Adiós y tan felices
Qatar vive con indiferencia la eliminación de su selección a las primeras de cambio y presume de la buena organización en el Mundial
La medianoche ya es solo un mero recuerdo en Doha cuando un grupo de ciudadanos qataríes, ataviados con sus correspondientes thaubs y ghutras, conversan animadamente de camino a la estación de metro de Msheireb, en el centro de la capital. Pocas horas antes, Qatar se había confirmado como la peor anfitriona de la historia de los Mundiales tras caer ante Senegal en el estadio Al Thumama y convertirse en la primera selección eliminada del torneo. Pero los rostros de los protagonistas denotan de todo menos tristeza. Miran el móvil. Sonríen. Pero no llora Doha. No como Buenos Aires después de la derrota de Argentina. O como Río de Janeiro cuando a Brasil se le tuerce el camino. Ni mucho menos. En Qatar la vida sigue y el fútbol es lo que menos importa.
Al día siguiente (ayer), la eliminación de la anfitriona es prácticamente indetectable por las calles de Doha. En un hipermercado del centro los periódicos anidan en una esquina sin que los ciudadanos les presten demasiada atención. A su lado, un mostrador repleto de artículos de merchandising del Mundial rebosa. Nadie repara en él. Las camisetas de Qatar están, además, en el estante más bajo. Casi no se ven. Da igual. El fútbol es secundario. El éxito de organización es de lo que se puede presumir y, de momento, es todo un éxito.
Los ecos de la eliminación de Qatar no son objeto de demasiado debate en la prensa local, confirmando esa sensación de indiferencia que existe en el emirato ante tan devastadora noticia, deportivamente hablando, claro.
En el Gulf Times, rotativo editado en Doha, la foto deportiva de portada es para el triunfo de Irán. En el texto sí se informa del adiós de la selección local pero sin quemar demasiado las naves. Más bien todo lo contrario, se utiliza un tono que suena casi añejo en la
prensa occidental. “Qatar perdió contra Senegal y quedó eliminada del Mundial. Necesitaba puntuar ante Senegal y no pudo hacerlo a pesar de plantar cara en la segunda parte”, rebajan. La primera página de la sección de deportes sí es para la selección, con foto para Muntari, el primer goleador qatarí en un Mundial. El titular aquí tiene un ápice más de crítica: “Qatar pierde con Senegal y queda eliminada a las primeras de cambio”. El subtítulo, en cambio, es mucho más benévolo: “Se ha jugado mejor que contra Ecuador”. Este poco espíritu crítico se entiende mejor cuando uno bucea en las entrañas del periódico y descubre
En las calles de Doha el adiós de su equipo es indetectable y los diarios locales apenas destacan la noticia
quién es el editor: Tamim bin Hamad Al-Thani, el emir de Qatar.
Otro rotativo importante en Doha es The Peninsula, que en su portada destaca como los aficionados internacionales han “abrazado” la cultura local portando ghutras con banderas de sus países, quedando la eliminación de la selección en un pequeño titular escondido. Eso sí, la primera página de deportes informa del adiós de Qatar del Mundial, pero también sin demasiado espíritu crítico. ¿Su editor? Khalid bin Thani Al-Thani, otro de la familia. En Qatar todo queda en casa. Han dicho adiós al Mundial y siguen todos tan felices.c
u portón frontal abatible completamente transparente que se abre en vertical nos podría recordar a una suerte de nave espacial. También su forma, redondeada por delante, compacta por detrás. Pero esto no es, ni de lejos, lo más futurista de The e-Miles, un cuadriciclo (pesado) 100% eléctrico, cuyos componentes, interiores y exteriores, se han fabricado, atención, con impresoras 3D.
Lo segundo que impacta: “Su carrocería puede expandirse y pasar de 2,5 metros de longitud con dos plazas a 2,9 metros con cuatro asientos (o dos asientos + dos espacios de carga). Por estas reducidas dimensiones, puede estacionarse en perpendicular a la acera. Y lo tercero: no lleva volante ni pedales, sino que se conduce con un joystick como el de los aviones”, explica Mike Hastewell, socio fundador de The Malena Engineering, ingeniería que ha concebido el concepto de The e-Miles, y The e-Miles Company, creada con el nacimiento de este cuadriciclo para dar cabida a futuros socios, tanto proveedores como inversores.
Por fuera, el acceso frontal permite entrar a la cabina caminando y también con una silla de ruedas. Llama la atención que no hay limpiaparabrisas: el cristal delantero repele el agua, el barro, cualquier tipo de suciedad. Por dentro, reina tal minimalismo que ni siquiera hay guantera. Solo una amplia pantalla central de 23 pulgadas que sirve como centro de control del entorno en el que nos estamos moviendo y que está conectada a nuestro smartphone, por ejemplo, para ver las indicaciones de la app Google Maps o el estado del trá co.
Tampoco encontramos retrovisores: se han sustituido por cámaras que muestran la imagen captada de nuestro entorno en esa gran pantalla. El hecho de poderse conducir sin volante, solo gracias a un joystick central, permite manejarlo tanto desde el asiento de la izquierda como el de la derecha, si, por ejemplo, se es zurdo (por
n un coche pensado para nosotros) o se conduce en otro país. Además, para subirse en él solo es necesario haber cumplido los 16 años (gracias al nuevo carné de conducir B1). Por su condición de cuadriciclo, tendrá una velocidad máxima de 90 km/h y la autonomía podría estar en torno a los 70 km.
De forma similar a otros vehículos ya existentes, este cuadriciclo sin emisiones está pensado para hacer sostenible y práctica la movilidad urbana, ya sea personal, compartida o de la última milla, de acuerdo con los requerimientos de la Agenda 2030, diecisiete Objetivos con 169 metas relacionadas entre sí que abarcan las esferas económica, social y ambiental.
Precisamente, en la última Cumbre del Clima (COP27), celebrada este mismo mes de noviembre, se hizo público un estudio publicado en la revista Nature Climate Change que dice que los actuales compromisos climáticos de los países son insu cientes para mantener el objetivo del Acuerdo de París y que, de no frenarse las emisiones, el mundo superará el límite deseable de 1,5 ºC en las próximas décadas. La movilidad por carretera representa en España casi el 95% de las emisiones, según datos del Ministerio para la Transición Ecológica.
De ahí la importancia de implementar una alternativa a los vehículos de combustión. Además de las cero emisiones conduciendo este eléctrico, el proceso de fabricación con impresoras 3D también las reduce. Por un lado, con este tipo de impresión se reduce el desperdicio, porque, a diferencia de la fabricación sustractiva, la impresión 3D usa solo el material
que necesita al imprimir capa por capa.
Además, tiene la capacidad de reutilizar residuos plásticos, convertirlos en lamentos de impresión y crear nuevos productos.
Por último, gracias a las tecnologías 3D los fabricantes pueden producir directamente en la empresa, lo que reduce problemas de logística y desplazamientos. En The e-Miles, tan solo los neumáticos, los asientos y los minimotores eléctricos, alojados en las ruedas, están fabricados, de momento, siguiendo los procesos tradicionales.
Decíamos que una de las características más disruptivas de The e-Miles era que había salido de una máquina de impresión 3D (el 90% de sus componentes). Esta maravillosa rareza ha sido posible gracias a que un día sus creadores decidieron instalarse en DFactory, el nuevo hub industrial y tecnológico del Consorci de la Zona Franca de Barcelona, y encontraron
el asesoramiento en 3D de Leitat y las máquinas de impresión de Windforce, otras dos empresas que se habían ubicado en ese espacio pionero en Europa.
“La idea es que aquí no solo se conozcan empresas que no se conocían, sino que trabajen en proyectos conjuntos relacionados con la inteligencia artificial, la robótica o la impresión 3D”, explica Pere Navarro, delegado del Estado en el Consorci. “Con estas sinergias, queremos cambiar el tejido industrial español, respaldar a las empresas durante su proceso de digitalización y convertir Barcelona en el centro de la innovación 4.0 en el sur de Europa.”
El proyecto DFactory se compone de una nave de 17.000 metros cuadrados ya construida que espera generar unos 1.500 empleos directos, y una segunda planta de 72.500 metros cuadrados en la que se prevé que se creen unos 5.000.
Ubicado estratégicamente a diez minutos del aeropuerto y a cinco del puerto, el primer edi
cio construido se ha diseñado emulando el estilo industrial de las antiguas fábricas, con acabados de cristal, combinado con un espacio interior diáfano y las últimas tecnologías en sistemas de construcción sostenibles.
A mediados del año que viene ya vamos a poder ver a The e-Miles circulando por nuestras calles. ¿De qué manera? Una de sus aplicaciones inminentes va a estar en la última milla. INTER IKEA está interesada en probar el concepto de e-movilidad The e-Miles como parte de su proyecto Future of Urban Mobility. Esto ofrecerá a los clientes de IKEA una forma nueva y más sostenible de llevar sus productos a casa, creando una mejor vida cotidiana. Como matiza Hastewell, “la mitad delantera del vehículo la ocuparán conductor y pasajero y la otra, los paquetes”.
Sí que deberemos esperar un poco más a que exista una regulación al respecto para ver “la autonomía total de The e-Miles, que con solo una orden de voz nos conducirá a nuestro destino de forma inteligente, de acuerdo con la semaforización de la ciudad”. Pero para los particulares que quieran subirse a este cuadriciclo el siguiente paso será la fabricación de The e-Miles versión utilitario para uso compartido o para su venta. El precio oscilará entre los 14.000 y los 17.000 euros.