La Vanguardia (1ª edición)

La economía del Reino Unido sale de la recesión pero el despegue es tímido

La oposición laborista acusa al Gobierno de hacer luz de gas con las estadístic­as

- RafaelRamo­d L nd

Es cosa de ver el vaso medio lleno o medio vacío. El Gobierno no ha dudado en cantar victoria con el crecimient­o de la economía un 0,6% en el primer trimestre del año, y en proclamar que es mayor que el de Estados Unidos (0,4%) y la Unión Europea (0,3%) en ese mismo periodo. La oposición laborista, en cambio, pone el énfasis en que el PIB per cápita es inferior en un 1,2% a lo que era antes de la pandemia, y el nivel de vida de los ciudadanos permanece atascado.

Aunque el crecimient­o trimestral haya sido algo mayor de lo pronostica­do por el Banco de Inglaterra y la OCDE, y suficiente para salir técnicamen­te de la recesión con que acabó el curso pasado, permanecen los lastres estructura­les que tienen atrapada a la economía en una espiral de bajo crecimient­o (Brexit, falta de inversión pública y privada y de mano de obra cualificad­a, trabas al comercio, tipos de interés elevados, escasa productivi­dad...).

El impulso de los meses de enero a marzo, que parece que continuó en abril según datos provisiona­les de la Oficina Nacional de Estadístic­as, responde a un dinamismo mayor del esperado en el sector servicios (el 80% de la economía del país, y donde los salarios han aumentado más que la inflación), en la fabricació­n de coches y en la sanidad privada (debido a que cada vez más familias recurren a ella en vista del desastre de la pública). En cambio la construcci­ón permanece estancada a pesar de la falta crónica de vivienda y los precios desmesurad­os de los alquileres.

Vaso medio lleno: “Hemos pasado unos años difíciles, no cabe duda, pero las cifras de crecimienr­os to prueban que la economía está recuperand­o la plena salud por primera vez desde la pandemia” (Jeremy Hunt, ministro de Finanzas). Como en el cuento de la lechera, el Gobierno ya cuenta con que el Banco de Inglaterra baje los

tipos de interés un par de veces antes de las elecciones del otoño, y que ello le permita el golpe de efecto de un recorte de impuestos antes de la cita con las urnas.

Vaso medio vacío (o casi vacío por completo): “El Gobierno está haciendo a los británicos luz de gas con los datos macroeconó­micos. Si el Reino Unido ha crecido más que la UE y Estados Unidos en el primer trimestre es porque su caída ha sido mayor desde la pandemia y tiene que subir desde una plataforma mucho más baja. Las cosas cuestan mucho más, la gente gana de promedio 400 eumenos y vive peor que cuando los tories llegaron al poder en el 2010” (Rachel Reeves, responsabl­e de Finanzas del Labour).

Vaso medio lleno: el pronóstico de crecimient­o del 1,3% del Banco de Inglaterra (y del 1% de la OCDE) para el 2024 podría ser demasiado pesimista si se confirma la tendencia de los cuatro primeros meses del año. Vaso medio vacío: desde la pandemia, la economía británica ha crecido solo un 1,7%, menos que cualquier otra del G-7 (la de Estados Unidos lo ha hechoun8,7%,yladelaeur­ozona,un 5,4%). Solo Alemania cayó también el año pasado en recesión.

La mayoría de expertos consideran que el Reino Unido permanece atrapado en un ciclo de bajo crecimient­o del que le va a resultar muy difícil salir. El PIB por cabeza, que es la mejor manera de valorar la calidad de vida, es inferior en un 1,2% con respecto a hace cinco años, y los precios han subido un 21% a pesar de que la inflación vaya camino de estabiliza­rse en torno a un 2% anual (ahora es del 3,2%). Los salarios de la mayoría de la gente no han aumentado ni de lejos en esa proporción.

Los servicios crecen, las manufactur­as se encogen. Las galerías de arte prosperan, los pubs cierran. Londres, la City y el sudeste de Inglaterra ganan, el norte postindust­rial pierde. Los datos del primer trimestre del año no hacen

Una mejora enorme de la economía es la única esperanza de los conservado­res de cara a las elecciones

Numerosos expertos consideran que la economía se encuentra atrapada en una espiral de bajo crecimient­o

más que confirmar los crecientes desequilib­rios regionales, pese a las promesas de los últimos gobiernos conservado­res de invertir en infraestru­cturas para que haya una mayor igualdad.

Aunque las últimas estadístic­as sean un rayo de luz, la estimación de organismos independie­ntes es que la economía habría crecido entre un 4% y un 6% más sin el Brexit, y que la salida de la Unión Europea ha costado hasta ahora 170.000 millones de euros, y hecho que el Tesoro ingrese en impuestos 60.000 millones de euros menos. Las trabas a la importació­n y a la exportació­n, sobre todo para las pequeñas y medianas empresas, frenan el comercio (inferior en un 17% respecto al 2019).

La única esperanza de los conservado­res de cara a las elecciones es que la economía mejore, y mucho. Por eso se aferran a un clavo ardiendo y han celebrado los datos trimestral­es con una vuelta al ruedo. En cambio la oposición laborista dice que se trata simplement­e de un espejismo.c

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Jose S rme to M tos / Bloomberg Obras en Regent Street, en el centro de Londres

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