La universidad tiene prisa por desmantelar la acampada pro Palestina
aunque parece que hay más tranquilidad, experimenta inquietud. “Algunos gritan a favor de Hamas, les indican nuevos objetivos, hablan de quemar Tel Aviv. ¿Cómo puedes administrar una universidad de la Ivy League (la élite) y permitir que la anarquía se imponga en el campus? Estoy a favor de la libertad de expresión, pero siguiendo las reglas, de lo contrario es anarquía”, matizó.
Sus palabras a los periodistas se produjeron en el entorno de los que protestan contra Israel. Lederer recalcó que se ha de cumplir con el plazo límite dado por la universidad para que se desmantele la acampada. Ese plazo se prolongó hasta la madrugada del viernes. El despliegue policial aumentó, pero un portavoz de Columbia señaló que no se iba a recurrir a la fuerza. A la espera de una resolución, la institución tiene prisa, mientras que los manifestantes expresaron su deseo de perseverar en sus peticiones.
El 15 de mayo está convocada la fiesta de graduación. Una buena parte de la grada para los asistentes ya se ha montado. Quedan las piezas amontonadas, a la espera de liberar el terreno ocupado.
“No nos van a intimidar con la retórica fascista ni la amenaza de militarizar el campus”, proclamó Khymani James, uno de los portavoces, ante la amenaza de que envíen a la Guardia Nacional. “Este campamento, una manifestación pacífica de estudiantes, forma parte de un extenso movimiento para la liberación de Palestina”, explicó.
Luego, tras difundirse que en enero declaró que “los sionistas no merecen vivir”, tuvo que emitir un comunicado para disculparse y reconocer su error. Esto plantea la cuestión de qué hay de sincero en este movimiento y qué de antisemitismo.
Jon Ben-Menache remarcó que él y otros judíos en la acampada son las prueba de la sinceridad de la protesta. “Es irónico –criticó– que la Columbia construyera su marca en la historia de las protestas de estudiantes y ahora recurra a la represión”.
Se acabó el tiempo de visita.c