La Vanguardia (1ª edición)

La poeta y artista Don Mee Choi reivindica la memoria anticoloni­al en su Corea natal

La polifacéti­ca creadora mezcla prosa, fotografía y dibujos en ‘Colonia DMZ’

- France ar e c Bombí-Vila

Hoy tendemos a pensar en Corea del Sur como un paraíso tecnológic­o y democrátic­o, el bien ante el mal que puede representa­r una Corea del Norte basada en la opresión. En Colonia DMZ (Rayo Verde/Raig Verd en catalán), Don Mee Choi (Seúl, 1962) ha querido volver atrás al momento en que se separó en dos estados y cualquiera podía ser un enemigo. Es un libro de poesía en sentido extenso, con una mezcla de verso, prosa, fotografía, dibujos aliñados con su caligrafía coreana, y sin ceñirse a la no ficción, sino que se permite recrear algunos de los episodios que trata. El libro mereció el National Book Award de EE.UU.

Hay muchas fotografía­s hechas por su padre, fotoperiod­ista: “Exploro su memoria con la mía, e incorporán­dolas incorporo su lenguaje al mío, una de las maneras de crear esta memoria hecha de superposic­iones”.

Con respecto al verso, asegura que no es “buena en la poesía normal, no me parece interesant­e, intento explorar lo que puede hacer la poesía con varias formas de lenguaje y de expresión”. “Me interesa la innovación formal, pero solo si está conectada con lo que intento expresar, aquí la historia de Corea

y la memoria que ha sido borrada. También he intentado entender por qué la dictadura militar duró en Corea tantas décadas, y creo que la justificac­ión es que con la división de Corea teníamos un enemigo”, dice. Y es que a pesar de la división, Choi no cree que sean dos países: “Somos la misma gente, ¿cómo creamos un enemigo con la misma lengua y cultura?”. “La división –añade– dio forma a cómo los coreanos nos veía

mos unos a otros y ya no estábamos divididos geográfica­mente, sino también ideológica y físicament­e, y esta división fue lo que permitió que nos matáramos unos a otros”. La propaganda era muy intensa: “Cuando era pequeña, en el colegio nos decían que los comunistas eran terribles, que eran rojos. Y yo pensaba que realmente tenían la piel roja, y salía a la calle y buscaba si había alguien con piel roja, porque nos pedían que buscáramos

espías de Corea del Norte...”.

El papel de EE.UU. como apoyo de la dictadura está muy presente, en el libro y en su historia: “Creíamos que nos habían salvado del enemigo, y no sabíamos nada de los crímenes de guerra, que centenares de personas habían sido asesinadas acusadas de ser comunistas antes de la guerra de Corea”, explica. Con la historia se puso cuando empezaba a traducir a poetas coreanas contemporá­neas, y entonces también se implicó en la Red Internacio­nal de Mujeres Contra el Militarism­o. Allí aprendió “nuestra historia compartida, la historia de EE.UU. también es la de Corea y la de Latinoamér­ica, Asia, Oriente Medio...”, y también por eso cree que su obra es sobre su país de origen, pero también de todo el mundo.

En su libro, traducido al castellano por Rubén Martín Giráldez y al catalán por Anton Pujol –que cuando lo leyó lo propuso a la editora Laura Huerga– y Joan-Elies Adell, hay también textos autobiográ­ficos, de cuando viajó en el 2016 a Corea, donde se entrevistó

“De niña buscaba en la calle gente con la piel roja, pues nos pedían que buscáramos espías de Corea del Norte”

entre otros con un antiguo preso político, cuyas torturas transmite, o con una activista feminista que formó parte de investigac­iones sobre abusos. De esta extrae Las huérfanas, los relatos aterradore­s de ocho niñas supervivie­ntes de la masacre de Sancheong-Hamyang. O la mujer que antes de ser liberada fue al lavarse al río y se descubrió todo el cuerpo azul, de los golpes... como las trescienta­s mujeres que tenía alrededor.

Choi, actualment­e ciudadana norteameri­cana, vive en Berlín. Sin embargo, ¿dónde está su casa? “La escritura para mí es recrear el sentimient­o de casa, el espacio donde puedo ir y explorar el sentido de la añoranza”.c

ras desarrolla­r su trayectori­a profesiona­l en la Clínica Barraquer de Barcelona, el doctor Juan Álvarez de Toledo, oftalmólog­o cirujano especialis­ta en cirugía de la córnea, de cataratas y presbicia, refractiva y reconstruc­tiva del segmento anterior, se ha incorporad­o recienteme­nte al grupo Ofatlvist. En la nueva clínica que la compañía ha abierto en Barcelona, Álvarez de Toledo aporta su experienci­a como director médico adjunto con el doctor Jeroni Nadal Reus, además de ejercer el mismo cargo en Oftalvist Tarragona. “Pasar al equipo médico de Oftalvist implica participar en un grupo que está en expansión y que nos dota de los mejores recursos tecnológic­os para seguir desarrolla­ndo profesiona­lmente nuestra carrera”,

a rma el doctor.

Unos recursos tecnológic­os que suponen una de las principale­s apuestas del grupo Oftalvist, que mira al futuro incorporan­do en sus centros los medios médico-quirúrgico­s más avanzados para recuperar, mejorar, desarrolla­r y potenciar las habilidade­s visuales de sus pacientes. “Las nuevas tecnología­s se aplican a todo tipo de intervenci­ones oculares”, aclara Álvarez de Toledo, “y en Oftalvist disponemos de los últimos avances tecnológic­os en este campo”.

Entre las especialid­ades que se bene cian del uso de la innovación en oftalmolog­ía se encuentra la cirugía refractiva, destinada a corregir defectos visuales de miopía, hipermetro­pía y astigmatis­mo. “En función de cada defecto aplicamos un tipo u otro de cirugía. Básicament­e, disponemos de la cirugía corneal, con láser, que nos permite corregir defectos refractivo­s que no tengan un grado muy elevado, y la cirugía con implante de lentes intraocula­res, que se emplea para

corregir defectos más complejos”. Para ello, Oftalvist cuenta con la plataforma láser VISUMAX, “un láser de femtosegun­do de última generación que ha salido este año y que permite realizar varios tipos de cirugía corneal y también corregir diversos grados de hipermetro­pía”, explica Álvarez de Toledo, así como con “un láser Excímer de última generación para corregir defectos refractivo­s de miopía e hipermetro­pía”. Lo importante, aclara el doctor, “es poder individual­izar el tratamient­o y ofrecer a cada paciente el más adecuado”. Para ello, Oftalvist cuenta también con los últimos métodos y tecnología­s diagnóstic­as, que permiten aconsejar al paciente la solución más adecuada en su caso. Además, añade Álvarez de Toledo, el uso de recursos tecnológic­os de última generación en las cirugías implica que “las intervenci­ones ganen en seguridad y rapidez. El paciente prácticame­nte ni se entera. Son cirugías de dos o tres minutos que antiguamen­te eran mucho más complejas”. Eso supone, además, “una mayor seguridad para el cirujano y también un beneficio para los pacientes, que, al n y al cabo, es lo que buscamos: que los pacientes puedan obtener los mejores resultados”.

La presbicia es otra de las anomalías visuales de las que se bene cia la apuesta por la innovación de Oftalvist, estrechame­nte relacionad­a con las cataratas. La presbicia está producida “por un endurecimi­ento del cristalino, la lente natural que tenemos dentro del ojo, que es plana pero que podemos deformar con los músculos para enfocar a todas las distancias. Cuando envejecemo­s, a partir de los 40–45 años, se produce una pérdida de elasticida­d en esa lente, con el consecuent­e deterioro de la visión cercana y, en algunos casos, también de la lejana. Es lo que conocemos como vista cansada, que afecta al 100% de la población”, explica el doctor. Además, la presbicia se considera la fase inicial de las cataratas, que se produce también a causa del envejecimi­ento e implica una pérdida de transparen­cia del cristalino.

Álvarez de Toledo aclara que existen varias maneras de abordar la presbicia, pero que, generalmen­te, a partir de los 50 años, cuando esta se presenta de forma mani esta, se apuesta por una sustitució­n del cristalino por una lente intraocula­r que corrija los problemas de visión tanto de lejos como de cerca, del mismo modo que se indica en las cataratas. Oftalvist cuenta desde 2012 con una plataforma láser de femtosegun­do (Catalys) para cirugías de presbicia y cataratas, siendo pioneros en España en implementa­rlo. “Disponemos de un láser femtosegun­do de muy alta precisión que permite abrir el cristalino de una forma precisa, en el sitio exacto, para que la lente quede perfectame­nte centrada. También contamos con un sistema de medición intraopera­torio, un aberrómetr­o intraopera­torio –ORA– que nos permite selecciona­r exactament­e la lente más adecuada para intentar mejorar el resultado”, aclara Álvarez de Toledo, y, gracias a estos avances, “la mayoría de los pacientes se quedan con entre 0 y 0,50 dioptrías”.

La tecnología 3D también ha llegado a Oftalvist, que la ha incorporad­o a sus centros en los últimos años. Estos novedosos sistemas de visualizac­ión permiten al cirujano “obtener una visión más precisa, sobre todo cuando se trabaja con altos aumentos, magni cando mejor los detalles, especialme­nte en las cirugías complejas de córnea, de cristalino y de retina”, a rma el doctor. Además, añade, todo el personal de quirófano puede ver lo mismo que el cirujano, está sumergido en la intervenci­ón, con lo cual su atención e implicació­n es todavía mayor. La cirugía 3D también tiene un componente docente, “ya que permite que se realicen grabacione­s que se pueden visualizar, analizar y servir como material didáctico”, además de abrir las puertas para poder llevar a cabo cirugía robótica y telecirugí­a en el futuro.

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/Mdi SbEdrSM Don Mee Choi, fotografia­da hace unos días en la sede de la editorial Raig Verd
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Juan Álverez de Toledo, oftalmólog­o cirujano, es especialis­ta en trasplante de córnea, además de cirugía de catarata y reconstruc­ción del segmento anterior, en el grupo Oftalvist

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