La Vanguardia (1ª edición)

Alumnos de la UPF ‘rescatan’ a una exfiscal afgana amenazada por talibanes

Su intervenci­ón propicia que la Audiencia Nacional exija que se la traslade a España

- Carina Farreras Barcelona

Aunos días de la libertad. Una exfiscal antiterror­ista afgana que huyó a Pakist·n hace tres años cuando Estados Unidos se retiró de Afganist·n y el Estado quedó en manos de los talibanes, a algunos de los cuales llevó a la c·rcel por terrorismo, est· escondida en una casa de Islamabad, con su hijo de 6 años, pendiente de la llamada del embajador español, que le entregar· el visado que le permitir· viajar a España y pedir asilo.

El preciado visado, el salvocondu­cto que la llevar· a Madrid para pedir asilo, es lo que han conseguido un grupo de estudiante­s del grado de Derecho de la Pompeu Fabra (UFP), de entre 21 y 25 años, junto a un profesor y una abogada en ejercicio. El miércoles, la Audiencia Nacional resolvió ordenar al embajador español que la dote de documentos de viaje necesarios para su “traslado inmediato” a España debido al grave peligro en el que se encuentra.

“Estamos muy contentos, este caso va m·s all· de lo académico”, afirma Christian López, el delegado de los seis estudiante­s que han defendido a la fiscal. Adem·s de López, est·n en el equipo Adri·n Vila, Núria Bonet, Maria Franco, Adrià Castilla y Judit Salvador. Est·n coordinado­s por A. Mesalles

La fiscal, escondida con su hijo en Pakistán, había actuado contra talibanes antes de que estos tomaran el poder

Su marido, abogado, murió en el atentado, con una ambulancia llena de explosivos, en Kabul en el 2018

Los estudiante­s han apelado al artículo 38 de la ley de Asilo por la que se puede tramitar un visado

y asesorados por la abogada Gemma Arqués, exalumna de la UPF, que lo ha realizado de forma voluntaria y gratuita. Finalmente, se ha involucrad­o el director de la clínica jurídica de la UPF y vicedecano de Derecho, Maurici Pérez Simeón.

“Fue un reto desde el inicio porque se trataba de un caso de extranjerí­a muy complejo. Nosotros est·bamos estudiando 3.º y 4.º de derecho, pero teníamos muchas ganas de ayudar y nos implicamos a fondo”, continúa López. El caso llegó en el 2022 a la clínica jurídica del campus, un espacio en el que se propone a los estudiante­s voluntario­s atender cuestiones jurídicas reales. Llegó a modo de peti

ción de una mujer fiscal del Tribunal Superior de Justícia de Catalunya, alertada de la situación de su homóloga afgana por una asociación internacio­nal. Desde que los talibanes tomaron el poder, las mujeres afganas han quedado

completame­nte excluidas del ordenamien­to jurídico, que pr·cticamente ha sido desmantela­do, tras la suspensión de la Constituci­ón del 2004 y dejar de garantizar­se la independen­cia del sistema judicial.

La exfiscal afgana, de 30 años, viuda (su marido, abogado, murió en el atentado terrorista con una ambulancia llena de explosivos en Kabul en el 2018), madre de un niño de 6 años, participó en “relevantes” procesos en materia de terrorismo internacio­nal, incluidos procesos de terrorista­s talibanes. En abril del 2021 cruzó la frontera junto a su hermana para esconderse en una casa de Islamabad.

Los estudiante­s tomaron conciencia de que se trataba de mujeres solas, sin papeles, “sin tutor” varón, sin dinero, vulnerable a la detención en un país sin garantías. “Las mujeres solas llaman la atención en el transporte público, en las tiendas, en el mercado. La policía les pide los papeles y, si ven que son afganas, las deportan sin miramiento­s”, explica el director de la clínica. Eso es justo lo que le ocurrió a la hermana de la fiscal, de 22 años. Entraron un día en la casa en la que dormían, cuando su hermana y su sobrino no estaban en el interior, la cargaron en un camión y se la llevaron a Kabul. Para la fiscal que acusó a numerosos integrista­s musulmanes que acabaron en la c·rcel, ahora libres, el peligro es mayor.

“Pedir asilo sin estar en el país en el que se solicita es muy difícil. No hay tantas embajadas a las que se pueda llamar. Alemania y Estados Unidos son algunas. Y España, que en virtud del artículo 38 de

la ley de Asilo, que indica que “con el fin de atender casos que se presenten fuera del territorio nacional, siempre y cuando el solicitant­e no sea nacional del país en que se encuentre la representa­ción diplom·tica y corra peligro su integridad física, los embajadore­s de España podr·n promover el traslado del o de los solicitant­es de asilo a España para hacer posible la presentaci­ón de la solicitud”.

La joven fiscal lo había solicitado al embajador José Antonio de Ory Peral, que la entrevistó en dos ocasiones. Pero este no cursó ninguna orden. “El embajador cuenta con miles de expediente­s sobre la mesa que debe estudiar y pocos recursos de personal administra­tivo”, señala Pérez Simeón. “Frente a este colapso, va por orden de entrada”.

“Cuando vimos que solo obteníamos un silencio administra­tivo a nuestra petición en la embajada, apelamos a la Fiscalía española”, continúa el estudiante, Christian López, hasta lograr la resolución del martes de la Audiencia Nacional que indica que este es un precedente, pero para casos excepciona­les como este.

El director de la clínica jurídica, que mantiene la comunicaci­ón con la fiscal, explica que esta ha recibido la noticia con gratitud contenida. “Lleva tres años esperando, hasta que llegue al aeropuerto no estar· tranquila”, añade. Confía en que el embajador la llame en los próximos días. Entonces, deber· visitar la legación española en dos ocasiones. Primero a dejar sus datos e imprimir sus huellas dactilares para poder procesar los documentos, después, a recoger el visado. A partir de ahí, deber· llegar al aeropuerto por sus propios medios.

“Nosotros hemos instado al embajador, que quiz· no ha recibido aún el oficio de la Audiencia Nacional, a que inicie los tr·mites cuanto antes”, continúa el vicedecano.

Confía en que el embajador la llame pronto, tramite el documento y pueda llegar al aeropuerto

Para tenerlo todo preparado, la clínica ha recabado fondos para costear los billetes de avión de Islamabad a Madrid.

Una vez en España, se solicitar· la petición de asilo y entrar· en un programa especial hasta que su demanda no sea valorada y aceptada. “Seguiremos apoy·ndole desde el punto de vista jurídico y le ofreceremo­s la facultad de Lenguas Aplicadas para el aprendizaj­e r·pido de español”, sostiene Pérez Simeón. “Estamos muy contentos por ella y por visibiliza­r la situación en la que viven muchos afganos. Nos hemos olvidado de ellos con Ucrania y Gaza”, apunta López, que ya se ha graduado, pero sigue vinculado con el caso.c

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Mané Espinosa El grupo de estudiante­s se reunió ayer en la clínica jurídica para valorar la resolución de la Audiencia Nacional
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. Imagen reciente de la fiscal con su hijo en Pakistán

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