Columbia revive su pasado
La elitista universidad de Nueva York, epicentro en EE.UU. de la protesta anti Israel
Al saber le han puesto candados y vigilancia policial.
“Es triste ver esto”, lamentó un responsable de seguridad (de los de traje, no de uniforme) de la Universidad Columbia de Nueva York, fuera del acceso blindado de la calle 117 con Broadway, al oeste de Manhattan.
“Llevo años trabajando aquí y nunca había visto esto cerrado. Recemos para que haya paz y sabiduría”, añadió. La imagen no es la de un templo laico del conocimiento, acordonado por un despliegue de policías (además de la seguridad propia), vallas y puertas encadenadas.
Columbia está en el punto de mira nacional. Desde el campamento de tiendas de campaña en su campus –reclaman que la institución deje de financiar a Israel y la amnistía a estudiantes y profesores castigados– su protesta se ha extendido con acampadas similares por otras universidades del país en repulsa a las acciones de Israel (el término más escuchado es “genocidio”) en su guerra contra Hamas tras su ataque en territorio israelí, el 7 de octubre. A estos les ha respondido una contraprotesta de estudiantes judíos, que se sienten en peligro.
Nada más llegar sorprende ver cómo este recinto, en el que normalmente se puede pasear por su interior sin problema, incluso cuando ya habían manifestaciones por la guerra de Gaza, se haya convertido en una fortaleza infranqueable.
Los estudiantes han de pasar su carnet por el control. “Todo este montaje se debe a que tienen miedo a que ocurra algo, pero dentro está tranquilo, la gente es respetuosa”, explica Lihan, estudiante de origen asiático que acaba de salir.
Los periodistas han de esperar. Las visitas al interior de los informadores están limitadas a un par de horas por la tarde, al estilo de un tour turístico. Previamente se debe hacer cola y luego identificarse.
Dentro se certifica que hay más ruido fuera, con manifestantes de uno y otro bando, que en el recinto principal del campus. Muchos jóvenes comen, beben o conversan sentados en la gran escalinata que da a la biblioteca, ausentes de lo que ocurre justo delante de sus miradas. Calma total. En el edificio de enfrente, en su parte superior, se leen los nombres de eruditos griegos y romanos.
En medio, la sucesión de tiendas de campaña de los manifestantes
pro Palestina –“soñando un mundo en el que Palestina es libre”, reza una de las pancartas– y, al lado, los dos parterres sembrados de banderas de Israel y una especie de muro de las lamentaciones con fotos de los secuestrados por Hamas.
Marlon, que lleva pañuelo palestino y un rótulo de “ingenieros
por Gaza”, se indigna al recordar la entrada la semana pasada de la policía en el campus, cuando hubo un centenar de detenidos. Desmantelaron el campamento y, al poco rato, era más extenso y poblado. “No han aprendido de la historia”, matiza. Hace referencia a que en 1968, en el periodo de las protestas
La Universidad de Columbia vuelve a vivir un capítulo de entrada de la policía, como sucedió en 1968
contra la guerra de Vietnam y la lucha contra el racismo, este mismo campus, como ahora, lideró las marchas y fue profanado por los uniformados.
Entonces, después de aceptar las demandas, la institución hizo promesas de no volver a permitir algo así, lo que transformó la Universidad Columbia en un hito liberal o, para los conservadores, en un agente del mal bajo el dominio de la izquierda.
La presidenta de Columbia, Nemat Shafik, Minouche, se enfrentaba este viernes a una posible amonestación del senado de la facultad por facilitar la entrada policial, mientras en la calle seguían las manifestaciones y algunas otras detenciones.
Todo indicaba, sin embargo, que no habría una censura a Shafik. Los facultativos temían que, en esta época de confrontación, eso causara su dimisión.
“Algunos son muy violentos, el pasado sábado me atacaron, trataron de quitarme mi bandera. Pedí ayuda a gritos a la policía y no me hicieron caso porque Minouche les ha prohibido entrar”, sostuvo el estudiante judío Jonathan Lederer, al lado del campamento rival. Confesó que,