China dice basta de covid cero
“Abajo el Partido Comunista, abajo Xi Jinping”, inusuales gritos en Shanghai
Las protestas en China contra las medidas impuestas para frenar la propagación del coronavirus se extienden rápidamente por todo su territorio. Durante el pasado fin de semana, numerosos residentes de grandes ciudades como Pekín, Nanjing, Guangzhou o Chengdú tomaron las calles para mostrar su hartazgo y pedir el fin de las restricciones al grito de “¡Queremos libertad!” o “¡Abrid China!”. En Shanghai, capital económica del país, incluso se escucharon duras soflamas contra el Partido Comunista y su líder, Xi Jinping, una muestra de descontento muy inusual en un país donde las muestras de disenso públicas suelen pagarse caro.
El detonante de estas movilizaciones fue el incendio en un bloque de viviendas que el jueves por la noche dejó diez muertos y nueve heridos en Urumqi, capital de la región de Xinjiang. Muchos consideran que las víctimas podrían haberse salvado de no
ser por las medidas anticovid, que mantenían la zona semiconfinada y dificultaron la actuación de los bomberos. El suceso provocó de inmediato las protestas callejeras de sus vecinos y una ola de críticas online contra los protocolos pandémicos que pronto se extendió por el país.
Urumqi es también el nombre de la calle donde cientos de residentes de Shanghai se congregaron en la noche del sábado para celebrar una vigilia en recuerdo de los fallecidos en ese incendio. En los vídeos captados durante la concentración, de carácter pacífico, se observa a los congregados con folios blancos en la mano, símbolo de rechazo a la censura que opera sin descanso, cantando “Los que os negáis a ser escla
vos, alzaos” (una estrofa del himno nacional chino) o gritando consignas como “¡Queremos libertad!” o “¡No queremos hacernos pruebas PCR!”. En un momento de la noche, un grupo de personas llegó a gritar “Abajo el Partido Comunista, abajo Xi Jinping”, una inusual muestra de descontento hacia la formación que gobierna el país desde hace siete décadas y su actual líder, el más poderoso desde los tiempos de Mao Zedong. Casi al amanecer, la policía acabó dividiendo la manifestación y deteniendo a algunos jóvenes.
El domingo, numerosos residentes de Shanghai, muchos de ellos jóvenes veinteañeros, acudieron al mismo lugar donde tuvo lugar la concentración previa, donde les aguardaba una nutrida presencia policial. Varios de ellos intentaron depositar flores en el suelo como homenaje a los fallecidos sin que los agentes se lo permitieran. Según algunas imágenes compartidas en directo, también se registraron llamamientos para exigir la liberación de los detenidos. Ya de noche, cientos de personas se reunieron
cerca de un cordón policial en la zona, momento en el que se registraron varios encontronazos entre manifestantes y agentes, y alguna detención. “Estoy aquí porque amo a mi país, pero no a mi Gobierno. Quiero poder salir a la calle libremente, pero no puedo. Nuestra política contra la covid es un juego y no se basa en la ciencia ni en la realidad”, se quejó uno de los allí presentes.
Las protestas también llegaron a Pekín. En la prestigiosa Universidad Tsinghua, una de las más importantes del país y alma mater de Xi Jinping y otras destacadas figuras históricas, un grupo de estudiantes coreó consignas a favor de la libertad de expresión, la democracia o el Estado de derecho.
Ya de noche, un centenar de personas se congregó en los márgenes del río Liangma, con folios blancos en la mano para gritar consignas como “no más confinamientos” o “no queremos PCR, queremos libertad”. La zona, cercana al distrito financiero y a las sedes de la mayor parte de las embajadas, fue inmediatamente acordonada por la policía.
Otros centros universitarios también fueron escenario del creciente malestar. En la ciudad oriental de Nanjing, varios estudiantes se reunieron la noche del sábado en el campus y encendieron las linternas de sus teléfonos móviles a modo de vigilia por los fallecidos en Urumqi.
Mientras, en otra universidad, de Xian, en el centro del país, un grupo de estudiantes salió a la calle para mostrar su descontento por los encierros anticovid. Los campus de las grandes ciudades de China tienen el acceso y la salida de los estudiantes muy restringidos desde el inicio de la pandemia.
Asimismo, se registró una po
“Estoy aquí porque amo a mi país, pero no a mi Gobierno. Quiero poder salir a la calle libremente”
En la universidad a la que fue Xi, estudiantes corearon consignas por la libertad de expresión y la democracia