La Vanguardia (1ª edición)

Cortes de agua: sortear el riesgo

“En casa está la llave del grifo” para frenar el descenso de reservas, dicen los expertos

- A. Cerrillo Barcelona

Cada gota cuenta. Esta es la filosofía de los gestores de la Agència Catalana de l’Aigua (ACA), que afrontan la sequía más grave de Catalunya desde el 2008. Sus portavoces se afanan en recordar que el ciudadano puede desempeñar un papel decisivo para ralentizar el ritmo del descenso de las reservas de agua, puesto que los usos domésticos monopoliza­n ahora el consumo, ya que las necesidade­s de riego agrícola en estas fechas son mínimas (casi concentrad­as solo en el delta del Llobregat). De media anual, el agua de riego supone una quinta parte de la que distribuye el ACA; el resto va para usos domésticos, comerciale­s e industrial­es.

“En casa tenemos la llave del grifo que nos permite que el nivel de los embalses baje menos”, dice Enrique Velasco, jefe del departamen­to de Gestión de los recursos hídricos del ACA. El consumo doméstico sigue el mismo ritmo que el descenso de los embalses, de los que se extrae casi un hectómetro cúbicos al día (mil millones de litros).

“Si se consumiera­n 100 litros por persona y día, eso significar­ía que reduciríam­os el agua disponible en 0,6 hm3 al día (600 millones de litros al día). Y si redujéramo­s el consumo doméstico un 20%, los embalses bajarían un 20% menos”, destaca Velasco.

La Generalita­t cree posible que la región de Barcelona consuma 100 litros por persona y día (el nivel de gasto doméstico de Barcelona

y los municipios cercanos con núcleos más densos del área metropolit­ana) e, incluso, bastante menos, sobre todo si se reducen los consumos más superfluos o innecesari­os.

“Quienes sí saben lo que significa la sequía son esos ciudadanos de municipios que se abastecen yendo a buscar el agua a camiones cisterna, y donde no se piensa en calentar el agua para ducharse”, dice Velasco.

Un gasto de 100 litros por persona y día supone un consumo de 3 metros cúbicos al mes (3.000 litros), o 36 metros cúbicos al año. Eso equivale a una habitación de seis metros de largo por dos de ancho y una altura de tres metros. Esa es la imagen del consumo mínimo actual de agua para un año.

Una vez que los embalses han bajado del listón de 210 hm3 que marca la alerta, la situación más dramática sería que el umbral se situara por debajo de 100 hm3, lo que comportarí­a cortes de agua de uso doméstico.

“La hipótesis más dramática,

Consumir 100 litros al día es como tener un depósito de 6 m de largo por 2 m de ancho y 3 m de altura

pero no realista, es que no llegara nada de agua a los embalses, lo que supondría reducir la disponibil­idad de agua embalsada a 1 hm3 cada día (mil millones de litros al día), con lo que nos quedan 110 hm3 para llegar a la emergencia; en ese caso entraríamo­s en esa fase en unos cuatro meses. No es una hipótesis realista, pues siempre va llegando agua a los embalses”, dice Velasco. No obstante, preocupa que las escasas lluvias no han frenado el descenso del nivel de agua en los embalses con un otoño ya muy avanzado.

Las redes sociales muestran imágenes impactante­s sobre embalses bajo mínimos. “Con un temporal como el que tuvimos con el Gloria, los embalses se pueden llenar. Nuestro clima mediterrán­eo es así. Los embalses, si hay aguaceros, se pueden llenar en días”, añade.

En Catalunya ya hay 514 municipios en alerta por la sequía,pertenecie­ntes a 27 comarcas, y que representa­n una población de 6,7 millones de habitantes (el 80% de la población catalana). En la actual fase, la alerta por sequía comporta la prohibició­n de llenar fuentes ornamental­es y piscinas (a no ser que en ellas recircule el agua, y limitacion­es en el riego de jardines y limpieza de coches , entre otros usos.c

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain