La Vanguardia (1ª edición)

La salida de Neymar sume al Barça en un estado de desagradab­le desazón.

¿Pagan los 222 millones del PSG el desgaste deportivo, social y penal que deja el brasileño en el Barça?

- RAMÓN ÁLVAREZ Barcelona

El club recupera toda su inversión por el jugador, pero arrastra un gran desgaste social y antecedent­es penales

“Quien quiera estar aquí debe estar comprometi­do. Necesitamo­s no sólo grandes jugadores, sino a gente que quiera estar aquí”. En su primera valoración sobre la fuga de Neymar al PSG, el Barça –en boca del portavoz de la junta directiva, Josep Vives– no dudó en apelar a intangible­s como el compromiso o el amor por los colores para situar la operación en el nivel de la traición y ponerse a la altura de una afición ofendida y humillada. “No es la primera vez que vivimos una situación como ésta, pero recordemos que lo hacemos teniendo con nosotros al mejor jugador de la historia”, proseguía el argumentar­io, exclusivam­ente emocional. Estos días, el club ha rehusado referirse a la gran operación económica que representa la salida de brasileño, consciente de que la factura deportiva, social y hasta penal que deja el jugador difícilmen­te se puede pagar con 222 millones de euros.

Sin poderse cifrar, ese coste resulta demasiado elevado. Poco después de llegar gracias a una heterodoxa operación gestada y ejecutada por el expresiden­te Sandro Rosell, que acabó dejando el club en plena judicializ­ación del fichaje, Neymar ya empezó a dejar titulares extradepor­tivos en el Barça. Mientras el jugador brillaba en el campo y se reía en las redes sociales, la entidad veía como un reguero de documentac­ión sobre el fichaje la obligaba a matizar y rectificar la primera versión oficial en más de una ocasión. Una querella por un delito que distracció­n de 40 millones de euros presentada por el socio Jordi Cases ante la Audiencia Nacional hizo que se aireasen aún más documentos y cifras y que la junta se metiese en un jardín al tratar de justificar una actuación a todas luces irregular apelando a una mano negra.

A este proceso se sumó después el denominado Neymar 2, promovido por la sociedad brasileña DIS, que poseía parte de los derechos económicos del jugador y que exige al Barça 10 millones. El caso llevará al banquillo de los acusados a Neymar, su padre, Rosell y el actual presidente blaugrana, Josep Maria Bartomeu. Aunque aún se puede sumar un tercer contencios­o si el club no abona los 4,5 millones de indemnizac­ión que acordó con el Santos si no llegaba a disputar los dos amistosos pactados en el traspaso de Neymar.

Aunque la guinda a este pastel la puso el pacto del club con la Fiscalía y la Abogacía del Estado reconocien­do dos delitos fiscales y admitir que los 40 millones de euros que abonó a la sociedad N&N, propiedad de los padres del jugador, no podían ser en ningún caso una compensaci­ón por incumplimi­ento de un acuerdo –que el jugador llegase a Barcelona un año antes de los pactado, algo a lo que el Santos no se negó–, sino parte del salario abonado a Neymar. La regulariza­ción de los impuestos no pagados por este concepto y la multa asumida por el club –14,8 millones de euros en total– pueden considerar­se el mal menor teniendo en cuenta de que el club, como persona jurídica, cuenta con antecedent­es penales desde la firma del pacto, hace ya un año. Un hecho insólito en el fútbol europeo.

En el otro extremo de la balanza cabe situar el extraordin­ario rendimient­o deportivo del jugador duBarça, rante las cuatro temporadas que ha vestido la camiseta blaugrana y su papel decisivo en partidos que han acabado reportando títulos. Entre ellos, la final de la Champions de Berlín hace dos años.

En cuanto al cheque de 222 millones de euros que ha recibido el cubre con creces el coste global del jugador a lo largo de este período, incluyendo todo el coste –y sobrecoste– del traspaso y todos sus emolumento­s en bruto. Es decir, lo que ha tenido que desembolsa­r el club para traerlo y para convertirl­o en uno de los jugadores mejor pagados del mundo mucho antes de fichar por el PSG. En estas cuatro campañas, el brasileño ha cobrado del Barça 85 millones de euros, a los que suma sus múltiples contratos publicitar­ios. La cifra podría ser más elevada si Neymar cobrase los 26 millones de una pri- ma de renovación que la junta blaugrana no pagará.

Económicam­ente, no cabe duda de que el jugador está más que amortizado y el Barça recupera toda su inversión. Más allá de la objetivida­d de las cifras, la factura de Neymar seguirá siendo muy cara.

 ?? FRANCOIS MORI / AP ?? Neymar ríe junto a su padre y uno de sus amigos en un palco del Parque de los Príncipes, desde donde siguió la victoria (2-0) de su equipo ante el Amiens en el arranque liguero
FRANCOIS MORI / AP Neymar ríe junto a su padre y uno de sus amigos en un palco del Parque de los Príncipes, desde donde siguió la victoria (2-0) de su equipo ante el Amiens en el arranque liguero
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