¿Manipulación o queja?
Han digerido años continuados de crisis aguantando los efectos de las restricciones en silencio, contribuyendo en muchos casos a paliar la precariedad económica de los hijos, responsabilizándose del cuidado de los nietos, observando con preocupación y profunda tristeza la erosión de la calidad de vida del entorno familiar.
Sin embargo, las masivas manifestaciones protagonizadas por el colectivo de pensionistas en decenas de ciudades españolas parecen indicar que la acumulación de dificultades para llegar a fin de mes ha rebasado la capacidad del recipiente donde se introduce la resignación.
Los abuelos no están saliendo a las calles en demanda de una vida de lujo, sino para reivindicar medidas políticas destinadas a evitar situaciones de pobreza permanente garantizada. La participación de personas jubiladas en las concentraciones de protesta ¿es una acción que responde a la manipulación dirigida o a la disconformidad con la realidad vivida?
ALEJANDRO PRIETO ORVIZ
Gijón