ERC no cede a la presión de BComú para que apoye su proyecto de tranvía
Si lo que pretendía BComú era que ERC cambiase el sentido de su voto el próximo viernes y apoyase su proyecto para prolongar el Trambesòs de Glòries hasta Verdaguer, no podía haber elegido peor camino. La confusión en torno a la autoría de una encuesta de parte –finalmente encargada por Tram, la empresa privada concesionaria del tranvía– puede haber dinamitado las escasas probabilidades que quedaban de que los republicanos den el sí necesario para que la iniciativa del gobierno municipal prospere.
ERC acusa directamente a los comunes de haber filtrado a distintos medios, entre ellos TV3, un sondeo según el cual una mayoría de los entrevistados apoyaría un tranvía que discurriera por toda la Diagonal. Dicha encuesta fue presentada inicialmente como un estudio encargado por el Ayuntamiento, si bien posteriormente fue atribuida a la compañía Tram.
Los republicanos han registrado una serie de preguntas para saber si el gobierno conocía la existencia de la encuesta. A juzgar por las fulgurantes reacciones de los comunes y de las asociaciones partidarias del tranvía la noche del domingo, nada más publicarse el sondeo, es obvio que esta pregunta tiene una respuesta afirmativa. También quiere conocer ERC si el Ayuntamiento ha colaborado en la ejecución o financiación del sondeo y por qué este se filtró inicialmente como “encuesta municipal”. En el Registro de Encuestas del Ayuntamiento no consta ninguna sobre el tranvía. Finalmente, Esquerra cuestiona por qué no se preguntó la opinión de la gente en relación al coste del proyecto y el modelo de gestión. Estos puntos –en absoluto menores– son los que separan a ERC de cerrar el pacto del tranvía con BComú y el PSC.
El gobierno de Ada Colau, que ha utilizado esta encuesta para redoblar su presión a ERC, se niega rotundamente a someter su proyecto de conexión de los tranvías a una consulta ciudadana alegando que figuraba en su programa electoral (que les permitió obtener sólo 11 de los 41 concejales en disputa) y porque cuestiones de tipo técnico, como el trazado del tranvía, no son las más adecuadas para someterse a estas formas de participación democrática, un principio que no aplican a otros asuntos en los que los aspectos técnicos también son decisivos.
Ayer, en TV3, el presidente del grupo municipal de ERC, Alfred Bosch, lamentó que el gobierno de Ada Colau siga mezclando lo público y lo privado y calificó de “inaceptable que filtre una encuesta y que después resulte que la ha encargado la empresa explotadora”. Por su
La difusión de una encuesta de parte, atribuida en principio al gobierno, aleja aún más a Esquerra del pacto
parte, la alcaldesa confirmó que, aunque la votación parece perdida, no retirará del pleno la propuesta del gobierno. Por la tarde, representantes del gobierno municipal, de la Autoritat del Transport Metropolità (ATM), de Units pel Tramvia (plataforma de entidades favorables a la conexión por la Diagonal), la CUP y ERC mantuvieron una reunión que se saldó sin avance alguno, tal y como revelaron ambas formaciones políticas llamadas a la cita. El portavoz de Esquerra, Jordi Coronas, señaló que “el gobierno municipal no ha dado ningún paso adelante” y se extrañó de que en la reunión no hubiera nadie del Tram. “Por más que digan –dijo Coronas–, el viernes Colau someterá a votación un protocolo de intenciones” del que no se ha cambiado ni una coma en los últimos días. “Han publicado encuestas, han dicho lo que hemos de hacer o pensar, pero no se han movido ni un dedo”, denunció el portavoz republicano.