). Cuando se creo la ACA en el 2000, ya acumulaba más de 500 millones de deuda.
Así, casi todos los ingresos que obtenía la ACA por el cobro del canon del agua se destinaron a saldar la deuda, de forma que prácticamente fueron los ciudadanos quienes la pagaron a través de recibo del agua. En Catalunya, se ha llevado al extremo el principio de que las obras hidráulicas las deben pagar los usuarios, mientras que en otros territorios las administraciones estatales suelen hacer mayores aportaciones de los presupuestos públicos.
Todo ello coincidió con la privatización de la empresa pública ATLL encargada de acometer buena parte de estas obras (decisión luego anulada por los jueces) debido a la necesidad de reducir el déficit de la Generalitat, y sin que las aportaciones del Estado (compensación de la cláusula adicional tercera del Estatut) fueran suficientes. La situación se ha aliviado una vez que el ACA ha recuperado su capacidad inversora.
Diversas intervenciones en un reciente debate en el Col·legi d’Enginyers de Camins echaron en falta inversiones en reutilización de las aguas regeneradas (para
Si la situación se agrava, el agua depurada en El Prat se bombeará hasta Sant Joan Despí para ser reutilizada
reaprovechar unos 120 hm3/ año que se vierten al mar desde el Besòs). Esta agua serviría, entre otros, para usos agrarios, industriales, recargar acuíferos subterráneos y, en suma, ganar recursos. Otras voces juzgaron que se deberían haber reutilizado ya en el riego del parque agrario del Baix Llobregat las aguas procedentes de la estación regeneradora de El Prat.
Ahora, el Govern, para afrontar las carencias, prevé (en su nueva planificación 2022-2027) acometer en breve la nueva desalinizadora de Blanes, pero la del Foix queda para fecha posterior al 2027. Asimismo, quiere construir 25 plantas regeneradoras para reutilizar aguas depuradas (y duplicar el actual volumen tratado: de 50 a 100 hm3). Igualmente, está previsto aumentar el aprovechamiento de las aguas subterráneas del Besòs ampliando la actual potabilizadora en la margen derecha y abrir más pozos.
Si en las próximas semanas se agrava la situación, entraría en servicio el retorno de caudales de la estación regeneradora de aguas depuradas en El Prat hasta Molins de Rei para potabilizarlas en Sant Joan Despí antes de distribuirlas a la red. Informes técnicos ya avalaron esta reutilización para uso de boca.c