La Vanguardia (Català-1ª edició)
Los idiomas
Siempre me ha parecido un sinsentido que un invento hecho para entenderse como es el idioma sirva normalmente para todo lo contrario. Tal es el caso de la eterna discusión catalán-castellano en Catalunya.
Si nos basamos en la lógica (ciencia desconocida por muchos políticos), dado que ambas lenguas son cooficiales, lo normal sería que se exigiera el conocimiento de ambas para un cargo público, y al mismo tiempo se tu- viera libertad para expresarse en cualquiera de ellas. Ello viene a cuento por el problema crónico de la enseñanza. ¿Tan dramático sería que cada profesor diera su clase en el idioma que escogiera de los dos oficiales? Soy profesor asociado en la UAB y nunca me han pedido dar mis clases en una lengua concreta. Y si un día sucede, tendrán mi renuncia al día siguiente.