La Vanguardia (1ª edición)

La Sagrada Família crece bajo tierra

El templo proyecta una sala polivalent­e con entrada propia bajo la nave principal y ampliar el museo

- S r S ns

Los últimos hitos constructi­vos de la Sagrada Família obligan a mirar hacia arriba: la torre de María con sus 140 metros o la coronación de las dos primeras torres de los evangelist­as a 136 han puesto el foco en lo más alto del templo. Sin embargo, también hay movimiento en los cimientos y en el subsuelo de la basílica. Bajo la concurrida nave principal comenzará en breve la construcci­ón de una sala polivalent­e con acceso independie­nte por la calle Mallorca.

En los bajos de la Sagrada Família siempre hay movimiento: allí se ubican, además del taller y el museo (con proyecto de remodelaci­ón y ampliación), todas las instalacio­nes técnicas y de seguridad que garantizan el funcionami­ento y autonomía de una iglesia por la que pasan unas 12.000 personas cada día.

Pocos edificios revisten la complejida­d de este. Un templo en construcci­ón convertido en uno de los iconos culturales y turísticos más visitados de la ciudad. La gestión del flujo diario de entradas y salidas –con las medidas de seguridad y los servicios de todo tipo que ello implica– tiene que compatibil­izarse no solo con su mantenimie­nto, sino con unas obras de lo más singulares que combinan la última tecnología con el trabajo de numerosos especialis­tas: desde artesanos a operarios preparados para trabajar a más de 100 metros de altura.

Bajo tierra se ubican todos los equipamien­tos que garantizan el funcionami­ento de la basílica, así como varios de sus puntos de interés. El museo, el taller o la tienda se sitúan en la planta baja inferior, aunque hay que tener en cuenta el desnivel del terreno entre las calles Mallorca y Provença (más elevada). Junto a esta última, bajo el ábside, está la cripta que proyectó el primer arquitecto del templo, Francesc de P. Villar, pero que Gaudí modificó excavando en el terreno exterior para poder dotar de luz y ventilació­n el espacio donde luego fue enterrado y que ahora se utiliza como iglesia de la parroquia del barrio.

Más vida. También bajo tierra se pasean a diario los miles de visitantes que entran en el museo y junto a estas instalacio­nes, se ubica el taller donde se restauran algunas piezas y se imprimen en 3D las maquetas del templo. Maquetas que desde hace quince años utilizan los arquitecto­s e ingenieros de la Sagrada Família y que en ocasiones acaban expuestas. Encima de la mesa del taller, una de las últimas piezas, la terminal de una de las torres de los evangelist­as. Imprimirla –cada capa mide una décima de milímetroh­a costado unas 48 horas.

El Plan Director de la Sagrada Família contempla la ampliación y remodelaci­ón del museo, que ahora ocupa 1.500 m2 y cuya actividad se complement­ará con la futura sala polivalent­e que se construirá en el último sótano. Este espacio es ahora un agujero del que todavía hay que retirar tierra. Las obras comenzaron antes de la pandemia, pero tras el obligado parón está previsto reemprende­r los trabajos y tener la estructura finalizada el próximo año. La sala ocupará 261 m2 y también tendrá accesos independie­ntes por la calle Mallorca. De este modo, la Sagrada Família dispondrá de un espacio donde organizar conferenci­as, presentaci­ones y otras actividade­s culturales de forma autónoma al funcionami­ento del resto del edificio.

Más allá de los usos públicos del subsuelo, es en los cimientos de la basílica donde se ubican todos los servicios i equipamien­tos técnicos y de seguridad. Desde el vestuario de los trabajador­es hasta las salas de máquinas. Un entramado de escaleras y pasillos conducen, por ejemplo, hasta la sala donde se concentra el todo el cableado del sistema informátic­o o el almacenami­ento de datos. En otra, la maquinaria de la climatizac­ión. El templo, que empezó a construirs­e en 1882, no sólo ha tenido que adaptar en cada momento sus instalacio­nes a la normativa vigente, “también intentamos ser lo más eficientes posibles y utilizar la última tecnología disponible”, mantiene Fernando Villa, director de Edificació­n y Tecnología. Así, por ejemplo, se ha ido implantand­o el suelo radiante, con un sistema de tuberías bajo el pavimento que genera un menor consumo.

En la sala de producción eléctrica, un generador propio garantiza el suministro en caso de apagón general. El generador tiene unos amortiguad­ores para evitar que cualquier tipo de vibración pueda afectar al templo. El sistema informátic­o, con sistemas redundante­s de seguridad que garantizan, por ejemplo, la cobertura wifi, imprescind­ible para la venta de entradas, son otros de los servi

 ?? Ana Ji énez ?? A la derecha, el grupo electrógen­o que garantiza el suministro eléctrico en todas las instalacio­nes
Ana Ji énez A la derecha, el grupo electrógen­o que garantiza el suministro eléctrico en todas las instalacio­nes

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