“¿Dónde está el río Siurana?”
En el pantano de Siurana, en Cornudella de Montsant (Priorat), y en un río que baja casi sin agua, son bien visibles los efectos de la sequía y la gestión de los recursos hídricos en una comarca históricamente maltratada por la escasez de lluvias. El rigor del verano y un invierno y una primavera poco generosos han puesto al límite, como tantas otras veces, el Priorat y su río Siurana.
El conflicto por la gestión del agua es histórico, pero algo se está moviendo ahora en la comarca, hartos sus vecinos de ver impasibles como se seca su río, indignados junto a la mayoría de sus alcaldes por la gestión del agua, con trasvases autorizados cada año desde el pantano de Siurana hasta el embalse de Riudecanyes, en la comarca vecina del Baix Camp. El Priorat denuncia que la situación es crítica y exige a la Agència Catalana de l’Aigua (ACA) y la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), las administraciones con competencias, que actúen. En el foco, la Comunitat de Regants del Pantà de Riudecanyes, en la vecina comarca del Baix Camp, con una concesión bajo la supervisión de la CHE y la ACA, que debe autorizar a la práctica los trasvases desde el pantano de Siurana que, según la concesión histórica, puede llegar hasta los 4,34 hectómetros cúbicos.
El conflicto, como suele suceder con las guerras entorno al agua, es complejo y espinoso. La tensión sigue subiendo con el avance del verano y la falta de agua. El Ayuntamiento de Falset se ha comprometido en la lucha para “darle la vuelta a la política hídrica de la comarca, que tolera que un 95% de las aguas del río Siurana se trasvasen hacia el embalse de Riudecanyes mientras que en el Priorat, que coincide con la cuenca natural del río, hay pueblos que pasamos sed”, denuncia el alcalde Jaume Domènech.
La Comunitat de Regants de Riudecanyes recuerda a La Vanguardia que fueron ellos quienes promovieron y pagaron la construcción del pantano de Siurana a finales de los sesenta, “con el esfuerzo de la gente del Baix Camp”, lo que les convierte en el “único beneficiario legal del embalse”, argumenta Miquel Àngel Prats, gerente de la comunidad. La misma entidad recuerda que existe un convenio que garantiza el abastecimiento de agua de boca a Poboleda, Torroja, Gratallops y Porrera (Priorat), los cuatro pueblos más cercanos al pantano. “Sin el embalse de Siurana, que pagó la Comunitat, en estos momentos estos pueblos prácticamente no tendrían agua porque casi no entra agua en el embalse; otra cosa es la calidad de esta agua, que es un tema que debe resolver el ACA”, añade Prats, que abre la puerta a dialogar.
Desde la Plataforma pel riu Siurana, impulsada para capitalizar todos los esfuerzos y energías de una comarca con poca población y muy envejecida, denuncian la que, a su entender, es una “gestión injusta y poco transparente del agua del pantano de Siurana”; aseguran que parte del agua no se utiliza para regar en el Baix Camp y en su manifiesto critican que “si el río Siurana está seco la mayor parte del año es porque los pueblos de su cuenca no tienen derecho ni voto en la toma de decisiones sobre el uso que se hace del agua”.
Ayuntamientos de los pueblos más afectados, como Torroja, Po- boleda, Gratallops y Porrera, con problemas de abastecimiento, se han indignado un poco más con el último trasvase del pantano de Siurana a Riudecanyes, autorizado por la ACA a finales de junio, de un hectómetro cúbico de agua. El Consell Comarcal del Priorat ha aprobado una moción exigiendo a la CHE y la ACA “la revisión de las concesiones de aguas del Priorat que se trasvasan a otras cuencas”. La misma moción recuerda que “gran parte de los municipios de la comarca tienen problemas de abastecimiento” y que “la falta de agua impide el desarrollo socioeconómico del Priorat, especialmente del sector agrícola”.
“Volem un riu viu” o “On és lo riu?” son algunos de los lemas de la Plataforma pel Siurana, que busca la movilización en las redes sociales y con encuentros en los pueblos del Priorat, como el que se llevó a cabo en Falset. Entre sus demandas, que se fije “un caudal ecológico que garantice la vida del río”.
En el foco, los regantes del pantano de Riudecanyes, de la comarca vecina, que se nutren del mismo río