La resiliencia de Alba
El lateral zurdo, que recuperó la confianza en el Barça, sirve el gol a Morata contra Alemania y repite la asistencia del primer día en Qatar
Una de las palabras favoritas de los futbolistas jóvenes, modernos, con alguna inquietud, es resiliencia. Se ha convertido en un clásico de la autoayuda. Alguno hasta se la tatúa y la enseña a la mínima oportunidad. A Jordi Alba no se le conocen tatuajes pero el defensa de L’Hospitalet lleva una temporada en la que se está sobreponiendo a todas las circunstancias adversas. No hay obstáculo que le pueda hundir ni desestabilizar. Pase lo pase, venga lo que venga, da igual lo que haya enfrente, Alba siempre regresa, reaparece, saca la cabeza y acaba por im
ponerse. Con el Barça y en el Mundial.
En agosto, no las tenía todas consigo el lateral zurdo, de 33 años. En el Camp Nou acaba de eclosionar Alejandro Balde mientras se fichaba a Marcos Alonso, procedente de la Premier, para poner más competitividad en su posición. Y Alba se resintió. Estuvo casi dos meses sin ser titular en la Liga con Xavi. A la par, el futbolista lamentó enterarse por la prensa de que el club blaugrana había llamado a varias puertas para ver si alguien estaba interesado en uno de sus capitanes. El Inter se mostró receptivo. Pero Alba no quiso saber nada sobre la posibilidad de hacer las maletas.
El panorama en el equipo de su vida, donde es el décimo que más ha veces ha defendido la camiseta, a menos de cuatro meses para Qatar no era el más halagüeño. Pero
Alba ha visto la luz. Supo salir del túnel. La plaga de lesiones que asoló a la defensa del Barça le ha devuelto al papel de protagonista. Balde se ha visto obligado a jugar constantemente en la derecha, mientras que Alonso ha tenido
A tres meses del Mundial, tuvo que convivir con la eclosión de Balde y el fichaje de Marcos Alonso
que ayudar como central de emergencia. Y el de L’Hospitalet ha vuelto por sus fueros.
Finalmente, esos 12 partidos (de 20 posibles) disputados le llevaron al Mundial, donde en principio tenía que pelear por la titularidad con José Gayà. Pero el jugador del Valencia abandonó la concentración por lesión. Luis Enrique llamó a Balde para sustituirle. El joven blaugrana aún era sub-21. Por lo que Alba, que le ha dado buenos consejos a su compañero, reforzaba su plaza.
Y eso que los inicios de Luis Enrique en la selección no fueron fáciles para él porque el asturiano quiso probar otras alternativas. Pero ahí también le convenció. Y no ha faltado a ninguno de los últimos seis grandes torneos: este es su tercer Mundial después de jugar otras tres Eurocopas.
De nuevo, contra viento y marea, el zurdo se ha mantenido firme. Después en el campo se deja notar. En el debut frente a Costa Rica, estuvo desequilibrante. Dio la asistencia del 2-0 a Asensio con uno de esos pases rasos al punto de penalti que perfeccionó como socio de honor de Leo Messi. Después provocó un penalti de Duarte para que Ferran marcase el 3-0 antes de la media hora.
Alba está en un buen estado de forma. Lo demostró defendiendo a Gnabry y prodigándose en ataque por su carril. Se asoció bien con Olmo. Y en una jugada en la que desdobló al extremo llegó el gol. Esta vez Alba cambió el centro. No fue atrás sino que buscó el espacio entre la defensa y el portero. Ahí se crea mucha indecisión en el contrario. Neuer no se atrevió a salir y Süle también dudó. “Jordi ha puesto un pase fantástico”, le reconoció Morata.
Casualidad, el empate alemán llegó después de que Alba fuese sustituido tras un choque con Füllkurg, mucho más fornido que él. Sin embargo, el lateral, que frente a Japón cumplirá su encuentro número 90 con la roja , se muestra optimista. “La confianza está intacta. Es la línea que seguir. Estamos haciendo un buen trabajo. Ser primeros de grupo es el objetivo. Hay que seguir e intentar ganar a Japón. Dependemos de nosotros para pasar”, recetó. A resiliencia nadie puede con Alba.c