El sistema de financiación cronifica la mala posición de Catalunya
La comunidad vuelve a ser la tercera que más aporta y la décima en ingresos
La última liquidación del modelo de financiación autonómica vuelve a situar a Catalunya como la tercera comunidad que más aporta, pero la ubica en el décimo puesto en ingresos. La Generalitat se queja de que el modelo no se aplica correctamente.
Catalunya vuelve a perder entre siete y once puestos en el ranking de comunidades por recursos recibidos por habitante una vez aplicado el modelo de financiación. En el 2016 –último año con cifras disponibles–, los contribuyentes que residen en Catalunya aportaron de media 2.663 euros al sistema, lo que les sitúa como los terceros que más contribuyen de todo el Estado. Pero en cambio, lo que reciben es 2.380 euros, lo que les sitúa en el puesto 10 del ranking autonómico. Si se tiene en cuenta el poder de compra (el coste de la vida en la comunidad), Catalunya cae al puesto 14 del ranking con 2.140 euros por persona. Por lo tanto no se respeta el principio de ordinalidad entre comunidades.
Son cifras muy similares a las de los años anteriores. Igual que en otros ejercicios, las comunidades que peor trato sufren una vez han pasado por el filtro de la financiación autonómica son Madrid, Baleares y Catalunya, como se aprecia en el gráfico adjunto. Según un comunicado de la Conselleria d’Economia que dirige Pere Aragonès “Catalunya se coloca por debajo de la media en ranking de comunidades de régimen común”.
Si se analizan las cifras respecto a la media del conjunto de comunidades (sin contar el País Vasco y Navarra), la contribución de Catalunya por habitante a Hacienda es un 19,2% superior a la media. En cambio lo que recibe la comunidad catalana dividido por habitante es un 1,7% inferior. Teniendo en cuenta el efecto de los precios, los ingresos percibidos respecto a la media son un 11,7% inferiores. En Madrid la situación es mucho más dramática puesto que sus contribuyentes aportan un 40,1% más y perciben entre un 3,8% y y un 18,1% menos.
“Mientras que Catalunya pierde siempre entre siete y ocho posiciones, otras comunidades con una capacidad tributaria por debajo de la media reciben sistemáticamente más recursos por habitante que Catalunya”, según el Departament d’Economia. Uno de los casos más paradigmáticos es el de Extremadura ya que pasa de ser la penúltima que menos aporta (un 27% por debajo de la media) a ser la que más recibe (un 41,5% más) si se tiene en cuenta la paridad de compra.
Como se aprecia en el gráfico sólo el primer año de aplicación del actual modelo de financiación en el 2009, Catalunya percibió por encima de la media: un 2,3% más. El año más perjudicial fue el 2013 en el que recibió de media un 2,5% menos que el resto de comunidades.
El secretario de Economia de la Generalitat, Albert Castellanos, dijo ayer que el peor trato que recibe Catalunya “tiene que ver con la aplicación del modelo de financiación”. Castellanos añade que “esa aplicación se ha basado más en los intereses de la Administración del Estado” y pone como ejemplo un estudio que cifraba en 85.000 millones de euros los recursos que dejaron de ingresar las comunidades autónomas entre el 2009 y el 2015.
¿Cuáles son esos errores de aplicación? Castellanos pone como ejemplo la determinación de los anticipos que paga el Estado a las comunidades y que habitualmente están por debajo de la recaudación real. Cada año, el Estado estima cuál va a ser la recaudación por IVA e IRPF y en función de eso realiza una transferencia a las comunidades. En los últimos años se ha comprobado que la previsión del Estado siempre ha sido a la baja, con lo que las comunidades han percibido menos y han tardado dos años en regularizar los citados ingresos que les corresponden.
Castellanos explica que otra muestra de mala aplicación del modelo es que “aún no se ha hecho efectivo la financiación para competencia específicas como las de los Mossos d’Esquadra”. El tercer elemento que en opinión del secretario de Economia es un ejemplo de mala aplicación fue el no cumplimiento de la inversión en infraestructuras prevista en la disposición adicional tercera del Estatut d’Autonomia. Aquella disposición fijaba que la inversión en infraestructuras en Catalunya debía ser un porcentaje sobre el total de inversión estatal equivalente a su peso en el conjunto del PIB. No se cumplió ningún año. El objetivo de aquella reclamación era reducir el déficit histórico de inversión en infraestructuras que padecía Catalunya.
Los datos para elaborar las estadísticas que ha realizado la Generalitat provienen de las cifras de liquidación del modelo de financiación del Ministerio de Hacienda publicadas recientemente.
Si se tiene en cuenta el coste de la vida, Catalunya retrocede al puesto 14 en ingresos por habitante La comunidad de Madrid sufre un trato aún peor una vez se aplica el modelo de financiación