La Vanguardia (1ª edición)

“¿Sabías que hay niños enfermos y solos en los hospitales?”

Nací y vivo en València. Casada, tengo dos hijos y un perro. Estudié Marketing. Echo de menos en los políticos españoles la vocación de servicio. Los políticos legislan desde arriba sin tener ni idea de lo que está pasando abajo y por eso se crean leyes q

- Fundadora de Mamás en Acción Soy católica practicant­e ıma Sanchís*

C¿Cómo salió de ahí?

Llevaba 20 años sin pisar una iglesia, pero de niña acompañaba a mi abuela a la iglesia de Sant Nicolau. Un día, paseando con mi hija, volví a esa parroquia, supongo que buscando el cariño de mi abuela.

¿Y qué encontró?

El sacerdote se acercó a mí al verme llorar y me dijo: “Cuida a tu hija, que es lo que m·s importa”. Me sentó fatal, pero él insistió en que mis problemas no eran tales y que si quería echar una mano fuera al hospital La Fe donde había un niño enfermo solito.

¿Fue?

ómo empezó todo?

Con una crisis personal. Trabajaba en un banco muy desmotivad­a, mi hija tenía dos años y me pasaba el día llorando.

Sí. “¿Me puedo quedar a hacerle compañía?”, pregunté. “Nos vendría muy bien, contestó una enfermera. “¿A qué colectivo perteneces?”.

No podía hacer nada a título personal.

No, le pregunté a qué colectivo debía apuntarme y me dijo que no había ninguno para eso. Me fui enfadada con el mundo. Llegué a casa, cogí a mi hija en brazos y no paraba de ver a ese niño. Eso duró meses.

¿Qué hizo?

“¿Sabías que hay niños enfermos y solos?”, comentaba en el trabajo, a las amigas. Nueve meses después, en el 2013, harta de no poder quitarme ese tema de dentro creé Mam·s en Acción. Hoy tenemos 3.000 voluntario­s y estamos en 39 hospitales de toda España.

¿Recuerda su primer acompañami­ento?

Era un niño de siete años, sus padres le habían quemado con agua hirviendo el 60% del cuerpo. Pasé mucho miedo, de repente me di cuenta de que aquello no era jugar a los bebés, allí pasaban cosas muy duras.

Se topó con la realidad.

Aquel niño estaba hecho polvo, así que estuvimos cinco meses con él día y noche haciendo turnos hasta que le dieron el alta. Desde entonces hemos acompañado a miles de niños, de recién nacidos a adolescent­es.

¿Con todo tipo de patologías?

Sí, maltrato, bebés que nacen enfermos y sus padres renuncian o que nacen con síndrome de abstinenci­a, niños con c·ncer, intentos de suicidio, depresione­s.

¿Adolescent­es de centros de menores?

Sí, que esperan que alguien les acoja, hasta que llegan a los 14 o 15 años y saben que nadie lo har· y que a los 18 años tendr·n que dejar el hogar infantil. Se preguntan dónde van a ir y de qué van a vivir y caen en la depresión. Hacerse mayores para ellos es un castigo.

¿Cómo les reciben a ustedes?

Mal, pero si permaneces, al cabo de unos días empiezan a hablar, a contarte sus vidas, y lo m·s bonito es que cuando reciben el alta muchos de ellos que querían morir te dicen: “Majo, ya sé que quiero ser de mayor: quiero ser como tú”.

¿Cómo han llegado a toda España?

Los niños maltratado­s desarrolla­n agresivida­d en su recuperaci­ón, pero a los que nosotros acompañamo­s no les pasa. En el 2018 el equipo de pediatría de La Fe hizo un estudio y comprobaro­n que todos esos niños solos se recuperaba­n m·s r·pido y mejor con nuestra presencia.

¿Dónde les llevó este importante dato?

Presentaro­n el estudio en un congreso nacional de pediatría, a partir de ahí nos llamaron de un montón de hospitales.

¿El afecto es sanador?

Había un niño de dos años, maltratado, que rechazaba el contacto físico. No controlaba el esfínter, pero se cambiaba el pañal él solito.

¿Lo acompañó sin tocarlo?

Sí, pero pronto quiso dormir en mis brazos. Te das cuenta como en pocas horas un niño que recibe cariño pide cariño. Había otro bebé que no quería comer e iban a sondarlo.

¿Consiguier­on que comiera?

Sí. Tú haces lo que harías con tu hijo: lo acunas, le cantas, lo coges en brazos, y con paciencia vas intentando que coma. El problema es que no había quién invirtiera el tiempo para darle ese amor que hacía que quisiera comer. Poniendo amor donde no hay amor siempre sale amor.

¿Hay requisitos para ser voluntario?

Nuestros voluntario­s est·n llamados a calmar, consolar, achuchar, cantar, leer cuentos, dar biberones, dar conversaci­ón y correr por los pasillos si no hay dolor… Y son desde universita­rios hasta abuelos.

Para un adolescent­e de orfanato eso de Mamás en Acción debe sonar fatal.

“Soy huérfano, he malvivido en muchos países, he naufragado, y ahora estoy en una habitación calentita, con tres comidas al día y baño propio. ¿De verdad crees que necesito que me acompañes?”, me dijo un inmigrante argelino de 16 años rescatado en el mar.

¿Qué le dijo usted?

Qué ahí íbamos a estar. Cuando le dieron el alta nos escribió una carta preciosa que decía: “Bendito barco que me tiró al mar que me ha hecho conocer el amor de una madre”.

 ?? Néstor Feijóo ??
Néstor Feijóo

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain