Hartos de tanta tinta en el cuerpo
Zoë Kravitz, la última en sumarse a la tendencia de borrarse los tatuajes
Kravitz ha perdido la cuenta del número de tatuajes que lleva en el cuerpo. Se rumorea que unos 56. La actriz, de 33 años, acaba de confesar en una entrevista en GQ que se está borrando algunos de los dibujos que se hizo en su juventud, como una estrella en el dedo que se tatuó a los 18 años. “Ha llegado un punto en el que creo que no necesito esto en mi cuerpo”, sostiene. La protagonista de Big Little Lies asegura que con la madurez está cuestionando muchas de las decisiones que tomó de joven.
La ristra de famosos que se han ido borrando sus tatuajes es cada vez más larga. Archiconocido era el corazón con el nombre de Antonio que decoró el brazo de Melanie Griffith durante su matrimonio con Banderas y del que ya no queda ni rastro. Lo mismo le ha pasado a otra gran fan de los tatuajes que con los años ha ido renegando de ellos: Victoria Beckham. La ex Spice girl ha ido eliminando todos los dibujos que adornaban su piel. “Me hice estos tatuajes hace mucho tiempo y simplemente no eran particularmente delicados”, se ha justificado.
Su amiga, la actriz Eva Longoria, también se hizo borrar algunas decoraciones de su anatomía. La protagonista de Mujeres desesperadas, ahora felizmente casada con Pepe Bastón, lo estuvo antes con la estrella del baloncesto, Tony Parker. Durante los tres años que duró su matrimonio, Eva se hizo seis tatuajes como muestra de su amor por el baloncestista, entre ellos, la fecha de su boda en la muñeca, un nueve (el número de su enamorado en la NBA) en la parte posterior del cuello, las iniciales de Parker en un área más oculta y un anillo de bodas que hizo coincidir con el de él. Cuando se acabó el amor, la artista no quiso tampoco dejar rastro de su ex en su cuerpo. Así que inició el proceso de eliminación de tanta tinta. “Esta es una historia para todos los niños peZoë queños. ¡Duele hacerse un tatuaje, pero es 10 veces peor quitárselo!”, explicó en sus redes sociales.
La actriz Jessica Alba contaba en una entrevista en el 2019 que tenía dos tatuajes que desearía no haberse hecho nunca. En su opinión, la edad tenía mucho que ver con su arrepentimiento. En la adolescencia, la actriz, que ahora tiene 41 años, se tatuó un lazo en la parte baja de la espalda y unas flores en la nuca. “Me los hice cuando tenía
como 17 años, y me molesta haberlo hecho, me hice el láser muchas veces y no se van”. A pesar de esta mala experiencia, Jessica ha seguido sumando nuevos tatuajes a su piel, como las constelaciones de los signos del zodíaco de cada uno de sus hijos. “Quería pensar en algo que fuera significativo cuando pasara el tiempo, en este caso, los hijos son para siempre’. Lo mismo debió pensar Angelina Jolie, que cubrió el nombre de su exmarido, Billy Bob Thornton, con las coordenadas geográficas de los lugares en los que nacieron sus hijos.
Muchos han sido lo que cayeron
“¡Duele hacerse un tatuaje, pero es diez veces peor quitárselo!”, gritó Eva Longoria tras eliminar unos cuantos
en la tentación de escribirse con tinta los nombres de amores que creían para siempre y que luego no fue así. Marc Anthony hizo desaparecer el nombre de Jennifer López que llevaba en la muñeca. En el grupo de los arrepentidos también está Ariana Grande y los trazos que dedicó a su ex Pete Davidson, Heidi Klum que se borró el nombre de Seal en honor al que era su marido y Justin Bieber, que tuvo que disimular –aclarando unos tonos– un ángel con la cara de su ex, Selena Gómez.
El caso de Johnny Depp también es más que recordado. Loco de amor se tatuó en el brazo “Winona Forever” (Winona para siempre), en honor a la que fue su novia de juventud, la también actriz Winona Ryder. Cuando rompieron se borró dos letras y quedó “Wino forever” (borracho para siempre). El actor, que tiene el cuerpo plagado de tinta, ha rectificado más tatuajes como el que tenía en los nudillos con el apodo de Amber Heard, “Slim” (delgada), pero que después de su escandaloso divorcio lo transformó en “Scum” (escoria). El actor tomó otra drástica decisión, en lugar de borrar la silueta del cuerpo de Heard que tenía en el antebrazo optó por cubrirla completamente con un rectángulo negro.
Sin duda, el motivo que llevó a Colin Farrell a borrarse sus tattoos es el más práctico de todos. “Estaba harto de pasar horas en los sets de rodaje tapando mis tatuajes con maquillaje. Sólo eso me robaba 45 minutos de sueño todos los días”.c