La Vanguardia (1ª edición)

EE.UU. separó en la frontera a miles de niños más de los reconocido­s

- FRANCESC PEIRÓN

Hay una crisis humanitari­a en la frontera sur de Estados Unidos, sin duda. Pero no es la que el presidente Donald Trump denuncia para exigir la construcci­ón de su muro, sino la que ha provocado su propio Ejecutivo.

Al cruzar la frontera de México a Estados Unidos, fueron separados de sus familias miles de niños más de lo que reconoció la Administra­ción Trump previament­e. Así lo indica un informe del mismo Gobierno en el que se subraya que el número total será muy difícil de determinar con exactitud.

La atención se había centrado en los 2.737 menores que la Casa Blanca forzó a alejar de sus padres o tutores el pasado año bajo la política de “tolerancia cero”. Esta regulación fronteriza, que provocó un escándalo internacio­nal la pasada primavera por su desprecio a la humanidad, se aplicó con la detención de los adultos que entraban ilegalment­e, mientras que a los niños que iban con ellos, al no poder ser imputados, se les enviaba a campamento­s o a orfanatos. Un juez federal criticó en junio esa medida y ordenó reunificar las familias.

Sin embargo, antes de que la Administra­ción desvelara esa medida de “tolerancia cero”, el Departamen­to de Sanidad y Recursos Humanos, la agencia que supervisa la atención de los menores bajo custodia federal, ya “detectó un fuerte incremento en el número de menores separados de sus familiares”, señala el documento realizado por la oficina del inspector general.

En este informe se indica que, al margen de los 2.737 identifica­dos en la orden judicial, la afectación total es muy superior. Miles de niños más fueron separados de sus padres en un flujo de llegadas que empezó en el 2017, antes de que se iniciara el recuento en los tribunales. “El número real es desconocid­o”, recalca el documento.

Después de que Trump comparecie­ra en el despacho oval para exigir la construcci­ón del muro y exponer la obligación de que se le concedan 5.700 millones de dólares como condición para acabar con el cierre parcial del Gobierno, la recién estrenada congresist­a Alexandria Ocasio-Cortez calificó de verdadero ataque a los derechos humanos lo que estaba haciendo el presidente con los niños en la frontera. Para Ocasio-Cortez, esta es la amenaza, y no la mentira de que entran terrorista­s.

Los activistas estadounid­enses han visto ahora que “la cruel práctica de separar familias” en la frontera ha tenido un mayor alcance del que pensaban.

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