La Vanguardia (1ª edición)

De Galicia a China a caballo

- Carina Farreras Barcelona EL EPO TAJE

Compró a Furión en febrero de 2022 en el pueblo gallego de Lalín (Pontevedra). Un caballo blanco, joven, de raza ·rabe que le costó unos 3.000 euros. El propósito de Zhixian Xu era volver a casa desde Santiago de Compostela a lomos del semental. Casa es Shandong, ciudad situada en el Mar de China, a m·s de 10.500 kilómetros en línea recta, montañas, estepas y ríos por medio.

“Yo le dije que no importaba la duración del viaje, dos, tres años, que me avisara, que yo estaría esper·ndolo en su casa”, recuerda Jacobo Pérez Paz, presidente de la Asociación Pura Raza Cabalo Galego que medió en la venta de Furión.

A Pérez le llamó un día un amigo del pueblo de Lalín, Javier Blanco, diciéndole que había un chico chino que quería comprar un caballo para peregrinar por el continente europeo y asi·tico. “Pensé que era una broma. Adem·s, si se fija,

Lalín, pronunciad­o así, ya suena un poco a chino”, arranca la historia Pérez Paz. Pero no era una broma. Ahí estaba Zhixian Xu, Unas para los amigos gallegos y para la prensa gallega que ha ido contando su hazaña.

Unas es un ingeniero de 35 años que estudió y trabajó en Génova (Italia), atraído por la lengua italiana. Durante un tiempo, ahorró 10.000 euros y en vez de invertirlo­s en una casa se fue a Portugal a comprarse un caballo. Recaló antes en Lalín donde conoció a Javier Blanco que le mostró a Furión del que ya no se separó.

“Tratamos de disuadirlo de su aventura porque Unas no sabía montar ni mucho menos organizar un viaje tan largo que requiere GPS, alforjas, previsión de avituallam­iento...”, continúa Pérez, pero “no hubo forma, estaba muy convencido de querer llevarlo adelante”.

Unas afirma, dos años después de salir de la plaza de Obradoiro, frente a la catedral de Santiago, con la bandera gallega que le regalaron sus amigos, que no puede concretar ningún motivo especial por el que se puso en marcha. ¿Un reto, una promesa, una ofrenda? Por WhastApp responde: “Yo quería ir del Atl·ntico al Pacífico, sin planes concretos, simplement­e me gustaba mucho la idea cuando pensaba en ella y no traté de entender por qué”.

El caso es que Unas, antes de emprender el regreso a casa, quiso bautizarse por la Iglesia

Católica en Lalín donde también hizo la primera comunión. Pidió la bendición del arzobispo de Santiago de Compostela. Y el arzobispo lo recibió. “Yo ya allí me rendí, pensé que el chico era como un Quijote, imposible pararlo, y que conseguirí­a lo que quisiera”, admite el compostela­no, también presidente de la

Asociación de Amigos de los Caminos de Santiago a Caballo Equum Peregrinan­s.

Pérez le regaló, adem·s de la bandera (que luego le robaron en Rumanía), un pasaporte de peregrino internacio­nal. El jinete novato puso un pie en el estribo izquierdo y se subió a la grupa de Furión y, a ritmo de paso, empezó a recorrer el camino de Santiago a la inversa. Era primavera de 2022.

Al principio, le costó comprender algunas nociones de equitación porque Furión es un animal joven, capaz de pasar del trote tranquilo al galope en poco tiempo, sin razón aparente. En realidad, el semental percibe el olor a las hembras a kilómetros de distancia y su furor por encontrars­e con ellas provocó, en m·s de una ocasión, el abrupto descabalga­miento del sorprendid­o peregrino.

Europa fue un paseo de dos años con cambios de planes, como renunciar a abordar el Este por Ucrania, debido a la guerra, y hacerlo por el sur. Atravesó Francia, Luxemburgo, Bélgica, Países Bajos, Alemania, Austria,

El joven compró en 2022 un semental en Lalín sin saber montar y emprendió un viaje de regreso a su casa de Shaanxi

Ha recorrido doce países en dos años y cuando estaba a punto de pasar a Asia Furión sufrió un accidente

Polonia, Chequia, Hungría, Eslovenia, Moldavia... Su cuenta de Instagram (furion–unas) est· lleno de parajes hermosísim­os en los que se ve a Furión disfrutar de la naturaleza correteand­o por la hierba o la nieve, jugando o bailando con otros caballos.

También hay im·genes propias de turistas. Se asoman a calles y plazas de ciudades. En París, por ejemplo, se hacen unos selfies en un lugar tan céntrico como el Museo de Louvre. La gente quiere fotografia­rse con el peregrino chino y su caballo blanco. Aparecen ante la c·mara entre sorprendid­os y divertidos. Luego dejan comentario­s amables en la cuenta.

Duermen siempre a las afueras de las ciudades. “Busco un prado e instalo mi tienda”.

No es todo idílico. “Imagina que coges una tienda y te marchas kilómetros y kilómetros.

No hay transporte­s, ni vehículo de asistencia. No duermes en hoteles, siempre en tu tienda. No hay agua corriente. Esto es así sea verano o invierno. Llueva, nieve o haga sol. Es como subir una montaña cada día”.

En algunas casas le invitan a comer (alaba la generosida­d de los rumanos). Los niños le dan zanahorias al caballo que se deja montar sin quejas. Unas, dice, se alimenta de mantequill­a y salchichón comprado en los supermerca­dos. Y bebe agua de la fuente. “Gasto entre 300 y 500 euros al mes”. En los montes C·rpatos cambió las herraduras para proteger los cascos y pezuñas del equino.

Furión le resulta una gran compañía. “No necesito darle indicacion­es, entiende todo de inmediato. Es capaz de manejarse en cualquier terreno y en cualquier situación. Pero lo que m·s me gusta es su ternura y su valentía, no tiene miedo a nada”.

Hace un par de semanas, en Bulgaria, cuando estaban a punto de alcanzar Asia, un coche golpeó al caballo. …ste se fracturó la pata posterior derecha. Un asunto feo.

Para el presidente de la asociación de caballos estaba claro, una fractura en un caballo significa una sentencia de muerte. “Lo m·s sensato en su situación era sacrificar al animal”. La red social de amigos del camino que van siguiendo las peripecias de la pareja se activó. Desde Luxemburgo le aconsejaro­n que se pusiera en manos del doctor Fabrice Rossignol. Así lo hizo. …ste le aseguró que lo operaría, pero debía llevarlo a su clínica de París. Juntó lo que le quedaba de sus ahorros. Insuficien­te. Suplicó a sus seguidores algo de ayuda. Y ésta llegó. Un camión transportó a los peregrinos de regreso a Francia.

La clínica Veterinari­a de Grosbois, situada a las afueras de París, realiza al año unas 1.500 cirugías. Resulta que Rossignol es uno de los mejores cirujanos equinos del mundo. Le llaman para operar en Estados Unidos, Sud·frica, Japón o Australia. A Furión lo operaron de inmediato y le colocaron una placa por encima del menudillo. Tendr· que estar semanas en la clínica ingresado para recuperars­e.

Los primeros días, Unas se quedó acampado a las afueras del edificio, velando por su compañero. Ahora, un conocido le ha dejado una habitación en París para dormir. Camina cada día dos horas y media de ida y dos y media de vuelta para ver a su amigo, fr·gil, tras una reacción alérgica a los medicament­os. “Los médicos me aseguran que est· fuera de peligro”, dice aún intranquil­o.

Consiguió dinero para trasladar a su compañero equino de Bulgaria a Francia para ser operado

Est· preocupado también por el recibo: ser·n, como mínimo, 12.000 euros. “La clínica es m·s cara que mi manutenció­n en los dos últimos años”. Una mujer alemana ha abierto una cuenta en Instagram para recibir pequeñas aportacion­es de forma que le ayude a asumir este gran gasto.

¿Fin del viaje? “Mis padres me preguntan ‘¿Cu·ndo vas a terminar esto?’ Acabo de cumplir 35 años y creen que debería tener una familia estable”. No quiere decidir nada. No sabe. “El viaje que he empezado ahora es el de la curación de Furión”.

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V sto en Instagram Arriba, Furión en Mariapocs (Hungría). Debajo, la pareja, con una zanahoria, en Linz, con la columna de la Trinidad al fondo. A la derecha, en la plaza del Obradoiro (Santiago de Compostela) con Jacobo Pérez Paz, de pie, y Javier Blanco, sosteniend­o la bandera. En el siguiente piso, en la Puerta
 ?? ?? de San Miguel de Bratislava (Eslovaquia). A su lado, imagen de invierno de 2023 en Füssen (Alemania). Abajo, a la izquierda, retrato con un grupo de eslovacos. A la derecha, Furión en la cubierta de un barco cruzando el Danubio. La foto de la página de la izquierda está tomada hace tres días en la clínica
de San Miguel de Bratislava (Eslovaquia). A su lado, imagen de invierno de 2023 en Füssen (Alemania). Abajo, a la izquierda, retrato con un grupo de eslovacos. A la derecha, Furión en la cubierta de un barco cruzando el Danubio. La foto de la página de la izquierda está tomada hace tres días en la clínica

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