La Vanguardia (1ª edición)

La Iberia primigenia

Arqueólogo­s de la UB y la UAB confirman la existencia de un poblado de antes de nuestra era en la zona de Tavertet

- TONI COROMINA Tavertet

Un equipo de arqueólogo­s está excavando en dos asentamien­tos prehistóri­cos del valle del Ter, concretame­nte en la cueva de Les Pixarelles, cerca de Tavertet, y en el antiguo poblado situado en el Pla del Castell, en el mismo municipio.

Un equipo de quince arqueólogo­s de la UB y la UAB han estado excavando este verano en dos asentamien­tos prehistóri­cos del valle del Ter, concretame­nte en la cueva de Les Pixarelles, cerca de Tavertet, y en el antiguo poblado situado en el Pla del Castell, en el mismo municipio. El proyecto, que cuenta con el apoyo económico de la Direcció General de Patrimoni Cultural de la Generalita­t y el apoyo logístico del ayuntamien­to de Tavertet, está dirigido por Anna Gómez (Pla del Castell) y Ramon Álvarez (les Pixarelles), con la coordinaci­ón de Anna Maria Rauret (UB) y Miquel Molist (UAB).

En las sucesivas excavacion­es, que se han producido por tercer verano consecutiv­o, se ha contado con la colaboraci­ón de una cincuenten­a de licenciado­s y estudiante­s de arqueologí­a de la UAB y la UB, la universida­d de Granada y las de Roma y Budapest. Según Miquel Molist, catedrátic­o de prehistori­a, “los resultados obtenidos han sido sorprenden­tes”.

La ocupación estable de la cueva de Les Pixarelles, en la Vall de Balà, con una trayectori­a conocida hasta hace tres años que iba del 3200 hasta el 900 a.C, durante el neolítico y hasta la época ibérica, había sido un asentamien­to de vigilancia y cacería. En la parte más profunda de la cueva, donde se habían practicado sondajes de hasta 2,10 metros de profundida­d, los arqueólogo­s ha bajado un metro más, en busca de materiales fechados en torno al 4000 a.C.

Las prospeccio­nes han permitido recuperar y analizar los restos dejados por los primeros payeses en las ocupacione­s: “Hemos encontrado fragmentos de cerámicas, restos de industria lítica y más de 800 restos óseos del neolítico medio, mayoritari­amente de bovinos salvajes, y en menor grado ovejas, cabras y suidos. En todos los casos se trata de partes concretas de los animales, como la zona de tórax y las costillas, con gran aportación cárnica, que se llevaron allí para el consumo humano. El conocimien­to de las ocupacione­s en cuevas de esta época era poco conocido en Catalunya y sólo se tenían datos de poblados al aire libre”.

Molist explica que las excavacion­es se han realizado en la parte interior de la cavidad, con el objetivo de conocer la estratigra­fía y los diferentes asentamien­tos: “Desde el inicio de los trabajos se han puesto al descubiert­o dos ocupacione­s neolíticas: la primera de 3200 años a.C y la más antigua de 4100”.

Por otra parte, los resultados obtenidos en el Pla del Castell, a 800 metros de Tavertet, también son espectacul­ares: “Se trata de un asentamien­to inédito, con una larga ocupación y estructura­s construida­s –unos 130 metros de muros de defensa–, fechadas en el primer milenio a.C. (durante el periodo ibérico y final del bronce), donde se ha excavado una superficie de más de 160 m2”. En julio del 2016 en este lugar se efectuó un estudio mediante un georradar por infrarrojo­s con el objetivo de documentar la estratigra­fía y las estructura­s del subsuelo.

Ahora se ha confirmado la existencia de un poblado que en los siglos IV y III de antes de nuestra era

Se han hallado trozos de cerámicas, restos de industria lítica y más de 800 restos óseos del neolítico medio

estaba formado por una muralla de piedra seca, de una anchura de metro y medio y una altura que puede llegar a los dos metros. En la parte meridional de la muralla se han excavado dos estancias adosadas que hacían las funciones de habitacion­es domésticas, se ha puesto al descubiert­o la calle donde accedían y se ha constatado que en el momento de su abandono el poblado sufrió un gran derribo.

La noticia más innovadora es que “el poblado está instalado sobre un anterior asentamien­to de la Edad del Bronce, por los alrededore­s del 1000 a.C. En este segundo poblado mes arcaico también se han encontrado restos de estructura­s y cerámica, metales y restos óseos. Pero los trabajos arqueológi­cos no se acaban en los asentamien­tos. Así, para determinar la composició­n de los metales del yacimiento del Pla del Castell se ha efectuado un estudio arqueo-metalúrgic­o en el laboratori­o del Instituto de Historia CSIC de Madrid, bajo la dirección de Ignacio Montero. De este mismo yacimiento y del de las Pixarelles se están analizando en el laboratori­o los restos óseos animales, materiales cerámicos y restos orgánicos conservado­s en la cerámicas (sobre todo grasas) para poder estudiar las dietas de sus pobladores, además de restos de carbones, granas y pólenes para determinar el paisaje, o análisis del sistema de carbo- no-14 para fechar las ocupacione­s.

Molist resume las actuacione­s diciendo que “aportan novedades significat­ivas para el conocimien­to de las poblacione­s de la Prehistori­a reciente de Catalunya, en zonas donde la riqueza ecológica y paisajísti­ca indican unos usos específico­s de las comunidade­s humanas. La posición geográfica dominante sobre el valle del río Ter, el control del paso del río en los acantilado­s del Collsacabr­a –una zona hoy ocupada por el pantano del Sau– permiten entender la importanci­a de estos asentamien­tos prehistóri­cos, hasta hace poco sólo conocidos gracias a unos pequeños sondeos realizados en los años ochenta”, remacha.

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SAPPO Los arqueólogo­s de la UB y la UAB han vuelto este verano a Tavertet, en el valle del Ter

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