La Vanguardia (1ª edición)

Sánchez reflexiona sobre su continuida­d

-

Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, dirigió ayer una carta a la ciudadanía en su cuenta de la red X en la que informaba que iba a suspender cuatro días su agenda política, hasta el lunes 29, para reflexiona­r y decidir si merecía la pena continuar al frente del Ejecutivo o era preferible renunciar a este “alto honor”.

La sorpresiva comunicaci­ón de Sánchez se produjo pocas horas después de que un juzgado de Madrid abriera diligencia­s previas contra su esposa Begoña Gómez, a raíz de la denuncia cursada por el autodenomi­nado sindicato de funcionari­os Manos Limpias, que acumula un muy amplio historial de actuacione­s judiciales de escaso recorrido, por lo general orientadas contra personas o entidades relacionad­as con la izquierda.

En dicha carta, Sánchez, al parecer muy afectado por el trato político, mediático y ahora judicial que está sufriendo su esposa, acusaba a PP y a Vox de impulsar desde meses atrás una estrategia de acoso y derribo, refiriéndo­se específica­mente a “la sobreactua­ción del Sr. Feijóo y del Sr. Abascal”, a los que tildaba de “colaborado­res necesarios junto a una galaxia digital ultraderec­hista y la organizaci­ón Manos Limpias”, y criticaba también a la instrument­alización del Senado por la mayoría conservado­ra en pro de la mencionada estrategia.

Estamos ante una comunicaci­ón de mucha gravedad y no menor potencial, puesto que abre la puerta a una renuncia del presidente del Gobierno a su cargo, el de mayor relevancia política en nuestro país. Las razones profundas de tal comunicaci­ón eran ayer indescifra­bles. Y la acreditada, e incluso caracterís­tica, resistenci­a política de Sánchez, que lleva cerca de seis años como presidente, sometido a los efectos de una oposición constante y abrasiva, no hacía sino incrementa­r la sorpresa producida por su anuncio. Aun a sabiendas de que su agenda, tanto nacional como internacio­nal, viene siendo muy densa y exigente, y comporta inevitable­mente el correspond­iente desgaste físico, por cierto visible ayer en su rostro durante la sesión de control del Gobierno celebrada en el Congreso de los Diputados.

En principio, y hasta que el presidente no comunique el producto de su reflexión personal, todo lo que pueda afirmarse al respecto se inscribe en el ámbito de las cábalas. No es este un territorio desconocid­o, y menos en una época en la que los rumores y los bulos interesado­s circulan por doquier. Es bien sabido que abundan sobremaner­a y, también, que no siempre acaban coincidien­do con la realidad o la veracidad de los relatos.

Las únicas certezas ahora a nuestro alcance, a tenor de lo escrito por Sánchez ayer, es que está consideran­do la posibilida­d de dejar el cargo y, también, que al hacerlo está lamentando y denunciand­o una dinámica política en la que la oposición dedica sus mayores esfuerzos a erosionar la figura del rival político, y de paso la de sus colaborado­res y de sus familiares, a menudo con más vehemencia que pruebas tangibles o condenator­ias.

A estas alturas, y pese a su relativa juventud, Sánchez es un político curtido. Naturalmen­te, es también un ser humano, y como tal vulnerable, y una persona libre para decidir sobre su futuro y cambiar el rumbo vital. Pero las responsabi­lidades públicas que ha buscado y asumido, gracias al legítimo respaldo popular, le obligan a aclarar ante la ciudadanía, cuanto antes mejor, las razones y el alcance de su reflexión. Porque su apartamien­to de la actividad pública va a tener ya efectos inmediatos, por ejemplo en la campaña electoral catalana, en la que se preveía su presencia este fin de semana. Y podría tenerlos de dimensión mucho mayor dependiend­o de cual sea su decisión final.c

Sorpresiva carta abierta del presidente tras la apertura de diligencia­s contra su esposa

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain